El Celta de Vigo ha conseguido con Fabián Orellana lo que fue incapaz de obrar el Granada CF y su entorno cuando el talentoso atacante chileno defendió la elástica rojiblanca. Tan a gusto dice estar en su destino gallego que el 'Poeta' incluso atiende a los medios de comunicación. Poco, pero lo hace, a diferencia de su etapa granadina, cuando ni siquiera dejó a los aficionados que conocieran su voz. El futbolista cedido por el Granada CF fue cuestionado recientemente por sus preferencias de cara a su futuro inmediato y no dudó al afirmar que "si por mí fuera, me quedaría en el Celta", afirmación referida tanto a si los celestes retornan a Primera como si se quedan en Segunda División. El contrato de cesión expirará el 30 de junio y en el club gallego se lo quieren quedar de cara al próximo curso, aunque su situación economica no le permite abonar los tres millones de euros de la opción de compra que posee. Sí está dispuesto a negociar una rebaja, aunque lo va a tener muy duro con el Granada, que cuenta con él como una opción más que probable para la plantilla del curso que está por venir.

La estabilidad emocional se ha demostrado esta temporada como uno de los pilares básicos para que Orellana rinda a un alto nivel. El chileno asegura que se siente muy cómodo en Vigo, tanto él como su familia, y además es muy querido por la afición. Ha congeniado muy bien con buena parte de la plantilla, su relación es buena con los medios de comunicación y además la grada lo adora. Con Paco Herrera no ha tenido ningún roce y para el técnico es indiscutible. Todo ello le ha llevado a acumular 12 goles en lo que va de Liga y a ser una pieza básica en la buena temporada del Celta, que tiene muchas opciones de ascender a Primera por la vía rápida. A falta de tres jornadas, tiene plaza de ascenso directo y depende de sí mismo.

El futbolista ya ha expresado públicamente sus preferencias, con independencia de si es en Primera o en Segunda, pero sobre su futuro seguramente sea quien menos tenga que decir. El Granada se hizo con los derechos del chileno el verano pasado, justo después de que se formalizara la cesión del Udinese al Celta. Que sea reclamado para la segunda campaña rojiblanca en la máxima categoría dependerá en gran medida del entrenador que ocupe el banquillo, aunque todo apunta a que Franco Jara no seguirá en el Granada y tampoco está claro que la cesión de Jaime Romero tenga continuidad, lo que dejaría hueco para el regreso del internacional chileno.

El Celta lo tendría más fácil para quedárselo si no asciende, pues está claro que, si sube, el Granada descartaría la opción de una nueva cesión a los vigueses. El club celeste posee una opción de compra sobre Orellana valorada en tres millones de euros, una cantidad difícilmente asumible por la entidad gallega, que, aunque está respondiendo religiosamente a los contratos de sus futbolistas, tiene que cumplir un estricto plan de viabilidad derivado de su reciente proceso concursal. Su intención es entablar una negociación para comprar los derechos del jugador por una cantidad inferior. La del Granada es una incógnita, pero la sensación es que no piensa renunciar a ni un solo euro de esos tres millones.