Andalucía

El calentamiento global amenaza la continuidad de las dehesas

  • Las temperaturas más altas ya originan el deterioro de encinas y alcornoques

El cambio climático está disparando el proceso de decaimiento de encinas y alcornoques en Andalucía. Pero no es la única causa de la denominada seca del encinar. El decaimiento forestal, según expertos en la materia, es una enfermedad compleja resultado de la acción de múltiples factores y, por el momento, no se puede encontrar una solución eficaz que sirva para atajar este fenómeno que afecta a las dehesas. Ésta es una de las conclusiones a la que ha llegado un grupo de científicos que ha elaborado un estudio sobre la seca, a través de un convenio de la Consejería de Medio Ambiente con la Universidad de Córdoba.

El estudio resalta que en este fenómeno intervienen, por una pate, factores bióticos como hongos e insectos y, por otro, abióticos como la sequía y una selvicultura inadecuada. Sobre las condiciones climáticas, el problema en el encinar no es tanto la reducción de las precipitaciones como el aumento de las temperaturas registradas en las últimas décadas. El calor está delimitando la vegetación y creando unas condiciones muy favorables para que se produzca un incremento de las plagas y enfermedades.

Los científicos apuntan a que una mala ejecución de los trabajos selvícolas o su abandono pueden actuar como un factor en los procesos de decaimiento, también las podas sanitarias y el sobrepastoreo. Por ello, apuestan por incorporar el problema del decaimiento forestal como una parte importante de la selvicultura y la ordenación de montes, buscando mejorar el estado del arbolado y su regeneración.

En este punto proponen los autores de la investigación la puesta en práctica del Plan Técnico de Gestión para Explotaciones Silvopastorales y la creación de asociaciones de tratamiento integral en encinares y alcornocales. En opinión de los investigadores, la complejidad de los factores que intervienen en el síndrome de la seca requiere elaborar una estrategia integral de lucha contra los daños, plan que pasaría por un trabajo coordinado que optimice los recursos disponibles para la lucha contra la enfermedad y que permita, en el plazo más breve posible, frenar el actual proceso de deterioro de los encinares.

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