'caso ruth y josé'

José Luis Rodríguez Lainz: El triunfo de la tenacidad

  • Pese a la presión mediática, el magistrado, que accedió a la carrera judicial en 1992, se mantiene firme en sus decisiones y señala el rumbo de una investigación complejísima.

Con más de 400 artículos publicados y una fulgurante carrera, el magistrado José Luis Rodríguez Lainz, de 45 años, representa el triunfo de la tenacidad. Las imágenes del juez conversando con José Bretón en el circuito deportivo del Parque Cruz Conde durante la reconstrucción realizada el pasado mes de octubre pusieron por primera vez a Rodríguez Lainz en el punto de mira de la opinión pública. Se criticó en su momento que el magistrado hubiera arrojado al padre de los niños a las fauces de los medios de comunicación. Las imágenes, repetidas hasta la saciedad, muestran a un Bretón impasible abucheado y vapuleado por los curiosos. El juez, a su lado, permanece firme, seguro, convencido.

Rodríguez Lainz ha dedicado toda su vida a Derecho. Ya en el colegio de La Salle, donde estudió, destacaba como el primero de su curso. “Estaba claro que iba a ser una persona que destacaría en su vida profesional”, recuerda un ex compañero. Durante una reciente presentación de un libro, contó que fue su madre la que lo impulsó a decantarse por las leyes. Y que, también por ella, aprobó la oposición a judicatura en sólo un año. Su primer destino, en el año 92, fue el juzgado de primera instancia e instrucción número 3 de Écija. Más tarde se hizo cargo del primera instancia 8 de Huelva, hasta que en el año 99 consiguió destino como titular del cuarto juzgado de instrucción de Córdoba, donde aún continúa.

Funcionarios que han estado a su lado lo definen como una persona de la que se aprende y con la que es fácil trabajar. En el trato personal es afable, cercano, aunque es poco dado a la vida social e incluso suele permanecer ajeno a los corrillos habituales de desayunos y cervezas de muchos otros de sus colegas, como tampoco es habitual en las cenas de despedida de magistrados o en las entregas de condecoraciones.

En el colegio era el “empollón” de la clase, dice su ex compañero de escuela. Y aún ahora continúa fiel a su vida de escritorio y despacho, rodeado de libros, apuntes y procedimientos. De ahí que su juzgado sea conocido entre abogados y fiscales por sus instrucciones rápidas y eficaces. “Lo lleva todo al día. Que dirija una investigación de la que eres parte es garantía de que se cumplirán los plazos”, dice un letrado.

Lo ha demostrado durante la investigación por la desaparición de Ruth y José. “Con otros jueces, habría sido muy difícil que Bretón hubiera entrado en la cárcel en octubre debido a la escasez de pruebas que había en aquel momento”, dice un letrado. Pese a los vacíos existentes, el juez Rodríguez Lainz recurrió a su tenacidad y a su perseverancia para ordenar los pocos datos existentes. Y el tiempo, finalmente, parece haberle dado la razón.

Mientras los medios de comunicación escrutaban con lupa sus autos extensísimos y ponían en duda sus tesis expuestas al milímetro, Rodríguez Lainz se mantenía ajeno a la vorágine mediática. Nunca ha hecho declaraciones delante de las cámaras;tampoco detrás, como acostumbran otros magistrados que juegan con la popularidad. Y en la última semana, mientras toda España seguía con expectación la evolución de un caso escalofriante, él atendía juicios inmediatos de faltas, nimiedades en comparación con la instrucción contra un hombre sospechoso de matar a sus hijos.

MANUEL PIEDRABUENA: El primero en buscar a los dos pequeños

El comisario Manuel Piedrabuena, hasta el mes de mayo responsable de la Policía Judicial de Sevilla, se hizo cargo de la investigación por la desaparición de los hermanos onubenses durante los primeros días de la búsqueda. Piedrabuena llegaba a Córdoba después de la búsqueda frustrada del cuerpo de Marta del Castillo en Sevilla. El de Córdoba fue uno de sus últimos encargos de relevancia, pues en mayo fue destituido por el Ministerio del Interior como máximo responsable de la Policía Judicial de Sevilla.

SERAFÍN CASTRO: El jefe de un trabajo policial que, dijo, "ha sido perfecto"

El jefe de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), Serafín Castro, relevó a Manuel Piedrabuena, al frente de la investigación para dar con el paradero de Ruth y José. El comisario ha asegurado públicamente que en los últimos diez meses la labor policial ha “sido perfecta”, aludiendo a las críticas vertidas en los últimos días al equipo de investigadores por asegurar que los huesos de la hoguera eran de animales. Castro además ha evitado pronunciar en todo momento la palabra error.

MIGUEL RODRÍGUEZ DURÁN: Reconoce un posible error en el primer informe

El jefe superior de Andalucía Occidental habló esta semana, en relación al primer informe forense, que quizás se había cometido un error, al concluir en primera instancia que los huesos y dientes hallados en la hoguera pertenecían a perros y roedores. La llegada de Rodríguez a su último puesto supuso un importante impulso a la investigación del caso de Ruth y José porque antes de ser el máximo responsable policial del oeste andaluz fue comisario de Huelva, donde le marcó el caso de la desaparición de la pequeña Mari Luz.

JOSÉ ANTONIO MARTÍN-CARO: Indicios “más que de sobra” contra Bretón

El fiscal jefe de Córdoba, José Antonio Martín-Caro, ha sido durante estos meses muy reacio a hablar del caso. Pese a ello, en sus escasas intervenciones públicas, siempre ha defendido que existían indicios suficientes para mantener al padre de los niños, José Bretón, en prisión preventiva. Sus declaraciones en las que aseguraba que existían indicios “más que de sobra” para apuntalar una imputación fuerte contra el progenitor dejaron claro que las sospechas se fundamentaban en el resultado de concienzudos análisis.

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