Andalucía

Arenas convierte en su 'discurso de investidura' el debate presupuestario

  • Aguayo ataca el "cinismo" del PP al criticar sus cuentas cuando tienen menos recortes que las de las comunidades donde gobierna y por querer seguir el modelo Cameron

El debate de totalidad de los Presupuestos andaluces para 2011 no se limitó ayer a la tradicional guerra de cifras entre las bancadas socialista y popular. Crecido por las últimas encuestas que le sitúan al borde de la mayoría absoluta para 2012 con una ventaja de siete puntos en intención de voto sobre el PSOE, y por el apoyo brindado este martes por Mariano Rajoy, que ve que el cambio político en Andalucía es "más posible" que nunca, el presidente del PP-A, Javier Arenas, decidió convertir el combate presupuestario en algo más: en un "seudodiscurso de investidura", como acertó a definir su rival en este duelo, la consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo.

La propuesta de Arenas es un refrito de las reformas con los que puntualmente bombardea al Gobierno andaluz, rebautizado para esta ocasión como los "presupuestos del cambio". En esas cuentas tendrían cabida todos los planes de austeridad que salpican sus discursos: la reducción de trece a diez consejerías, de un 50% de los altos cargos y de las delegaciones provinciales, un pacto de austeridad para todas las administraciones, que ponga coto al gasto en coches oficiales, móviles y protocolo. Unas medidas que se completarían con el guiño electoral a los funcionarios en pie de guerra, que sería la derogación del decreto de reordenación del sector público y, dentro de este esquema de racionalización, se incorporarían una reducción de los recursos destinados a partidos, sindicatos y organizaciones empresariales y una ley de subvenciones para controlar que el dinero no se reparta por criterios "ideológicos o familiares". La guinda sería el que viene siendo el principal caballo de batalla del PP: la bajada de los impuestos.

Esta especie de programa electoral de Arenas, aderezado con una ristra de números sobre los recortes para 2011, fue rebatido por una consejera de Hacienda que demostró haber ganado tablas en este segundo debate presupuestario al que se enfrenta. Martínez Aguayo no sólo tiró del que se ha convertido en el recurso habitual para desmontar los "cínicos" argumentos populares, la comparativa con lo que hacen o dejan de hacer en las comunidades del PP, sino que siguió a pies juntillas la directriz marcada en el último Comité Director del PSOE: situar sus políticas al lado del Plan Cameron, marcado por despidos de funcionarios, recortes sociales y privatizaciones.

El otro flanco de ataque de Martínez Aguayo fue el del análisis "pueril, frívolo e indigno" de Arenas a los números, al entender que no ha tenido en cuenta factores como la homogeneización presupuestaria aplicada para el próximo ejercicio, y por comparar, sumar y restar valores que no casan como "las peras y las manzanas". Este ejemplo, patentado por la concejala madrileña Ana Botella para reflejar su postura contraria al matrimonio gay, lejos de incomodar a Arenas se convirtió en su cantinela para el resto del debate cada vez que quería comparar las cifras que le convenían para echar tierra sobre unos presupuestos del "fracaso" que auguró "van a durar menos que un Gobierno de Griñán" -van cuatro equipos desde su llegada hace año y medio a la Presidencia de la Junta- si finalmente se acomete ese proyecto para reordenar y fusionar empresas públicas.

El choque de Arenas y Martínez Aguayo fue duro en el cuerpo a cuerpo, pero también entre los escaños, e incluso llegó a la Presidencia de la Cámara. El PP tiene desde hace tiempo en el punto de mira a la presidenta, Fuensanta Coves, y esta vez fue el propio Arenas el que la increpó diciéndole que "nunca he visto una actitud de una presidenta como la de usted", después de que esta le llamara la atención por un rifirrafe con una diputada socialista y por excederse dos minutos del tiempo reglamentario.

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