Andalucía

El asesino confesó cuando la Policía le mostró sangre en su cazadora

  • Los restos fueron hallados en el forro interior de la prenda de Miguel y pertenecían a la víctima

La principal prueba de cargo que la Policía tiene actualmente contra Miguel Carcaño Delgado por el crimen de Marta del Castillo son unos restos de sangre de la víctima que fueron hallados en su cazadora, lo que motivó que el joven se derrumbara y confesara la autoría de la muerte.

En los 21 días que se mantuvo oculto el asesinato de la menor, la Policía había llegado a interrogar a Miguel Carcaño en dos ocasiones y siempre había mantenido su versión de que dejó a Marta del Castillo en su casa la misma noche de su desaparición. No fue hasta el pasado viernes, día 13 de febrero, cuando los agentes de los grupos de Homicidios y Menores de Sevilla procedieron a la detención del principal sospechoso.

Al igual que en las dos veces anteriores, Miguel Carcaño Delgado aguantó un exhaustivo interrogatorio policial y su frialdad sorprendió incluso a los agentes porque después de varias horas prestando declaración ni siquiera tomó un vaso de agua. A pesar de esa frialdad, el asesino acabó derrumbándose en el momento en que la Policía le puso sobre la mesa la prueba científica clave que existe hasta ahora del delito. Los agentes mostraron al joven su cazadora, la misma que llevaba puesta la noche del asesinato de Marta del Castillo, y le enseñaron los análisis que verificaban que los restos de sangre hallados en el forro interior de esta prenda se correspondían con la víctima. Previamente, la Policía había sometido a los familiares de la víctima a pruebas de ADN para contrastar el perfil genético con los restos hallados en la cazadora.

La Policía había intervenido esta prenda en el transcurso de un registro domiciliario practicado en la vivienda del asesino en la calle León XIII, donde había residido con su hermano, también detenido en relación con el crimen y que hoy pasará a disposición del juzgado de Instrucción número 4 de Sevilla, que investiga el caso.

Después de que la Policía enseñara a Miguel Carcaño la prueba biológica del asesinato, éste confesó que mató a Marta del Castillo en el transcurso de una violenta discusión por motivos sentimentales. El joven reconoce que golpeó a Marta con un objeto contundente, probablemente un cenicero, aunque el arma homicida todavía no ha sido localizada. Después llamó a su amigo Samuel Benítez Pérez, que también está en prisión preventiva desde el pasado lunes, y le convenció para que le ayudara a trasladar el cadáver hasta una pasarela sobre el Guadalquivir frente al Charco de la Pava, en la orilla más próxima a Camas, donde se deshicieron del cuerpo arrojándolo al río.

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