Athletic de Bilbao - Granada · la crónica

Hay penitencia para rato (1-0)

  • El Granada cae derrotado en Bilbao en un encuentro en el que vuelve a mostrar su escasa capacidad ofensiva. Sus dos únicas ocasiones claras de gol se estrellan en la madera.

Ni Lunes de Pascua ni resurrección que valga. El Granada alarga su tiempo de penitencia con una derrota más. Y no es que jugara un mal partido en Bilbao, pero en fútbol si no hay gol apenas queda resquicio para sacar resultados positivos. En San Mamés, los ayer blanquiazules salieron con valentía y ofrecieron buenos minutos de juego, pero prácticamente todo lo que se hizo en la retaguardia y en la medular murió en la vanguardia. Sólo dos claras ocasiones en 90 minutos. Eso sí, ambas bien pudieron ser gol, pues el balón tocó madera. Mala suerte. Por tanto, continúa el coqueteo con los puestos de abajo, si bien se mantiene la diferencia de cuatro puntos con el fatídico corte debido, sobre todo, a los deméritos de los adversarios en la lucha por la permanencia. 

El Granada ofreció dos caras. En el primer tiempo marcó el ritmo, presionó mucho y bien, movió el balón con sentido y se mostró seguro atrás ante un Athletic que apenas pudo maniobrar. Pero no hubo chispa. Tras el descanso, se perdió prácticamente todo lo bueno que se había hecho y fueron los vizcaínos los que cogieron la manija y maracaron su gol al aprovechar un monumental despiste de la zaga granadinista. 

Lucas Alcaraz había asegurado durante la semana previa que su equipo iba Bilbao con intenciones ofensivas. Para ello, revolucionó un poco su once de salida, con la presencia de Brahimi en lugar de Recio y de El Arabi por Aranda. También dejó en el banquillo a Buonanotte, que sigue sin afianzarse como titular. El técnico granadino optó por Juanma Ortiz. 

Lo cierto es que el Granada salió a San Mamés, en la que ha sido su última visita a la mítica Catedral -el Athletic cambiará de escenario la próxima campaña-, sin ningún complejo. De hecho, los primeros minutos transcurrieron más en el campo de los de Bielsa, que por momentos parecían que esperaban atrás para buscar un contragolpe fulminante. La realidad, en cambio, fue que el cuadro rojiblanco comenzó con el atrevido planteamiento que había prometido Alcaraz, con el que apenas se dejó avanzar a los 'leones'. 

No obstante, la primera ocasión reseñable del choque fue para los locales. Ibai Gómez se sacó de la manga un fuerte chut desde el borde del área. El balón se estrelló en el palo, pero por fuera (13'). Fue un susto que no cambió el ánimo de los granadinistas, que continuaron presionando a su anfitrión, aunque sin inquietar a Iraizoz. 

Sobrepasado el minuto 20 el Athletic estiró sus líneas. Avisó Ander Herrera con un disparo flojo que atajó sin problemas Toño. El alicantino tuvo que esmerarse más en un cabezazo de Susaeta. La respuesta del Granada fue fulminante. Una gran pase de Ighalo fue rematado de cabeza por Nolito. Si no entran en escena las yemas de los dedos de Iraizoz, el balón se habría alojado en el fondo de la red en vez de estrellarse en la cruceta de la portería vasca (24'). 

El partido cogió velocidad y el esférico empezó a ir de un lado a otro, pero las relativas ocasiones sólo llegaron en saques de falta. Nolito lanzó una fuera, Laporte remató de cabeza una sacada por Ibai que paró de forma magistral Toño y El Arabi, desde la frontal, envió el esférico manso a las manos de Iraizoz. 

A un ritmo endiablado finalizó un meritorio primer tiempo del Granada, que protagonizó un gran desgaste físico, pero que apenas inquietó, quizá porque apenas se notó que El Arabi estaba sobre el césped. El marroquí, además de lento, ralentizó transiciones que hubieran podido llevar más peligro. 

Con la reanudación pareció instalarse la calma. Por lo menos, ambos contendientes volvieron al campo con menos bríos y más imprecisiones. Fue como si ese tiempo de tanteo que se presupone en los comienzos de los encuentros lo hubieran reservado los dos equipos para el inicio del segundo tiempo. 

Con los 'biorritmos' más bajos, fueron los bilbaínos los que se prodigaron más sobre la portería contraria. En el primer cuarto de hora los locales fueron los únicos que tirararon. Ander Herrera lo intentó desde fuera, pero el esférico se le fue por la línea de fondo (49'). Más peligro hubo en un remate de cabeza de San José que paró bien Toño (53') y en un balón que Ibai Gómez, escorado, cruzó en exceso solo ante Toño (59'). Era evidente que el Granada había perdido fuelle. 

El Arabi se dejó ver en algo más que en la comisión de faltas al empalmar un centro que le llegó desde la izquierda, pero el remate del marroquí resultó tan blanco como inofensivo. Rápidamente contestó el Athletic, pero Aduriz no enganchó el balón al borde del área chica. 

El mayor empeño de los de Bielsa tuvo su premio. Y el gran despiste defensivo del Granada, su castigo. El Athletic sacó en corto un córner sobre Ibai, que toltalmente libre de marca centró a placer para que Aduriz, en el segundo palo, cabeceara también libre de marca al fondo de la red. 

Con el tanto Alcaraz se decidió a mover el banquillo. Aranda suplió a un inoperante El Arabi y Buonanotte sentó a Nyom con una finalidad más ofensiva. No quedaba otra que ir, por lo menos, a por el empate. Pero el Granada sigue sin estar en disposición de tirar cohetes en ataque. Menos todavía cuando las prisas hacen acto de presencia. 

A falta de diez minutos el Athletic se quedó con uno menos al ver Susaeta la segunda amarilla. Con más ganas que efectividad se instaló el Granada en el campo del anfitrión pero hasta donde éste quiso. A pesar de todo, los de Alcaraz pudieron empatar en el último suspiro. Fue en un chut seco y duro de Brahimi desde el borde del área que se estampó en el poste izquierdo de Iraizoz. 

Consumada la derrota, el Granada acumula ya seis partidos sin conocer la victoria. Dos puntos de 18 posibles, lo que supone la peor racha de la temporada. Así, ni de broma se llega a los 40 que, según dicen, son necesarios.

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