Andalucía

Pacheco, 'castigado' en prisión por llamar al voto

  • Le retiran parte de los libros por animar a los presos tomar partido

Pedro Pacheco ha pasado en la cárcel de Puerto 3 su segundo verano y ha estado "tranquilo", según los funcionarios y sus allegados. El que fuera alcalde de Jerez durante 24 años está ya totalmente adaptado a la vida penitenciaria y, aunque a mediados del caluroso verano algunas fuentes apuntaron que podía estar pasando un episodio depresivo, esta semana se le pudo ver participando con total normalidad en el día a día del centro portuense, donde está ingresado desde el 24 de octubre de 2014 como preso FIES (Ficheros de Internos de Especial Seguimiento).

Hace deporte casi a diario y se relaciona con otros internos. Tal y como hiciese al poco de llegar, el ex regidor sigue ayudando a otros condenados a desenvolverse en las tareas burocráticas, rellenando de su puño y letra muchas instancias para sus visitas al médico, al psicólogo o con abogados. "Está muy implicado en todos esos asuntos", apuntan desde Puerto 3.

Tanta es la implicación de Pacheco en la vida de la prisión que no hace mucho sufrió lo que podría considerarse una "represalia" por parte de la dirección del complejo penitenciario. Según fuentes cercanas, el ex alcalde y político hizo campaña entre los demás internos de su módulo, el 12, para que ejerciesen masivamente el derecho al voto en las elecciones generales del 26 de junio.

Según la Constitución, los presos pueden ejercer el voto si la condena que cumplen no indica la suspensión de su derecho de sufragio activo y pasivo. En todos los centros penitenciarios se exponen las normas electorales que regulan el voto por correo y se organizan sesiones informativas de explicación y aclaración sobre el procedimiento de votación por correo.

El llamamiento personal del interno Pedro Pacheco no gustó al director de Puerto 3, Miguel Ángel Rodríguez, quien ordenó que retiraran gran parte de los libros que tenía en ese momento en su celda.

La normativa penitenciaria es tajante con la tenencia de ropa, libros y otras pertenencias de los reclusos clasificados como FIES, limitando el número de ejemplares a 12. Existe cierta laxitud en la aplicación de la medida, que se adopta sobre todo para agilizar los registros en las celdas cuando son necesarios, de forma que Pacheco, lector compulsivo, llegó a acumular medio centenar de libros. Tras el incidente de la llamada al voto, en su celda sólo ha quedado una docena de libros. "Ha sido una clara venganza por movilizar al voto", subrayan fuentes penitenciarias.

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