Día 11

Al fin España

  • Alabáu rompe la maldición con un oro a lo grande en vela. Gómez Noya, el dúo de sincronizada y la final de la selección de waterpolo engordan más la autoestima.

No hay que llevar la contraria a quien sostiene categóricamente que el periodismo es ventajista. Al fin España dio un zarpazo en Londres y acalló bocas, por supuesto mayormente a la prensa, para adquirir el protagonismo que le había faltado en las jornadas precedentes a excepción de las plateadas y bronceadas gotas de Belmonte y Chourraut en el océano olímpico. Cuatro medallas de una tacada y aquí se pasa como un meteoro de la depresión a la euforia. Spain is different.

El oro, bendito oro, el primer oro, lo traerá una sevillana de Tarifa, andaluza universal que ha surcado los mares del mundo entero con su tabla para competir en Mistral y luego en RS:X, el windsurf de siempre, esa categoría que desaparecerá de los Juegos por las historias ajenas al deporte de la Federación Española de Vela, que se postuló en contra de la continuidad de esta disciplina para Río de Janeiro 2016 en beneficio del kitesurf para sofoco de muchas escuelas que pueblan la costa andaluza y española de este modelo de tabla. Aun así, dicen que Alabáu practica también el kite y que en Brasil dentro de cuatro años va a por el oro si al final se instaura en el programa olímpico de la vela.

Marina Alabáu Neira, a quien hay que agregarle el apellido materno como muchos hacen con Rafael Nadal... Parera, cumple el 31 de este mes 27 años. Con 23, regresó de China -justo hoy hace cuatro años que empezaron los Juegos pequineses- con la frustración lógica de ser cuarta. El destino le tenía preparado un trofeo mayor, mucho mayor, en Weymouth, en un campo de regatas perfecto para sus condiciones y donde no especuló en la Medal Race. Le bastaba con ser séptima para que sonara el himno español en la última regata. E, insaciable, la ganó.

Será recibida el próximo lunes en Sevilla, en Andalucía, con honores de heroína. No merece menos. No sólo ha roto la maldición del oro en Gran Bretaña para la delegación española, sino que la regatista del Club Náutico, a la vera del Guadalquivir, se convirtió en la primera sevillana en la historia en presumir del mayor logro para cualquier profesional del deporte: el triunfo en unos Juegos Olímpicos.

Más agua, más gloria. En esta cita repleta de laureles para las deportistas españolas, un par de luchadoras, al rebufo de la magnífica Mengual y bajo la batuta de Tarrés, Andrea Fuentes y Ona Carbonell, se dieron el gusto en dúo de adelantar a las chinas por centésimas para garantizar en la pileta una plata celebrada como si fuera oro puro, placer destinado como siempre para las plásticas nadadoras rusas. Quedan más pruebas pendientes y a las asiáticas ya se les ha metido el miedo en el cuerpo: España está ahí, en el mismo sitio que antes.

Fue la tercera medalla del día. Antes de ésta, antes incluso que la de Alabáu en Weymouth, un gallego estaba ansioso por reconducir la historia. En Pekín sufrió un calvario, físico durante la carrera y psíquico con la cuarta posición, Javier Gómez Noya, un portento del triatlón que iba de favorito a Asia y volvió con lágrimas en los ojos. En Londres, sobre un par de hermanos, los ingleses Alistair y Jonathan Brownlee, recaía toda la responsabilidad, la presión ante un Hyde Park hasta la bandera. Gómez Noya anduvo con los mejores hasta que en el sector a pie se convirtió en una lapa para la collera británica. Jonathan, el más joven, fue sancionado con 15 segundos de penalización antes de dar la última vuelta al circuito, pero antes ya se había descolgado. Alistair soltó también a Javier, que prefirió mantener el ritmo y cerrar una plata hermosa. Escoltando a los hermanos en el podio, el español se sintió en la gloria.

El martes de la adrenalina a flor de piel, con tres medallas, las mismas que en los 10 días anteriores, no podía acabar sin la cuarta. Tiene miga la historia de este bloque rocoso cincelado por Miki Oca, aquel compañero de los Estiarte y compañía en la victoria olímpica de Atlanta. Les ha metido en la mollera a las chavalas, entre ellas a la ceutí Lorena Miranda, jugadora del CW Dos Hermanas, que no se llega a unos Juegos a pedir autógrafos a nadie, sino a dejarse la piel y, por qué no, a por medalla. Dicho, entrenado y hecho. La selección femenina de waterpolo pudo con Hungría en la semifinal y se garantizó como mínimo la plata -cero conformismo de esta tropa y apuntan al oro- en la final contra Estados Unidos. Clasificadas en el Preolímpico de Trieste el pasado abril y debutando en unos Juegos, las waterpolistas hispanas no ponen límites a su sueño.

Cuatro medallas, a falta de que se consume la final pendiente, y más cosas por contar. Las mujeres siguen dando lecciones a los hombres en la capital británica. El balonmano no sedujo el primer día en la derrota con Corea del Sur, pero sí desde el segundo choque contra Francia. En los cuartos tocaba Croacia y, lo mismo que les sucede a sus compañeras de waterpolo, como si son marcianas, de otro planeta. La ilusión y la garra de estas chicas, sin la almeriense Carmen Martín, lesionada de gravedad y sustituida por la malagueña Marta López, no tiene parangón -bueno, sí, del resto de las mujeres que viajaron representando a España-. La selección de Jorge Dueñas, con Eli Pinedo en estado de gracia anotadora, dejó en la cuneta a las croatas y vienen las vecinas montegrinas, que liquidaron por un tanto a Francia.

Al borde del desmayo estaban los hinchas británicos al hockey hierba. De la fase de grupos, no como en otros deportes, salían directos los semifinalistas. Los anfitriones necesitaban empatar o ganar contra los hispanos. Del 1-0 se pasó al 1-1 y allí a más de un sonrosado inglés le iba a dar un soponcio. Un gol de España los dejaba fuera de la pelea por las medallas. En los últimos minutos, hubo una buena mano arbitral a los que defienden la bandera de la Union Jack y Dani Martín, técnico de la selección, explotó por la no concesión de dos penaltis-córnes clarísimos en los minutos finales a favor de su equipo. "Vergonzoso y lamentable" fueron los calificativos que usó. Por no decir una barbaridad mayor.

El atletismo español no tenía a quién quejarse. Los ochocentistas sevillanos, que desbordaban mentalidad positiva antes de las semifinales, exprimieron a tope sus piernas pero no dieron más. Luis Alberto Marco, Kevin López y Antonio Reina regresan a España de la mano, con la sensación de que algo pasó para que en las series respondieran mejor que en el paso previo a una sufridísima final con Rudisha como elemento discordante, dominador, adjetivo que le va al pelo al argelino Taoufik Makhloufi, recalificado para la final de 1.500 tras hacer el paripé en los 800, donde abandonó al estar inscrito por un error federativo. Pegó un sprint de 300 metros... Vapuleó.

A Casañas se le queda corta la séptima posición en la final de disco, pero visto lo visto, los rivales, no la desprecia. La veterana Concha Montaner sí se va más dolida por estar ausente de la final de longitud. Ausente no, sino muy presente se coronó oro olímpico Ivan Ukhov, aquel saltador de altura que dio la nota borracho como una cuba hace años en un concurso y hoy luce galones tras su victoria en Londres.

Juan Manuel Muñoz guió a España a la séptima posición por equipos en doma, junto al malagueño José Daniel Martín Dockx, y habrá que seguirlo mañana en la final individual. Y como hay que ser agradecido en casa del anfitrión, enhorabuena a Gran Bretala por llevarse el concurso por primera vez en la historia y por contar con Sir Chris Hoy, que concluyó en el velódromo atrapando dos oros más para sumar seis en total y una plata en los Juegos. Genio.

Epke Zonderland hizo un ejercicio irrepetible en la barra en el último día de competición de gimnasia artística. Londres mutó en Amsterdam al animar al unísono todo el recinto al holandés. En fútbol, Brasil enseñó el camino a la decepcionante España y estará en la final 24 años después. México no será una perita en dulce.

Después de este enérgico martes con un abanico de medallas, el oro de Alabáu, las platas de Gómez Noya, y Fuentes y Carbonell en sincronizada, y la final asegurada del equipo femenino de waterpolo, con la semifinal de la selección femenina de balonmano de postre, el miércoles se afronta con Cal buscando su quinto podio olímpico, el baloncesto, el balonmano y el waterpolo masculinos en cuartos... ¿Qué España tocará?

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