Sanidad vegetal

Nutrición inteligente: mata malas hierbas y alimenta a los cultivos

  • La nueva tecnología permite mezclar en el mismo tanque herbicidas y micronutrientes

  • Los ensayos con arroz han permitido incrementar la producción un 5%

Nutrición inteligente: mata malas hierbas y alimenta a los cultivos

Nutrición inteligente: mata malas hierbas y alimenta a los cultivos

Las instalaciones de Tragusa en Carmona, ahora Brandt Europa, desde que hace un año fue adquirida por la multinacional norteamericana, están resultando esenciales para el desarrollo del Grupo, dedicado principalmente a nutrición vegetal y fitosanitarios.

El laboratorio carmonense ha logrado adaptar a los herbicidas permitidos en Europa una tecnología pionera para su aplicación; es lo que se denomina "nutrición foliar inteligente", que permite al producto distinguir entre las plantas a las que se aplica, de forma que protege y nutre al cultivo mientras deja que el herbicida funcione a la perfección contra la mala hierba, eliminando la misma. Es decir, que micronutrientes y herbicidas se pueden mezclar en un mismo tanque y cada uno hará su función adecuadamente, el herbicida atacará a las malas hierbas mientras que los micronutrientes serán absorbidos por los cultivos y su nombre comercial es "Smart" y ya se ha probado la mejora de rendimientos en el arroz.

El nuevo desarrollo para Europa de la tecnología Smart se ha realizado en Carmona

Esta tecnología, adaptada a Europa desde la investigación desarrollada en Carmona, acaba con riegos e inconvenientes habituales de los herbicidas como el amarilleamiento y deterioro de los cultivos, aumentando la producción y mejorando a la par la sanidad de las plantas.

La cuestión es que hasta ahora los micronutrientes y herbicidas no se podían mezclar en el mismo tanque sin comprometer la eficacia del herbicida. La nueva tecnología lograda por la matriz en sus laboratorios de Springfield, en Illinois, los hace compatibles y permite que sean mezclados en el mismo tanque y aplicados de forma simultánea. "Cuando los herbicidas toman contacto con los micronutrientes convencionales, el herbicida se une a los metales. Esto provoca una cristalización dentro de la mezcla del tanque, que causa obstrucciones en las boquillas de la pulverizadora, una aplicación despareja y, en última instancia, la ineficacia del herbicida. Nuestra tecnología evita el enlace entre el herbicida y los metales, permitiendo a los productos coexistir en una mezcla y evitando que se afecte la eficacia del herbicida", explica Manuel González, director general de Brandt Europa.

Las ventajas que los cultivos reciben de esta innovación son una reducción del estrés provocado por herbicidas selectivos posemergentes, una mejora de la calidad y rendimiento, una mejora de la cosecha a nivel estético, un ahorro considerable de tiempo y dinero permitido por la aplicación simultánea de fertilizante y fitosanitario y una corrección de las deficiencias nutricionales. Brandt asegura que los micronutrientes del sistema creado son compatibles con la mayoría de herbicidas selectivos, incluyendo los de aplicación posemergente y el glifosato.

"La agricultura en nuestro mercado es muy diferente, como también la legislación sobre herbicidas y fertilizantes, por lo que necesitábamos desarrollar un producto propio, basado en los mismos principios y con las mismas ventajas, pero adaptado a nuestra realidad", afirma Manuel González, que se muestra orgulloso de que ese desarrollo se haya realizado íntegramente en los laboratorios que Brandt Europa tiene en Carmona.

Junto al desarrollo del producto adaptado al mercado comunitario, Brandt Europa ya ha realizado también el testeo de sus resultados, constatando una mejora de la condición general de las plantas: color, crecimiento, cobertura y vigor; reduciendo el estrés causado por la aplicación de herbicidas, promoviendo un sistema inmune más fuerte y logrando notables aumentos de producción.

En concreto, se han realizado ensayos en arroz en la provincia de Sevilla, con fecha de julio de 2015 y julio de 2016, y la producción se incrementó en 510 Kg/ha en un caso, suponiendo un incremento del 5% respecto al testigo, y de 770 Kg/ha en el otro, suponiendo casi un 7,6% de incremento. A nivel mundial, los ensayos y pruebas de Brandt con esta tecnología comenzaron en 2008, logrando un incremento acumulado en cuatro años de 315 kgs/ha en algodón.

Ya en 2016 se hicieron varios ensayos de compatibilidad con múltiples herbicidas tanto en maíz, tomate de industria, patata, alfalfa como en cereales, y en ellos se comprobó la compatibilidad con dichos productos.

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