Felipe López. Consejero de Fomento y Vivienda

"Los desahucios no se pueden afrontar con soluciones mágicas"

  • El político jiennense lidera un departamento con retos tan relevantes como la reactivación de la obra pública, el impulso de la rehabilitación y el fomento del alquiler de viviendas

-¿Qué situación se ha encontrado a su llegada a la Consejería de Fomento y Vivienda?

-Creo que hay que hacer una reflexión previa para entender el momento. La obra pública no se improvisa y ahí están los diferentes planes. Cuando se configura una idea, tiene que desarrollarse, pasar por un estudio ambiental y buscar la financiación. Despejar el camino para comenzar una infraestructura es un proceso muy lento y todo eso se hace en un escenario económico que se prevé sostenido. Cuando viene un cataclismo que sacude la economía mundial hay que parar muchas cosas. Se paró en todo el Estado, pero en Andalucía se hizo una apuesta política por sostener los pilares que garantizan la igualdad de oportunidades en una sociedad decente, que son la salud y la educación. Evidentemente, la obra pública entra dentro del paquete de cosas parables en este contexto. Otra cosa son los antecedentes y cada uno tiene un relato sobre qué soluciones de ayer nos han traído los problemas de hoy. Cristóbal Montoro, con quien discutí mucho en el Senado, menciona mucho la herencia recibida, pero él estaba en la cocina donde se gestó la burbuja inmobiliaria.

-¿Qué herencia recibió usted de la labor realizada por Izquierda Unida en la consejería durante la anterior legislatura?

-Izquierda Unida regentaba la Consejería, pero estaba dentro del Gobierno socialista. La política que se hacía era la del Ejecutivo del PSOE, en este caso en coalición. Obviamente, asumimos todo lo que ha representado ese periodo de gestión, en este caso compartido por dos partidos. Nosotros estamos intentando hacer lo que parece racional. En todo lo que hubo que parar, hubo que optar, por decirlo gráficamente, entre mantener los quirófanos abiertos y parar carreteras. La decisión no era muy difícil de tomar.

-¿Y ahora cuál es la hoja de ruta en infraestructuras?

-Estamos retomando lo que se encontraba más avanzado para intentar rentabilizar lo ya invertido. Por otro lado, reactivamos las obras que tienen mayor impacto social, económico y en la generación de empleo. El 3 de julio pusimos en marcha un tramo de la Autovía del Almanzora. Decidimos que es fundamental porque la mayor importación de mármol de España procede de aquella zona y representa una oportunidad de crear riqueza. No tiene que ver sólo con la movilidad y seguridad de los ciudadanos que viven en la comarca, sino con una apuesta por el desarrollo de la zona. Es lo que estamos haciendo y creo que es la aplicación del sentido común y la lógica.

-¿Con qué otras infraestructuras harán lo mismo?

-Un ejemplo es el tren-tranvía de la Bahía de Cádiz. Creemos que hay que explicar la envolvente que justifica estas inversiones potentes. El Gobierno de Andalucía ha hecho una apuesta por la sostenibilidad en la movilidad muy importante. No hay una comunidad en España donde haya dos suburbanos en funcionamiento, en Sevilla y Málaga, y un tercero que está próximo a ser terminado, en Granada. En el caso de la Bahía de Cádiz, es una respuesta inteligente y bimodal en un sistema geofísico que necesita ser tratado con el menor impacto posible. En eso Andalucía está siendo cabeza de puente, aunque tenemos problemas puntuales, como algún retraso. El tren-tranvía de la Bahía de Cádiz, que estará en unos meses, los metros de Sevilla, Málaga y Granada, el tranvía de Jaén y Alcalá de Guadaíra. Creo que es una respuesta que está en sintonía con la modernización de las ciudades. Una respuesta inteligente en lo local con un compromiso global. En Europa hay una apuesta estratégica por reducir las emisiones, por la sustitución de combustibles fósiles y establecer un eje prioritario en transporte y energía. De hecho, el tranvía de la Bahía de Cádiz y el metro de Granada se han hecho gracias al apoyo europeo.

-La conexión ferroviaria con el puerto de la Bahía de Algeciras también cuenta con el apoyo de la UE y está paralizada.

-Es un proyecto que compete al Gobierno de la nación. Me reuniré con la ministra de Fomento para tratar este tema como muy tarde en septiembre. La posición geoestratégica de Andalucía es periférica en Europa, pero central en las comunicaciones y el transporte de mercancías mundial. La potencialidad del puerto de Algeciras es enorme en logística no sólo para Cádiz y el Campo de Gibraltar, sino para España como puerta de entrada. Tiene sentido que la Red Transeuropea de Transportes establezca en Algeciras el kilómetro cero de dos corredores, el Atlántico y el Mediterráneo, pero el Gobierno no ha invertido nada esta legislatura. Pedimos complementariedad en los esfuerzos y cooperación leal. Es verdad que los recursos son menores en el conjunto del Estado, pero en el ramal litoral de estos corredores han invertido 4.500 millones y aquí nada.

-Es otro reproche de la Junta al Gobierno.

-Es que por sus condiciones geoestratégicas el de Algeciras es un puerto imbatible, y si no generamos la infraestructura complementaria, que es la intermodalidad entre el transporte marítimo, ferroviario y por carretera, perderemos una gran oportunidad de desarrollo. Mi intención es hacer un reproche, sí, pero no entrar en una confrontación política estéril. Es una llamada de atención para que el Gobierno acabe haciendo lo que creemos que debe hacer. Eso se complementa con el desarrollo que impulsamos en los centros logísticos.

-¿Qué hacen en estas infraestructuras?

-Estamos invirtiendo en las once áreas logísticas, conscientes de que esto no tiene el potencial para desarrollarse completamente si no se resuelve la conexión. En el centro de Linares-Baeza convergen todos los puertos de Andalucía en dirección Madrid y Europa, pero no existe red ferroviaria. El argumento que se ha utilizado alguna vez es que la demanda no es tan grande realmente. Ésa no puede ser la excusa, porque es evidente que por una carretera no se transita si no existe. No tenemos oportunidad de que la demanda se genere.

-El tema de la financiación también es muy importante. Ante la falta de ingresos, cuentan con los fondos europeos, pero también existe la posibilidad de la colaboración público-privada. ¿Cómo ve esa formula?

-Los metros de Sevilla y Málaga se han hecho así. No el de Granada, que se ha hecho con financiación del Gobierno andaluz gracias a un préstamo del Banco Europeo de Inversiones. La colaboración público-privada consiste en realizar una concesión para la construcción y explotación de la obra y se va pagando durante la misma. Es como el que no tiene dinero para comprarse un piso y pide una hipoteca. Creo que esta fórmula es totalmente aceptable cuando una infraestructura es imprescindible y no hay recursos en el presupuesto para ejecutarlo de forma inmediata. Sin embargo, plantear que toda la obra pública que sería deseable hacer vaya por ahí no es racional, porque no hay capacidad de absorber en el presupuesto la deriva que tiene luego anualmente. Hay que ser muy selectivo y tener los pies en la tierra.

-¿Qué retos tiene con las competencias de vivienda?

-Estamos elaborando el Plan Autonómico de Vivienda, que tiene que fijar las reglas del juego y la financiación y creemos que hay dos ejes que priorizar.

-¿Cuáles son?

-Primero, la rehabilitación, porque hay mucho parque público y privado de viviendas susceptible de ello. Además, genera actividad económica y empleo en un sector que ha sufrido un durísimo ajuste. Creo que es coherente utilizar recursos públicos para favorecer el desarrollo de la construcción y que coincida con los intereses de los ciudadanos que habitan viviendas que necesitan ser reformadas y mejoradas. Ya lo hizo en la pasada legislatura la Consejería de Economía con dos planes de construcción sostenible, que pretendían crear empleo y mejorar la eficiencia energética.

-¿Y el otro eje?

-El fomento del alquiler. Hay mucha gente que no tiene la posibilidad de acceder a una vivienda en propiedad en este momento. Esperamos que la situación cambie en los próximos años y haya más gente que pueda comprar un piso, pero si no es posible vamos a fomentar el alquiler.

-La sociedad española no es muy dada al alquiler históricamente. ¿Cómo pretenden fomentarlo?

-Lo podemos estimular e incentivar mediante subvenciones. No puedes obligar a nadie, pero si quieres establecer una medida política hay que utilizar la vía del estímulo con los promotores y los adquirientes. No pensamos en quien puede acudir al mercado libre, sino en las necesidades de ciertos grupos sociales más vulnerables y tenemos que hacer una aplicación racional de los recursos.

-Tienen mucho que decir en el tema de los desahucios.

-Queremos reducir el drama que se produce con la ruptura de un proyecto vital que supone un desahucio. No pensamos que el anteproyecto de ley de retracto sea la solución global al problema de las ejecuciones hipotecarias. Hay que ser consciente de la complejidad del problema. Nos llama a la acción, puesto que es una situación muy complicada desde el punto de vista personal. Es una insolvencia que mucha gente no ha buscado, sino que es sobrevenida porque se han quedado sin empleo y sin fuente de ingresos. Por eso no pueden pagar la hipoteca o el alquiler.

-¿Para ustedes, cual es el mayor problema al respecto?

-Hay dos derechos fundamentales en colisión, el de vivienda y el de la propiedad. No se puede acercar uno frívolamente pretendiendo soluciones mágicas. Cuando el acreedor es el banco, la respuesta sociológica es colocarse en su contra porque es el poderoso y hay una percepción social negativa después de la crisis. Pero hay que fijarse cuando no hay poderoso y débil, sino cuando se enfrentan dos débiles. Cuando alguien deja de pagar el alquiler y ese dinero sirve para complementar el modo de vida del arrendador. Acercarse a los desahucios con pretendidas soluciones milagrosas es un ejercicio de voluntarismo.

-¿Qué solución proponen?

-Hay que ser consciente de las limitaciones, pero hacer todo lo posible. Yo llevo un mes de consejero, pero este Gobierno tiene más historia. Empezó con la creación de una oficina de respuesta en el programa andaluz de defensa de la vivienda, que tenía la función de prevenir e intervenir en la mediación para tratar de evitar el resultado indeseado: que la persona tenga que abandonar su vivienda. Hemos usado nuestra capacidad normativa para reforzarla con la Ley de Función Social de la Vivienda y en el principio de esta legislatura impulsamos el anteproyecto de ley de retracto y el dependiente de salud y consumo, que garantiza los derechos de las personas que suscriben una hipoteca y crea un tribunal de arbitraje. Además, el Parlamento de Andalucía pidió al Gobierno de la nación que modifique la ley hipotecaria para hacer posible la dación en pago, ya que no tenemos la competencia.

-Hay grupos que consideran que son demasiado conservadores en el tema de desahucios.

-Creemos que son medidas inteligentes y oportunas. La alcaldesa de Barcelona dice que le parece bien la ley de retracto, pero aquí hay grupos que dicen que favorecemos a los bancos. El jueves, en el Parlamento, le recordé a la portavoz de Podemos que su líder dijo que una sociedad decente es la que expropia a los bancos. No sé si está pensando en incautaciones, porque las expropiaciones se pagan. Hay que buscar soluciones en el Estado de derecho armonizando intereses en conflicto. Para saber cual es la más adecuada he hablado con el Defensor del Pueblo, entidades financieras, patronal, afectados y municipios. El tema tiene tanta deriva que necesitamos la conjunción y el esfuerzo de todos.

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