El derrame que se produjo en la tarde del lunes durante una operación de mantenimiento de la monoboya de Cepsa quedaba prácticamente recogido ayer tras depositarse en una franja discontinua de medio kilómetro en la playa del Rinconcillo. Los 500 litros de crudo (hasta 2.000 litros de vertido si se suma el agua con la que estaba mezclada el petróleo) fueron desplazados por el levante y la marea hasta Algeciras durante la noche. Por la mañana operarios de la empresa y el Ayuntamiento se afanaron en la recogida de los restos llegados a la playa, mientras que dos camiones succionaban el crudo que quedaba en el agua en esa misma zona y Salvamento y Capitanía Marítima controlaban que hubiera restos en otras zonas, como la dársena pesquera. 

El crudo derramado quedaba completamente controlado desde la mañana, después de que durante la noche se hubieran estado ejecutando tareas de limpieza y se hubiera blindado el río Palmones para evitar que el derrame pudiera afectar a las marismas, paraje natural protegido. El helicóptero Helimer 203 de Salvamento Marítimo, que vigila la costa desde el aire, y la embarcación Salvamar Dubhe, además de un barco de actuación rápida y un remolcador de Salvamento, se sumaron a las tareas de control y limpieza, supervisando toda la zona para comprobar las zonas afectadas por la mancha de petróleo, producto de un fallo en una válvula del barco auxiliar que estaba trabajando en la inspección de las mangueras de la monoboya (no había ningún petrolero operando en ella).

Así se detectó que el crudo se había concentrado bajo el puente del Acceso Norte y la playa de la Concha, donde se comenzó a trabajar; también se limpió en la zona de la dársena pesquera al introducirse en ella la mancha por el efecto del oleaje. Parte del petróleo se había evaporado al ser un crudo ligero, de baja densidad, de ahí el fuerte olor que sintieron los vecinos del Rinconcillo en la noche del lunes. 

En la tarde de ayer se seguía trabajando y, según explicaron fuentes de Cepsa, hoy los operarios volverán a la zona para comprobar que ha quedado en buen estado. Será un retén menor que el que actuaba ayer: 30 operarios entre los técnicos municipales y los de Cepsa, a los que se sumaron en las tareas de control y limpieza personal de Capitanía Marítima, Salvamento Marítimo, la Consejería de Medio Ambiente, el 112 y el puerto de Algeciras tras ser activado el Plan Interior Marítimo.

Todas las instituciones implicadas destacaban ayer la coordinación del dispositivo ante el derrame. El delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, resaltaba que la actuación llevada a cabo había permitido aminorar sus efectos y que la situación "esté controlada" frente a la "inicial incertidumbre sobre la magnitud de ese derrame" de crudo ligero.  El subdelegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en el Campo de Gibraltar, Ángel Gavino, valoraba "positivamente" la rápida reacción de las instituciones públicas y la empresa: "La respuesta ha sido más que correcta".

Desde Capitanía Marítima se destacó la "colaboración muy estrecha" entre los distintos participantes en la limpieza.

El alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, por su parte, lamentaba la llegada del derrame a la playa, resaltando que "lo más importante es que esta zona del litoral algecireño quede en las mejores condiciones en el menor espacio de tiempo posible".

"Asimismo, es necesario que el foco del vertido sea atajado a la mayor brevedad posible siguiendo las directrices de la administración responsable con mayor operatividad, y para estar siempre preparados es necesario llevar a cabo ejercicios y simulacros, de forma periódica, contando con todos los estamentos que han de actuar ante este tipo de contingencias", destacó Landaluce. En esta línea, consideró que "necesitamos contar con más y mejores embarcaciones dedicadas a la lucha contra la contaminación, dotadas con un material más moderno y efectivo. Contamos con unos excelentes profesionales, que han de tener a su alcance los medios más adecuados para llevar a cabo este importante cometido".