Andalucía

Las diferencias de PP e IU obstaculizan el pacto por la crisis que plantea Chaves

  • Valderas ve difícil un acuerdo tripartito por estar sus propuestas en las antípodas de la derecha · Arenas sale de la reunión "más preocupado" · El presidente andaluz es el único que ve "zonas de encuentro"

Con dos obstáculos se dio ayer de bruces el Gobierno andaluz para dar salida a su propuesta de pacto político contra la crisis y por el empleo. Uno lo vio superable: la manifestación de mañana del PP. El otro es más difícil. IU advirtió que es casi imposible un acuerdo tripartito por estar sus planteamientos en las antípodas del PP. Aun así, el presidente andaluz, Manuel Chaves, hizo un esfuerzo por mostrarse optimista y ver "zonas de encuentro" en su reunión con los líderes de la oposición en el que salvo el tono cordial, en poco más coincidieron.

Chaves acudió a su primera cita de la mañana con el presidente del PP-A, Javier Arenas, pertrechado con dos documentos: uno de las medidas ya puestas en marcha y otro con la base para la negociación, en el que se recogen 27 puntos de los que, como insistió, 19 son "directa o indirectamente" iguales a los propuestos por el PP en el Parlamento. Pero este alto nivel de semejanza, que Chaves situó en "casi en todo", fue tirado por tierra por Arenas. Un texto "bien intencionado", "sin compromiso reformista" y con coincidencias superficiales, por no afectar a lo sustancial de lo planteado por su partido, fue la definición que dio a las propuestas entregadas por el Ejecutivo Autonómico. Su conclusión: "un papel para salir del paso" ante la marcha popular que recorrerá Málaga este domingo y un intento "blandito" de desactivarla, lo que le llevó a decir que se sentía "más preocupado" que cuando entró a la reunión.

Para esta interpretación antagónica de Arenas -que quiso reforzar su distanciamiento con el presidente andaluz negándose a fotografiarse junto a él-, Chaves encontró una explicación. Y fue la misma. "Arenas está condicionado por la manifestación", repitió en varias ocasiones, convencido de que éste no podía dar un sí porque rebajaría su nivel de credibilidad ante esta convocatoria. Por eso, esperó que todo se torne en diálogo cuando a partir del próximo lunes se constituya el grupo de trabajo para ese consenso final del que, por otro lado, bien podrían haberse asentado las bases en el pleno del pasado jueves en el Parlamento, y del que el PP y PSOE se escabulleron con la débil excusa de no compartir el "formato".

Pero el diálogo de sordos no fue exclusivo entre Chaves y Arenas. El coordinador de IU, Diego Valderas, fue el que puso más inconvenientes. Dejó bien claro que no iba a "esconder las diferencias" con la política de "parches" de Chaves ante esta coyuntura y, menos aún, las que le separan de la derecha. Y tanta es la distancia entre sus posiciones, que vaticinó un más que difícil, sino improbable acercamiento al PP, con cuya política fiscal de rebaja de impuestos y laboral de despido libre choca frontalmente. Sólo vio factible el acuerdo si Arenas "cambia" y si el PSOE da un giro "radical", "progresista" y "más socialista" a la salida a la crisis que entrañe un nuevo modelo económico. Ante este panorama, abogó por que los sondeos sean "bipartitos".

Con este resultado y ante los escollos planteados por PP e IU, es el PSOE -Chaves también se reunió con el vicesecretario general del PSOE-A, Luis Pizarro- y el Gobierno andaluz los que salen favorecidos: si el acuerdo no prospera, es porque los otros dos no quieren.

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