Andalucía

El Virgen del Rocío busca una cura para afecciones coronarias

  • El Laboratorio de Investigaciones Cardiovasculares trabaja en un tratamiento que aumente el flujo sanguíneo en los territorios isquémicos, como hace la urocortina

El grupo de investigación del Laboratorio de Investigación Cardiovascular del Hospital Virgen del Rocío.

El grupo de investigación del Laboratorio de Investigación Cardiovascular del Hospital Virgen del Rocío.

Las enfermedades cardiovasculares son, hoy en día, la principal causa de mortalidad en los países occidentales. Según recoge el Plan Integral de Cardiopatías de Andalucía 2005-2009, en España las afecciones coronarias son las responsables del 35% de las defunciones, cifra que en Andalucía asciende al 38%. De las lesiones cardiovasculares existentes la más frecuente es la cardiopatía isquémica, seguida de las enfermedades cerebrovasculares.

Un grupo de científicos del Laboratorio de Investigación Cardiovascular (LIC) del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, liderado por los doctores Tarik Smani y Antonio Ordóñez, trabaja en un proyecto de excelencia, financiado con 122.527 euros por la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta de Andalucía, que se centra en el funcionamiento vascular. Su objetivo es crear una droga que desarrolle en el organismo un efecto análogo al de la urocortina (Ucn), una hormona secretada por el cuerpo humano en situaciones de estrés -como es el caso de la cardiopatía isquémica- y que regula la entrada de calcio en los vasos.

En la actualidad, las clínicas aplican a los pacientes, como paliativo, un tratamiento compuesto por bloqueantes de los canales de calcio que ha contribuido decisivamente al control de esta enfermedad a través de la regulación del tono vascular, que se consigue relajando las paredes de los vasos sanguíneos o músculo liso.

El calcio es el mineral más abundante del organismo y es básico para el funcionamiento normal de músculos y nervios y para mantener el latido cardíaco. Los bloqueantes de los canales de calcio, llamados antagonistas, reciben este nombre porque obstruyen la entrada de este mineral en las células de los músculos del corazón y en las del músculo liso de los vasos sanguíneos. Sus efectos son la disminución del latido, la reducción del bombeo del corazón y la vasodilatación de las arterias, lo que deriva en una caída en la tensión arterial. De ahí que se usen para la hipertensión, la angina u otras enfermedades coronarias relacionadas con el latido cardíaco irregular o elevado.

El equipo de Smani y Ordóñez ha llevado a cabo una serie de experiencias con los canales de calcio y su proteína reguladora -la fosfolipasa A2 Independiente de Ca2+ (iPLA2)- para solucionar los problemas planteados en la práctica clínica. De estos trabajos se ha desprendido que la urocortina, una hormona recientemente hallada, produce un efecto cardioprotector y vasodilatador en las arterias coronarias.

Últimamente se ha probado que la secreción de la urocortina mejora el funcionamiento del corazón en situaciones límite y que su liberación durante la isquemia relaja los vasos y genera la regulación hemodinámica del corazón; es decir, aumenta las contracciones de este músculo.

A partir del descubrimiento de esta mejora del funcionamiento del corazón originada por la urocortina, los científicos del LIC se han propuesto fijar nuevas dianas terapeúticas creando un medicamento que emule el efecto de la hormona Ucn en los pacientes. El ansiado tratamiento provocará la vasodilatación coronaria, lo que originará un mayor flujo de sangre hacia territorios isquémicos.

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