Andalucía

El Consejo Audiovisual detecta 47 emisiones porno en horario infantil

  • La institución de control entregará el 23 de junio un nuevo informe al fiscal jefe del TSJA · Hay abiertos 15 expedientes sancionadores que pueden terminar en una multa máxima de 300.000 euros

En Andalucía se sigue emitiendo pornografía en soporte cinematográfico o publicitario en horario infantil. Y bastante. Con un simple movimiento, el mando a distancia cambia de canal y descubre escenas que, si bien a los ojos de un adulto no supondrían problema alguno, sí entrañan riesgos para los niños. Y es que la prohibición de programar pornografía de 06:00 a 22:00 se sigue incumpliendo. El Consejo Audiovisual de Andalucía (CAA) realizó el pasado 19 de marzo un barrido a modo de prueba y detectó 397 canales en emisión, de los cuales 47 emitían contenidos porno en horario infantil, lo que supone un 12%.

A tenor de la gravedad de esta situación, el CAA ha elaborado un informe cuyas conclusiones presentará el próximo 23 de junio al fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Jesús Calderón. Pero su acción no se limitará a la vía judicial. Este documento también tendrá recorrido político y llegará al Parlamento, con el fin de promover una regulación que podría pasar por evitar la ampliación de la restricción horaria o la imposibilidad de emitir estos contenidos en abierto.

En el caso concreto de los anuncios de contactos sexuales en televisión, la comunidad autónoma sí podría restringir las emisiones, ya que el nuevo Estatuto andaluz le otorga las competencias exclusivas para regular esta materia. De hecho, este asunto ya se planteó en un informe similar dedicado en exclusiva a este tipo de publicidad y que fue aprobado por el pleno del CAA el pasado mes de enero.

Caso bien distinto serían las películas. Dos directivas europeas instan a los estados miembros a "garantizar" la no inclusión en las parrillas de "ningún programa que pueda perjudicar seriamente el desarrollo físico, mental o moral de los menores y, en particular, programas que incluyan escenas de pornografía o violencia gratuita" y establecen como mecanismos la elección de la hora de emisión y medidas técnicas, como la codificación. Así, mientras en Italia, desde hace algo más de un año, está prohibida totalmente la emisión de cine porno y anuncios subidos de tono en abierto, en España, hasta ahora, se ha apostado por acotar estos filmes y anuncios sólo al horario.

El inconveniente de esta fórmula radica en que a las 22:00 son muchos los niños y adolescentes que están frente a la televisión. Sin ir más lejos, según el propio CAA, el pico de la audiencia infantil y juvenil en Andalucía es a las 21:30 y todavía a las 23:30 hay el mismo número de menores sentados ante la televisión que las 17:00.

Otro elemento en contra de la limitación temporal se puede encontrar en el reciente estudio del CAA sobre televisión e infancia. En el 31% de los hogares andaluzas hay un receptor en el dormitorio infantil -un 16,9% lo tienen mayores de 12 años y un 14,6% menores de esa edad-. Una circunstancia que facilita al menor poder encenderlo en cualquier momento y sin ningún control paternal.

Esta situación de cierto descontrol es para el CAA cuanto menos sorprendente y contradictoria, máxime cuando la exhibición de revistas pornográficas no está permitida en los quioscos de muchos municipios por orden de sus ayuntamientos.

Un tercer eje de la acción del CAA ha sido el del apercibimiento y sanción a las cadenas que infringen las normas. Según informaron fuentes de esta institución, desde septiembre de 2007 están remitiendo cartas a los infractores advirtiéndoles de lo que estaban haciendo y pidiendo el cese de las emisiones, así como de la apertura de un expediente informativo que podría acabar en expediente sancionador de no responder favorablemente al requerimiento, siendo la multa máxima de hasta 300.000 euros. Desde que se iniciara este proceso, quince operadores -fueron detectados a través de un sistema de alerta- están ya expedientados.

Sin embargo, la eficacia de este sistema se mide a largo plazo. Y es que no está exenta de dificultad. La primera, el descontrol que existe en el mercado audiovisual, marcado por la existencia de muchas cadenas pirata que ocupan la frecuencia de otras, lo que conlleva en ocasiones el archivo de más de un expediente por la imposibilidad de detectar quién está detrás de la emisión. A esto se suman las alegaciones de los propios operadores, que se escudan en que las películas forman parte de paquetes de programas que compran a terceros y que no sabían lo que emitían; ajustes de programación, y otros, con excusas más peregrinas, que llegan a culpar a un trabajador que ya despidieron o el que llegó hasta argumentar un incendio. No obstante, tras la apertura del expediente y las alegaciones, el CAA sigue fiscalizando el contenido de la cadena, viendo en algunos casos que se soluciona y en otros, se cambian los filmes por anuncios.

Pero sea por la vía judicial, política o administrativa, lo que sí tienen claro en el CAA es su "tolerancia cero" con la pornografía en horario infantil, y advierten que no van a reparar en esfuerzos, sobre todo, por su preocupación ante el cambio que está experimentando en los comportamientos juveniles e infantiles. Y por algo más: porque saben que la ciudadanía también comparte esta inquietud.

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