Capital europea de la cultura 2016

Una programación intensa y moderna

  • En los últimos años han proliferado los certámenes de poesía, música, fotografía, diseño o animación · El objetivo de 2016 ha provocado un renacimiento de la ciudad.

La aventura de 2016 ha supuesto un renacimiento para Córdoba. Se ha conseguido aunar en una sola idea a toda la ciudad; de hecho se ha creado un sentimiento colectivo donde antes había una acumulación de barrios, en una capital con fuerte tradición rural y agraria. Todo eso se ha conseguido ya, sin la designación de capital cultural europea, según la visión de un observador de primera fila, Luis J. Pérez-Bustamante, director de El Día de Córdoba, el diario cordobés del Grupo Joly. Mi colega cita a Mario Fernández, presidente de BBK, con  quien comparte la idea de que Córdoba debe convertirse en un elemento importante del diálogo entre el norte de África y Europa.

El efecto 2016 será duradero, pase lo que pase. La ciudad podría decir con orgullo que le quiten lo bailao. Aquí se han producido acontecimientos culturales que confirman el viaje de lo clásico a lo moderno apuntado por el doctor Concha. En 2009 hubo dos eventos que se salieron de cualquier cliché. En octubre, fuera de la temporada tradicional de mayo, se realizó un happening en los patios.

Lo más clásico de Córdoba, en el inconsciente colectivo, como escenario particular de instalaciones para 16 artistas contemporáneos: El patio de mi casa. Tortugas, caracoles, plastilina, pinzas de la ropa con mensajes, maquetas, fuentes, jardines colgantes o la giganta que vieron dos páginas atrás, Alicia de Córdoba, de Cristina Lucas.  Andalucía exportó el patio a Latinoamérica y Córdoba ha exportado esta idea a Quito. En octubre pasado hubo arte contemporáneo en los patios de la capital de Ecuador.

El otro happening de 2009 fue el de los cuatro elementos. A Miquel Barceló se le ve en la foto que arranca este reportaje disfrutando de lo lindo de su performance sobre la tierra, en las Caballerizas Reales. Un lugar que el visitante no debe perderse de ningún modo. Un viaje a la Córdoba vienesa. En el bulevar del Gran Capitán se instalaron las fuentes del agua, las bujías encendidas dieron vida al fuego durante el crepúsculo, en la Plaza del Cristo de los Faroles, y junto a la Mezquita se produjo el milagro artístico del aire que se veía. No se puede decir que los cordobeses lo hayan  pasado mal en estos diez años que dura su odisea europea.

El viaje del patrimonio a la modernidad se hace a diario en los talleres y laboratorios de Medina Azahara, la urbe que mandó construir Abderramán III en el momento de mayor esplendor del califato omeya de al-Andalus. El malagueño Antonio Vallejo, director del conjunto arqueológico desde 1985, sostiene que aquí surgió una parte del acervo de la cultura europea y que el trabajo de su equipo investigador es cultura radicalmente contemporánea, innovación pura.

El rincón elegido por Vallejo es su museo, que recibió el Premio de Arquitectura Aga Khan en 2010, lo que ha dado un nuevo impulso de prestigio mundial a Medina Azahara, como el que significó en 2001 la exposición El esplendor de los Omeyas, producida con el Instituto del Mundo Árabe de París.

En el calendario cultural hay citas con décadas de recorrido, como el Festival de la Guitarra. Y otras nuevas, surgidas al calor de la candidatura europea. En este capítulo destaca Cosmopoética, que suma el ingrediente del espectáculo, marca de la casa. Los encuentros incluyen teatro y arte contemporáneo. Se buscan temáticas atractivas: poesía y vino, poesía y fútbol, poesía y religión. Y como colofón, la gran semana con los grandes poetas. Tirando por alto. En 2006 estuvo el poeta antillano Derek Walcott, Premio Nobel de Literatura 1992.  En 2007, el libanés Adonis; en 2010, el francés Michel Houellebecq, y este año, en la octava edición, el italiano Alessandro Baricco.

La ciudad, nuestro particular estadio olímpico de la capitalidad, es el escenario de algunos de estos acontecimientos. Sin ir más lejos, el sábado de la semana pasada, para La noche Blanca del Flamenco. Decenas de miles de personas tomaron las calles hasta la madrugada al son del arte flamenco. Se levantaron tablaos en plazas y rincones, y durante ocho horas actuaron unos 300 artistas. El acto central fue en la plaza de las Tendillas, con la bailaora Eva la Yerbabuena, ante 2.000 personas que llenaban el recinto.

El urbanismo cordobés da mucho de sí. Pimentel subraya que estamos ante la única ciudad europea en la que la huella arqueológica es más grande que el perímetro actual. Pérez Camacho abunda: un casco antiguo tan grande es difícil de mantener. Y, sin embargo, la ciudad está primorosa. La plaza de la Corredera, por ejemplo. Se trata de una plaza barroca rectangular, construida en el XVII al estilo de las plazas mayores castellanas, única en Andalucía. La fachada ha sido restaurada por el arquitecto Juan Jiménez Povedano y el suelo y las farolas por Juan Cuenca. Nos la enseña Francisco Daroca, que fue director del Plan Especial del conjunto histórico. La plaza se construyó precisamente en época de mucha actividad religiosa y poca civil. Y la intención era que acogiese diversos festejos profanos. Incluidas, con el tiempo las corridas de toros.

Para el sociólogo jiennense Manuel Pérez Yruela, de Pozo Alcón, radicado aquí desde hace décadas, Córdoba, como Florencia (capital cultural en 1986), Venecia o Estambul (capital en 2010) son grandes marcas internacionales, logos, que definen una cultura. Y esta ciudad tiene las condiciones para convertirse en una Salzburgo, con una actividad cultural permanente. Desde la azotea del Instituto de Estudios Sociales Avanzados del que fue fundador y director muchos años nos muestra el caserío cordobés, con la Mezquita al fondo.

Aunque estén lejos de Salzburgo todavía, las actividades culturales cordobesas han crecido en progresión geométrica desde que se lanzara en pos de la capitalidad cultural. Además de las ya mencionadas, están la Bienal y el Premio Internacional de Fotografía, el Festival de Creación Joven (Eutopía), Exposiciones e instalaciones en la provincia, como Scarpia, en El Carpio; y el Festival Internacional de Animación, entre otros.

También están los creadores cordobeses de ahora, entre los que destaca, siguiendo la tradición local, una buena nómina de poetas, como Joaquín Pérez Azaústre, Pablo García Casado, Elena Medel o José Luis Rey. Pintores como Miguel Gómez Losada, Manuel Garcés y Nieves Galiot. El escultor José Manuel Belmonte. El cineasta Gerardo Olivares, autor de Entrelobos, hijo del arquitecto que restauró el edificio del Rectorado.

Pimentel considera que en Córdoba se lee mucho, gustan los libros, aunque la nómina de librerías sea escasa. Y relata una anécdota que ilustra la tradición de ese aserto. Averroes contaba que si en Sevilla muere un sabio y su familia tiene que vender los libros, debe llevarlos a Córdoba en donde hallará venta segura. Por el contrario, si muere un músico en Córdoba, hay que ir a Sevilla para vender sus instrumentos, porque se encontrará mejor precio.

En la Facultad de Ciencias de la Educación da clases desde hace más de treinta años la almeriense Luz González, de Vélez Rubio. Enamorada de una Córdoba nada idealizada, sostiene que aquí se cuida la historia y el presente. Es tan optimista como todos nuestros interlocutores. Quizá, más: "No hay rival, somos los primeros. Y si no se consiguiera, se ha creado una inercia tan positiva, que habrá más oportunidades".

La profesora de profesores ve una ciudad viva con muchas actividades. A las que se sumará en pocas fechas el centro de interpretación del entorno del Puente Romano, recién restaurado por Juan Cuenca y su equipo. Lo que incluye la Puerta que un día fue romana, después árabe, reedificada en 1575 y completada en la parte interior en 1928. Cuenca le ha puesto una puerta de cobre, para subir al mirador superior, diseñada por Pérez Villalta y va a colocar una escultura del artista gaditano en la parte superior de uno de los edificios del centro.

Ocurra lo que ocurra el martes, Córdoba ha sabido ponerse en el mapa, en esta década de trabajo detrás del objetivo de 2016. Y ha dejado en desuso el verso lorquiano. Ya no está ni lejana ni sola. Toda Andalucía está pendiente. Como el horario es taurino, el deseo también: ¡que Dios reparta suerte!

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