El empresario cordobés acusado de asesinar a su pareja, a la que dio 131 puñaladas, tendrá que pasar en la cárcel 24 años. La Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a Miguel M. A. a 23 años de prisión por un delito de asesinato, al que suma un año más por malos tratos habituales. El jurado popular lo declaró culpable de asesinato, con los agravantes de alevosía y ensañamiento. "Los miembros del jurado declararon probado por unanimidad que la agresión comenzó cuando Miguel, de manera sorpresiva, se acercó por la espalda a Ana María, que estaba desprevenida, y le golpeó con una botella de vino en la parte posterior de la cabeza", recoge la sentencia. Con la contusión la víctima, quedó "aturdida y sin posibilidad real de defenderse, de lo que se aprovechó el acusado para conseguir con más facilidad su propósito". En ese momento fue cuando el acusado la trasladó cogiéndola del pelo hasta el baño anexo al dormitorio. "Al clavar 131 veces en el cuerpo de Ana María, pretendía no sólo ocasionarle la muerte, sino también de manera deliberada producirle sufrimiento adicional".

El acusado dijo durante su declaración que la víctima lo había atacado primero con un cuchillo y que logró arrebatárselo hiriéndose en la mano, pero el jurado no lo declaró probado al exponer los forenses que esos cortes se los debió producir mientras apuñalaba a la víctima, al estar "el cuchillo ensangrentado y, debido a ello, resbaladizo".

La Fiscalía de Violencia contra la Mujer solicitaba una pena de cárcel algo superior a la fijada por la Sala. Pedía 28 años de prisión, 25 por el delito de asesinato -lo máximo permitido por las circunstancias en las que se produjo- y otros 3 por malos tratos.