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Bruselas decepciona a los citricultores con la 'mancha negra'

  • Los agricultores consideran que se da un paso atrás en la protección contra la plaga. La UE se niega a cerrar fronteras si se intercepta fruta contaminada y a destruir partidas afectadas.

El sector citrícola andaluz se siente cada vez más decepcionado con la Comisión Europea por la falta de soluciones para el riesgo que les supone la plaga de la mancha negra o black spot.

Los productores españoles de cítricos se han dirigido, una vez más, al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, para transmitirle su indignación ante la última Propuesta de Decisión elaborada por la Comisión que, según el sector, "haciendo oídos sordos a las reiteradas peticiones de los productores europeos de cítricos, propone dar un paso atrás en cuanto a protección fitosanitaria se refiere".

En opinión de los productores, rebajar esta protección, ante el elevado riesgo de contagio de mancha negra procedente de las importaciones de cítricos sudafricanos, supone multiplicar el peligro de propagación a los cítricos españoles.

El Comité Fitosanitario que se celebraba hace unos días en Bruselas ya tenía previsto aprobar una nueva Propuesta de Decisión que lejos de atender las demandas de los citricultores europeos supone un paso atrás en cuanto a protección fitosanitaria en frontera.

"La propuesta es a todas luces decepcionante ya que elimina la posibilidad de cerrar la frontera comunitaria alcanzado un determinado número de interceptaciones de fruta contaminada; se aligeran los controles tanto en origen como en destino; se mantiene la entrada libre de producto con destino a industria y ni siquiera se obliga a la destrucción de las partidas confirmadas de estar afectadas por mancha negra", se explicaba.

Resulta, cuando menos, incomprensible la actitud de la Comisión Europea en el caso de las importaciones sudafricanas y no se explica cómo, en otras ocasiones, esta misma institución no ha dudado en poner en marcha instrumentos de protección eficaces y serios protocolos ante amenazas similares.

Los productores españoles de cítricos recuerdan al presidente Barroso y a los comisarios con competencias en este asunto (Agricultura, Comercio, Salud y Asuntos Económicos y Monetarios) que de no adoptarse las debidas cautelas, es decir la puesta en marcha de medidas eficaces que impidan el contagio, la Comisión europea tendría que rendir cuentas ante el resto de instituciones si se produjera una propagación de la plaga y la consiguiente eventual catástrofe y asumir responsabilidades ante los productores europeos.

Gestiones de Asaja

Los momentos iniciales de la campaña de recolección de cítricos de Sudáfrica son claves para establecer las reglas de juego y para impedir que el contagio de la guignardia citricarpa o mancha negra a las huertas europeas.

Por ello, desde Asaja-Sevilla se iniciaron hace tiempo una serie de gestiones para que el Comité de Sanidad Vegetal de la Unión Europea a que, atendiendo al informe de la Autoridad Europea de Sanidad (EFSA) y a las peticiones de los citricultores europeos impidiera la entrada de cítricos de Sudáfrica contaminados y establezca un protocolo más estricto que, de manera automática y a partir de la sexta interceptación de naranjas contaminadas, obligue al cierre de la frontera comunitaria y prohíba nuevos envíos.

Desde esta organización agraria incluso se ha llegado a comparar la mancha negra de los cítricos con el picudo rojo de las palmeras "porque si llega a la Unión Europea será la muerte de las citriculturas española y comunitaria".

El presidente de Asaja-Sevilla y vicepresidente del COPA, Ricardo Serra, ha estado multiplicando sus contactos en Bruselas y se ha reunido, entre otros, con el director general de Comercio de la UE, Jean Luc Demarty, y con el director general de Agricultura, Jerzy Plewa, a quienes les ha reiterado la necesidad de establecer medidas más contundentes, que tal y como pone de manifiesto el informe de la EFSA, contemplen el cierre de la frontera comunitaria a las importaciones de cítricos desde Sudáfrica en tanto en cuanto las instituciones comunitarias no verifiquen por sí mismas y en origen -y no a través de la palabra de la Administración de ese país- la mejora de la situación fitosanitaria de ese territorio.

En esta misma línea Asaja se ha venido reuniendo con la anterior secretaria general del Ministerio de Agricultura y titular desde la pasada semana del Ministerio de Agricultura, Isabel García Tejerina, y con el director general de producciones agrícolas y mercados, Valentín Almansa, quienes confirmaban su voluntad de defender ante el resto de países comunitarios que participan en el Comité de Sanidad Vegetal que se extremen las medidas para impedir la importación de fruta contaminada.

Tal como ha corroborado el informe de la EFSA, la fruta es vector transmisor de la plaga, por lo que la propia EFSA confirma el riesgo de contagio de las plantaciones citrícolas europeas a través de la importación de fruta contaminada desde Sudáfrica.

El dictamen, publicado a finales del pasado mes de febrero, es taxativo en sus rotundas, objetivas y desinteresadas conclusiones. En primer lugar confirma que existe un riesgo de contagio de las plantaciones citrícolas europeas a través de la importación de fruta contaminada desde Sudáfrica, habiéndose comprobado que la fruta puede ser vector de la plaga; y en segundo lugar, reconoce que las medidas paliativas introducidas por Sudáfrica hasta la fecha son ineficaces.

"Es decir, la EFSA reitera en su dictamen las conclusiones y las alertas que ya había hecho saltar anteriormente Asaja", afirman en la organización agraria.

"Consideramos que sería una irresponsabilidad imperdonable que la Comisión Europea minusvalorara o ignorara este riesgo, máxime si tenemos en cuenta los pésimos precedentes de la campaña de 2013 donde pese a que nos aproximamos a las 40 interceptaciones de envíos procedentes de Sudáfrica con naranjas infectadas, tuvimos que soportar la nula colaboración por parte de Sudáfrica, así como la ausencia de eficacia y puntualidad de las medidas anunciadas", insisten en Asaja Sevilla.

La gravedad del riesgo, certificado ya por la EFSA, obliga a la toma de medidas drásticas. Si se produce el contagio en Europa, el arranque de hasta 500.000 hectáreas de plantaciones citrícolas europeas -dado que no se dispone de ningún tratamiento eficaz- obligaría a las administraciones a sufragar unas indemnizaciones colosales.

"Se trata de un riesgo que amenaza a un sector que juega un papel social, medioambiental y económico fundamental en regiones especialmente azotadas por el desempleo y la crisis económica; a la garantía de abastecimiento de los consumidores europeos y a las posibilidades de exportación hacia otros mercados que sí se muestran inflexibles ante la mínima posibilidad de contaminación, como EEUU. Está en juego, finalmente, la credibilidad de la Comisión y la eficacia de la política fitosanitaria comunitaria", sentencia Asaja.

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