Andalucía

"UGT-A no ha recuperado su credibilidad"

  • Ana Pérez Luna es una de las pocas que alza la crítica contra su organización

Una de las pocas voces, y sin duda la más pública, que ha mostrado su disconformidad con la gestión de UGT-A pese al rosario de represalias que ha recibido de sus propios compañeros es la de la sevillana Ana Pérez Luna, secretaria de la mujer en la central entre 2009 y 2013, presidenta del comité de empresa en Isla Mágica y una de las integrantes del exiguo sector crítico que, en mayo de 2013, se atrevió a contrariar la tesis oficial en el congreso en que salió elegido Francisco Fernández -hoy imputado por el caso de las facturas falsas y el ERE de Altadis- en sustitución del factótum de la organización durante más de 15 años, Manuel Pastrana, actualmente también imputado por el presunto desvío de fondos a través de facturas falsas.

De aquel congreso, Pérez Luna recuerda que Pastrana "hizo lo imposible por ahogar la crítica" pese a que "entendíamos que era positivo integrar la crítica en la organización". Para esta mujer, "Castilla llegó en un momento en que está muy reciente esa convulsión en el sindicato", interna, por la aplicación de un ERE -ahora en los juzgados- en la que se aplicó la reforma laboral del PP que UGT había combatido en la calle; y externa por el descrédito de las instituciones.

Al margen de que Castilla llegase "de la mano de la vía oficial" -ocupó la secretaría de Políticas Sociales e Igualdad en la Ejecutiva de Fernández-, Pérez Luna cree que su "voluntad" es la de hacer cambios - "y así me lo ha trasladado en conversaciones recientes"-, pero "a día de hoy el sindicato no ha ocupado ni su espacio ni su credibilidad", subraya.

A su juicio, el problema radica en las dinámicas adquiridas, en el peso del aparato, en esos tejemanejes de puertas para adentro que todo lo condiciona: "Los aparatos siguen pesando mucho; llevo en el sindicato desde 2001, con diferentes cargos orgánicos y es muy, muy difícil... Son muchas dificultades. No pongo en cuestión ni su capacidad ni su voluntad, pero la realidad es que a día de hoy el sindicato no ha cambiado el modelo"

Ese cambio de rumbo estriba, por ejemplo, en el que la clase sindical, y en concreto UGT-A, mire hacia los que más sufren: "Se debe acercar más a sectores como el Turismo o los Servicios, camareros, comerciantes... que están soportando una precariedad laboral brutal. Hay mucha gente que tiene contrato de cuatro horas y trabaja 20. El modelo de sindicato con tanta presencia del sector público, de los funcionarios, que tanto he criticado, se tiene que ir transformando. Y una novedad sería el de una federación de parados, porque a día de hoy están vinculados a cada una de las federaciones de sus sectores y dificulta que se movilicen".

Todos estos "flecos" son los hilos que tejen, a juicio de Pérez Luna,"el trabajo interno de debate" que debiera realizar UGT-A para dar mayor participación a los delegados y a las bases, sobre todo, "proyectarlo en la calle" con una "estrategia de comunicación" que funcione.

Y en la que quepa la libertad de expresión y la autonomía. Porque, en los tiempos en que era Secretaria de la Mujer como miembro de la Ejecutiva, Pérez Luna sufrió la miopía de la brecha generacional y de género que pesa, como una losa, sobre la representación sindical en general. "Me he sentido muy perseguida dentro y fuera del sindicato. Pero nunca he querido cambiar de organización. Y a mí me votan mis compañeros de empresa, estén afiliados o no" .

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