Cuarto centenario cervantes - shakespeare

Leer a Will en edición bilingüe

  • Algunos de los mejores escritores españoles han dedicado sus esfuerzos al reto de traducir al gran poeta dramático inglés.

Seguimos sin festejar la fecha exacta de su óbito, que en realidad se produjo el 3 de mayo porque en su época Inglaterra se regía por el calendario juliano y no por el gregoriano; y para colmo, no han faltado autores, como Henry James, que han puesto en duda la verdadera identidad del autor de Hamlet, negando incluso su existencia. Por fortuna, gracias a biografías como la imprescindible El espejo de un hombre de Stephen Greenblatt (DeBolsillo), que ahora se publica en español, podemos acceder a muchos de los secretos del mayor escritor en lengua inglesa de todos los tiempos y asomarnos al abismo de las incógnitas que quedarán por resolver para la efemérides del próximo siglo. Pero hay algo cierto: William Shakespeare es mucho más leído y traducido que su contemporáneo Miguel de Cervantes y ello se debe al éxito de su obra dramática, continuamente representada y llevada al cine y a los teatros de todo el orbe.

Para el poeta y traductor Antonio Rivero Taravillo, "España tiene que reivindicar mucho más a Cervantes porque si este país destaca verdaderamente en algo es gracias a sus creadores (músicos, escritores, pintores...). Pero es verdad que es mucho más fácil situar a Shakespeare porque siempre hay alguna adaptación interesante, como este año ha ocurrido con la película Macbeth. Al estar su dramaturgia tan viva, y no por un prurito de celebración sino porque sus temas siguen siendo actuales, se presta bien a reelaboraciones y homenajes y, además, en todo el mundo ya que el inglés se ha convertido en una especie de lengua franca. Ha sido muy mala circunstancia que estemos en época de vacas flacas y no haya habido un interés real por el Año Cervantes porque para mí la verdadera marca España es la cultura".

En la nómina de traductores españoles de Shakespeare se cuentan, por fortuna, algunos de nuestros mejores escritores y poetas, como el recordado filólogo barcelonés Carlos Pujol y el filósofo Agustín García Calvo (en Anagrama, su excelente edición bilingüe de los Sonetos). Es muy interesante la versión de Bernardo Santano Moreno para Acantilado, que realza la turbulenta belleza de esta obra elegíaca que también el cine se ha ocupado de reivindicar en los últimos años, como ocurrió con The Deep Blue Sea (2011) de Terence Davies. Santano Moreno ofrece dos versiones, una en verso y otra literal a pie de página, facilitando así la comprensión de los recónditos sentidos de esos sonetos que tanto gustaban al personaje interpretado por Rachel Weisz.

No menos encomiable es la edición bilingüe de los sonetos de Rivero Taravillo, que acaba de reeditar el sello Renacimiento en el contexto del cuarto centenario de la muerte del autor. Estos poemas de Shakespeare están escritos originalmente con la métrica del pentámetro yámbico (un tipo de versificación anglosajona no rimada característica de las obras de teatro isabelinas) y a la hora de traducirlos intervienen muchos factores pero el principal es la elección del metro. Rivero Taravillo optó por traducirlos en endecasílabo blanco por su cercanía a la sensibilidad y dicción del lector moderno, una revelación que tuvo al leer lo que ya había hecho el argentino Manuel Mújica Laínez, que tradujo sólo un tercio con esta fórmula.

Con motivo de la efeméride, muchas editoriales han apostado por la edición bilingüe y esto vale también para la obra puramente dramática. Penguin Random House, como no podía ser de otro modo dado su extraordinario fondo de clásicos, ha lanzado en bolsillo un Macbeth que al magnífico texto original suma la apreciada traducción de Agustín García Calvo. Lo mismo ocurre con su Hamlet, que enriquece con la versión de Tomás Segovia, quien asumió el reto de traducir una de las monografías más ambiciosas sobre el autor: Shakespeare, la invención de lo humano (Anagrama), del crítico de críticos Harold Bloom. En este punto es imprescindible citar al polaco Jan Koot, autor del ya clásico ensayo Shakespeare, nuestro contemporáneo (Alba) que tanto gustaba al director Peter Brook.

Sin obviar el esfuerzo ímprobo que asumió en su día Luis Astrana Marín (1889-1959), que recopiló y volcó al español -en prosa- las Obras Completas de Shakespeare para Aguilar, proyecto que ha conocido luego múltiples reediciones, como las de Alianza Bolsillo, es el sello Cátedra el que acaso ha entendido mejor la naturaleza escénica del bardo gracias a la labor capitaneada por el profesor, actor y director Manuel Ángel Conejero, de la Universidad de Valencia. "Nuestra edición reivindica al Shakespeare teatral. Evidentemente es un texto de rigor filológico porque es una edición bilingüe y atiende a aspectos teóricos y textuales recogidos en las notas al pie de página. Pero el rasgo distintivo es la faceta teatral porque, aunque yo soy catedrático de literatura, también soy director, una faceta bastante inusual". Conejero asumió esta iniciativa junto a textualistas como Vicente Forés y José Saiz, "y con un grandioso poeta como Jenaro Talens, que estuvo desde el principio, lo que le da una gran solidez a nuestra propuesta y la distingue de las demás", explica. Cátedra ha lanzado una edición conmemorativa de aquel elogiado proyecto iniciado en los años 80 y propone en bilingüe los cinco títulos más demandados del autor: Romeo y Julieta, Hamlet, Macbeth, Sueño de una noche de verano y los Sonetos. "Falta por desgracia la que yo considero que es su obra más importante para entender el contexto actual, El rey Lear, que además fue la primera que tradujimos. Hijos desagradecidos, amor perdido por repartir una herencia, falta de piedad… Eso es El rey Lear, el signo de estos tiempos difíciles y oscuros".

Para Conejero, que lleva más de medio siglo traduciendo al escritor de Stratford desde que en 1964 se sentó a escribir su tesina inspirado por la lectura de los Sonetos, "Shakespeare no es un poeta lírico y consumado como por ejemplo Lope, sino un poeta del teatro. Lo que adora es la idea de desarrollar un conflicto dramático estrofa por estrofa hasta la conclusión y sus sonetos son, por ello, una meditación dramática insuperable".

La exquisita edición bilingüe que de los 154 Sonetos ha lanzado también Vaso Roto, con la traducción de José Luis Rivas, o la cuidada y voluminosa aproximación de Ramón Gutiérrez Izquierdo para Visor, son otras posibles vías de acceso a esa obra misteriosa que ahonda como muy pocas en los misterios de la amistad, la pasión, el erotismo, el engaño y la belleza.

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