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Anquela, humildad y corazón

  • El nuevo entrenador rojiblanco levanta una gran expectación en su presentación, en la que asegura que quiere un equipo "con hambre" · "Llevo toda la vida peleando por entrenar en Primera", reconoce

"Si digo la verdad nunca he visto tanto periodista y tanta cámara, pero bueno -entre suspiros- ¡a todo se acostumbra uno y esperemos verlo durante mucho tiempo!". Las primeras palabras de Juan Antonio Albacete 'Anquela' como entrenador del Granada CF rezumaron ayer, en una abarrotada zona de palco de Los Cármenes, la humildad y franqueza que le han llevado, a sus 55 años, a la Primera División, algo que, dijo, "llevo toda la vida peleando por conseguir". El linarense, a quien Quique Pina le otorgó el mérito de ser "el primer entrenador que firmo por dos años, prueba de confianza total en él", confesó afrontar su nueva etapa como un "reto" para el que está convencido de "estar a la altura" y dijo tener varios objetivos: primero, "construir un buen equipo de fútbol"; después, que el mismo tenga "hambre, ilusión, que sienta los colores y esté a la altura de la afición", y todo ello debe llevar a "consolidarse por mucho tiempo" en Primera División.

No la conoce desde este lado, pero sí desde fuera, y Anquela confiesa que la afición del Granada CF, la ilusión que hay en la ciudad y la provincia en torno al equipo le emocionaba antes de llegar y le hacía desear fichar por el club. "Ya he padecido en mis carnes ver a esta afición volcada, ya dije cuando estábamos en Segunda B con el Alcorcón que el Granada tendría la Segunda A como paso y no me equivoqué (...) El año pasado veía los partidos por televisión y siempre decía: ¡otra vez lleno! Esa es la mejor credencial que tiene el Granada, su afición, nosotros tenemos que estar a ese nivel y no será fácil".

Para ello Anquela apelará a su filosofía, tanto personal como futbolística. Respecto a la primera, confiesa que "trabajar conmigo es facilísimo, cada uno tiene su parcela, lo único que trato siempre es de evitar problemas, es lo que he hecho en todos los equipos". En la misma línea, afirma que no piensa cambiar si el asunto no sale como él espera: "Si las cosas no van bien habrá muchas críticas, pero en el fútbol hay que estar preparado para eso, yo seré el mismo en los momentos dulces y en los amargos, el fútbol me ha enseñado que puede venir lo mejor y lo peor". En cuanto a lo futbolístico, el técnico sostiene que "mi idea es no cambiar de filosofía, todo en esta vida lo he ganado arriesgando y no concibo otra manera de entender este juego, es evidente que ahora nos moveremos en zonas bastante pantanosas, pero espero solventarlo bien".

Quiere el nuevo entrenador un equipo "con hambre, con ilusión", con capacidad para captar lo que desea "transmitir al grupo", que "disfrute con su trabajo". A su juicio, "cuando mi grupo lo ha captado, que hasta ahora siempre he tenido la suerte de que sea pronto, los resultados ahí están, han sido buenos".

Curtido en mil y una batallas y acostumbrado a equipos de un perfil más bajo, Anquela sorteó como nadie las preguntas típicas de estas ocasiones, referentes al objetivo de la temporada: "Marcarse un objetivo sin haber iniciado la pretemporada todavía me parece una barbaridad. Mi objetivo es el primer partido de Liga, cuando pase el primero iremos al siguiente, decir otra cosa es hipotecarte, porque hablar es muy fácil, facilísimo, pero luego el fútbol pone a cada uno en su sitio". No eludió, en cambio, la cuestión de la carencia de instalaciones en el día a día de trabajo rojiblanco, algo que dijo abiertamente que le preocupa: "Tratar con futbolistas de un perfil más alto que los que he tenido, de distintas nacionalidades, internacionales... es un reto importante, pero al final son personas, tienen cabeza y corazón, he intentado en todos los equipos construir una plantilla basándose siempre en el vestuario, pero aquí hay unos condicionantes más difíciles y no son los futbolistas, sino que se entrene un día en un lado y otro en otro. Eso le hace al futbolista no saber bien cuál es su casa y eso para mí es muy importante, porque para que un equipo funcione, primero tiene que funcionar el vestuario".

Y si algo quedó claro en la presentación del jienense es que, como él mismo dijo, "sé dónde he venido", en referencia a la filosofía de trabajo de Pina y su equipo: "Yo sé cómo se trabaja aquí y así va a seguir siendo, con el paso del tiempo me gustaría formar parte de ese grupo y creo que lo voy a conseguir. El presidente es un hombre de fútbol y sabe lo que tiene que hacer y decirle a su entrenador". Al hilo, su capacidad de decisión sobre la formación de la plantilla es limitada, sobre todo en referencia a los futbolistas que puedan venir y a los que cuentan con ofertas: "Claro que me gustaría contar con algún futbolista que he tenido en Alcorcón, porque tienen nivel para ello, y me quedaría con seguridad con Orellana, me encantaría porque nos daría mucho. Y con Siqueira y Mikel Rico, que los veo imprescindibles, pero no depende de mí. Yo vengo a entrenar y a intentar hacer un equipo, cuando llegue la pretemporada iremos adelante con los que estén y a los que no estén los lloraremos dos días y al día siguiente a pensar en otra historia".

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