Dos jóvenes murieron tras ser tiroteados la noche del viernes en una finca de Villablanca, en la provincia de Huelva. Los dos hombres, de Cabo Verde pero residentes en el municipio, estaban llegando a su residencia cuando su coche fue tiroteado. Uno de ellos resultó muerto en el acto y el otro falleció durante un traslado al hospital. En la tarde de ayer la Guardia Civil continuaba investigando los hechos, aunque sin ningún detenido.

El suceso ocurrió entre las 22:00 y las 22:30 del pasado viernes. Según fuentes de la Benemérita, los dos jóvenes estaban en la puerta de la finca en la que está ubicada la vivienda en la que residían, a unos dos kilómetros de Villablanca, cuando su coche recibió una ráfaga de disparos. Según explicaron otras fuentes, el ruido alarmó a la pareja de uno de los fallecidos, que acudió alarmada a la entrada de la finca, encontrando ya muerto a uno de ellos y recogiendo al otro, que fue trasladado en un vehículo particular hasta el hospital de Faro. Allí fue operado en la mañana de ayer para posteriormente ser trasladado a Lisboa, pero no pudo resistir el viaje, falleciendo durante el traslado.

Los vecinos de la localidad andevaleña mostraban ayer su sorpresa ante lo sucedido, ya que los jóvenes estaban integrados en la vida del municipio. En la finca del camino de Valdemurtas en la que sucedieron los hechos, en una casa, residen varias personas. Los dos fallecidos, llamados Nelson y Pedro y de aproximadamente treinta años, eran conocidos en la localidad por ser buenos jugadores de fútbol. De hecho, entrenaban junto al Club Deportivo Municipal Villablanca, que milita en Tercera División Andaluza, aunque no formaban parte del equipo. Sí que participaban en torneos y competiciones con los equipos de fútbol sala de la localidad.

A lo largo del día de ayer la entrada a la finca aparecía precintada por la Guardia Civil y se podía observar a los agentes de la Benemérita investigando lo sucedido acompañados por otro de los residentes en la casa. En el municipio fueron vistos también agentes de la Polícia Judiciária portuguesa y hasta cámaras de una televisión lusa. Al cierre de esta edición, aún no había ningún detenido por estos hechos.