la zarza

Los cuatro menores convivieron con los dos fallecidos durante cuatro días

  • El padre de tres de los cuatro hijos de la mujer fallecida había pedido su custodia

  • La autopsia apunta al suicidio por ingesta de medicamentos

Los cuatro hijos, todos menores, de la mujer que la Guardia Civil halló muerta el sábado junto a su pareja sentimental en una vivienda en La Zarza (una entidad local autónoma de Calañas) convivieron durante cuatro días con los cadáveres de ambos, sin tener conocimiento de ello. Así lo confirmaron a Huelva Información fuentes de la Guardia Civil y el propio alcalde de Calañas, Mario Peña, quien detalló que la fallecida es natural de la zona, aunque "llevaba muchos años fuera" y había regresado al municipio hacía tan sólo unas semanas, cuando alquiló la casa en la que apareció sin vida.

Los niños, cuyas edades oscilan entre los cuatro años y medio y los doce, permanecen desde el mismo sábado con el padre de tres de ellos, que se ha hecho cargo de su cuidado hasta que los servicios sociales de la Junta de Andalucía decidan a partir de hoy su futuro. El padre, que había solicitado la custodia de sus hijos, es vecino de Tharsis y "rápidamente accedió a llevarse a los cuatro pequeños, algo que -subrayó el alcalde- es de agradecer por las circunstancias en las que todo ha ocurrido".

La Guardia Civil certificó desde el primer momento que los cuerpos sin vida del hombre y la mujer (de edades comprendidas entre los 30 y los 40 años) no mostraban ningún tipo de violencia. Pero no fue hasta ayer a última hora cuando dio a conocer los resultados de la autopsia, que determinaron que se ha tratado de un "suicidio por ingesta de medicamentos". Fuentes de la investigación insisten en que "no hay indicios de otras causas ni signos de violencia".

Según fuentes cercanas al caso, fue el casero el que dio la voz de alarma a la Guardia Civil después de comprobar que la pareja estaba en la cama de la su habitación sin vida (algunos apuntan que acudió al domicilio después de recibir la llamada de uno de los niños, mientras que otros afirman que fue el propietario el acudió a la vivienda motu propio después de varios días sin tener noticias de sus inquilinos).

La casa donde se encontraron los cuerpos se ubica en la zona centro del pueblo, de unos 1.200 habitantes. Algunos de ellos, consultados por Efe coincidieron en señalar que no observaron "ningún movimiento raro ni nada" que les pudiera hacer pensar que los menores pudieran estar desatendidos.

Además, algunos de ellos ni siquiera se habían percatado aún o apenas sí habían visto en alguna ocasión a esta familia, que llevaba en el pueblo menos de un mes.

Tampoco tuvieron, según las mismas fuentes, ningún indicio de que en la vivienda alquilada por la pareja pudiera haber personas fallecidas.

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