-Otro de los asuntos más complicados para el PP es la corrupción. Muchos militantes y dirigentes de su partido están implicados en casos muy graves.

-Si miramos los últimos seis meses con los mismos seis meses del año pasado o de cualquier otro, creo que ahora hay menos corrupción. Simplemente porque los casos de corrupción del pasado se han ido descubriendo cuatro o cinco años después. Ahora, el que quiera delinquir se lo pensará mucho antes de hacer algo. La corrupción es la mayor lacra del sistema democrático. No hay corrupción de un partido o de otro, hay corruptos, y cuando sale un caso todos nos vemos afectados.

-En el caso del PP se da una circunstancia especialmente grave. Hay investigaciones policiales y judiciales que concluyen que ha habido financiación ilegal del partido. Por ejemplo, las obras de su sede central en Madrid fueron pagadas con dinero negro.

-Eso no lo admito, eso lo tendrán que decir los jueces.

-Está en un sumario judicial.

-Ya veremos en qué concluye, aunque a mí me gustaría que la Justicia fuese un poquito más rápida. Hay una frase que repito mucho: quien la hace, la paga.

-Ustedes tenían a Luis Bárcenas como tesorero y senador durante muchos años. ¿No deberían hacer acto de contrición por todo lo sucedido?

-Nosotros ya hemos admitido que gente que no merecía nuestra confianza se ha aprovechado de ella. Eso ya lo dijo el presidente del Gobierno en un pleno muy importante, el primero de agosto de 2013. La corrupción es funesta y cuando nos toca de cerca, aún más.

-¿Cobró usted sobresueldos de su partido?

-No, no nunca, tengo esa enorme satisfacción. Nunca he tenido responsabilidades en el partido. Nadie ha dicho nunca nada sobre mí y es algo de lo que me siento orgulloso.

-¿Ha pasado el PP el sarampión de la corrupción?

-Creo que sí. Hemos sido exigentes y rápidos, pero volvemos a lo dicho: veremos lo que los ciudadanos y electores detectan. Ahora está funcionando al máximo todo el aparato represivo de la Justicia: Policía, Guardia Civil, Agencia Tributaria, fiscales, jueces… Y espero que los ciudadanos lo vean así.

-¿Y esa lentitud de la Justicia de la que hablaba, es responsabilidad de los jueces o de la falta de medios con los que cuentan?

-No me atrevo a decirlo, pero supongo que es un problema de medios y de los procedimientos. Tenemos una legislación muy garantista.

-¿Excesivamente garantista?

-Yo no diría eso. Me gusta que haya garantías procesales, pero es probable que ese garantismo sea aprovechado por algunos para dilatar los procesos.

-¿Cuál es su percepción sobre la situación política catalana?

-Es muy triste porque se está abriendo un foso entre los independentistas y el resto de españoles. Es un foso dentro de la propia Cataluña que está separando incluso a las familias. España es una y Cataluña seguirá siendo España pase lo que pase en las elecciones.

-Caben dos posibilidades en estas elecciones: que gane el frente soberanista o que ganen los partidos que no apuestan por esa vía. ¿Qué opciones se abren a partir de cada una de ellas?

-No quiero avanzar tanto, lo que está claro es que no va a abrirse el camino de la independencia. Eso lo puedo asegurar como presidente del Congreso. El Gobierno tiene en su mano la posibilidad de evitarlo y va a ejercer sus funciones.

-¿Se refiere a la suspensión de la autonomía que prevé el artículo 155 de la Constitución?

-Eso deberá decirlo el Legislativo con el Ejecutivo. Ese artículo está en la Constitución. El Gobierno está tomando medidas, sin precipitaciones de las que luego deba arrepentirse, y llegará adonde deba llegar.

-¿Cómo se interpreta la elección de García Albiol como candidato del PP en Cataluña? Han buscado un perfil duro.

-Puede ser, pero el perfil no cambia nada. El PP de Cataluña seguirá igual que con Alicia Sánchez Camacho. Hemos elegido al candidato que mejor resultados nos puede dar.