El principal argumento de la Junta para hacer frente a las críticas por los recortes en polícas educativas es el incremento de la plantilla de los centros de enseñanza. No en vano, este curso se incorporarán 1.663 docentes a los colegios e institutos andaluces, una cifra bastante considerable si se tiene en cuenta el panorama económico actual.

De esta nueva cantera, 923 serán maestros y 470 profesores, cifras que elevan el número de docentes que imparten enseñanzas en los centros públicos andaluces hasta los 97.970. Dicho aumento conlleva la creación de 200 nuevas aulas de Infantil y más de 170 en Primaria, incorporaciones con las que se intenta atender el aumento demográfico experimentado, en líneas generales, en toda la comunidad autónoma. Este incremento, sin embargo, queda lejos del que se llevó a cabo hace dos cursos cuando al sistema andaluz de enseñanza se sumaron 3.269 docentes, una cifra récord en la última década.

Pese a los intentos de la Administración educativa por ampliar la plantilla docente, aún se está muy lejos de alcanzar la cifra prometida en 2007 a las centrales sindicales: 15.000 docentes en 2012. Desde que este objetivo fuera marcado tras la aprobación de la Ley de Educación Andaluza (LEA), al mercado andaluz de la enseñanza se han incorporado 5.800 docentes, algo más de un tercio del incremento prometido que, por ahora y en las actuales circustancias económicas, queda muy lejos de cumplirse.

La política educativa de la Junta no sólo se limita al aumento del personal docente, sino que una de sus principales líneas de actuación de los últimos años ha sido la atención personalizada del alumnado, base en la mayoría de las ocasiones de una educación de calidad. Este esfuerzo se verá refrendado este curso en otra de las novedades importantes: la liberación de los profesores de apoyo de las tareas de sustitución que venían desempeñando hasta ahora cuando en un centro educativo se producía la primera baja.

Aunque todavía no hay una orden escrita que lo regule, existe un borrador por el que dichos docentes (denominados en el argot administrativo como cupo 13) quedarían exentos de las sustituciones, lo que les permitirá dedicarse íntegramente a la labor que tenían destinada, esto es, la atención a niños con necesidades educativas especiales.