Hasta ayer, al Granada Club de Fútbol no le había servido de nada subir de categoría en la Copa del Rey. En tres temporadas entre Segunda y Primera División, el conjunto rojiblanco no había sido capaz de superar ninguna eliminatoria. Ya era hora de que ser un equipo jerárquicamente superior se notara en la competición del KO, esa que a muchos clubes incomoda pero que se espera con el rabillo del ojo para alegrar a aficiones y cuadrar presupuestos. Los rojiblancos se estrenaron ayer en Copa contra el Alcorcón, de Liga Adelante, con un triunfo basado en la calidad y el oficio de los conjuntos de Primera División. Un marcador más claro que el juego desarrollado por los de Lucas Alcaraz (0-2) pero que prácticamente apunta al Granada para los octavos de final.

Eso sí, con respecto a Segunda B, una cosa no cambia: Odion Ighalo. El nigeriano sigue siendo la 'bestia negra' de los amarillos. Los dos tantos del Granada ayer llevaron su sello. Quizás motivado por el descanso de Lucas a El Arabi (qué buena es la competencia entre delanteros), el '7' rojiblanco cabeceó sutilmente el primero en un saque de falta académico de Fran Rico al punto de penalti (29'), y para el segundo hizo a todo el granadinismo recordar aquella jugada con centro de Benítez, quiebro y segundos eternos hasta que entró su tiro con la izquierda. Sí, el que abrió la llave del ascenso a Segunda contra el Alcorcón aquel mágico 2010. Ayer, con todo para él, se sacó dos 'jureles' a Serrán para terminar cruzando su tiro a Dani Giménez (80'). Esta vez con la diestra, la buena, pero da lo mismo. Cada vez que Ighalo asome por la M-40 Alcorcón se refugiará en sus casas y le verán pasar altivo. Pudo hasta hacer sangre en el 92', pero Babin le adivinó sus intenciones en el segundo regate.

El factor Ighalo desequilibró un partido más parejo de lo que indicó el tanteador. El Alcorcón es, y será siempre, tenga al entrenador que tenga en el banquillo, un conjunto incómodo que lleva al rival a circular por una carretera de baches. El Granada tuvo que trabajar mucho y mantener la calma ante un conjunto local que, a los puntos, debió sacar más, pero al que le faltó gasolina y, sobre todo, gol. Lo demostró la acción del minuto 70. Un centro del joven Dani Pacheco, ex jugador del Liverpool, se paseó por el área del Granada ante la pasividad de Murillo y Mainz. Ahí entró sólo Javito, que desde el borde del área pequeña, con todo el marco de Karnezis para él, la tiró al larguero y fuera.

Debió ser el justo empate pero el Alcorcón pagó su falta de delanteros. Podían ser todo lo móviles que hubieran querido Juli y Sergio Prendes, que apoyados en Christian Alfonso llegaban rápido y en oleadas, pero sus centros se quedaban en nada. Encima, el asturiano, uno de los mejores de su equipo, se lesionó en la segunda parte. Por eso mismo, el Alcorcón siempre dio la sensación de peligro, pero sin remate.

El Granada contrapuso orden para intentar parar los ánimos locales, que sabían que ayer era el día para sacar un resultado que les diera opciones de cara al duelo en Los Cármenes. Un centro de Sergio Mora, de los pocos supervivientes en ambos equipos de aquella fase de ascenso no logró conectarlo con la cabeza Antonio Martínez (8'). La réplica de los visitantes llegó en una acción de Ighalo, que presionando le robó la bola a Serrán, que le hizo falta. En esta hubo jugada de estrategia con tiro final de Piti que se estrelló en la defensa (16').

Los madrileños lo tenían claro: cortar cualquier ataque del Granada con faltas y triple cobertura a Brahimi para no dejarle obrar. Pero cedieron demasiadas en zonas cercanas al área. La del 16' fue la primera. La siguiente, tres minutos más tarde, acabó con un centro-chut de Rico que desvió a córner Iribas. La tercera fue la del 0-1.

El tanto del nigeriano llegó en un momento crucial. Los alfareros habían cazado varias veces dormida a la zaga del Granada con reanudaciones rápidas de juego. La defensa estuvo acertada bajo el mando de un Mainz imperial y un Murillo que fue creciendo. Quizás estuvo más lejos de su nivel Iturra, al que la presión del Alcorcón incomodó en exceso, y que estuvo a punto de ser expulsado si Estrada Fernández le hubiera enseñado su segunda amarilla en una dura entrada a Sergio Mora en un balón dividido (37'). Pudo cambiar el partido esa decisión, al igual que un peligroso despeje de Murillo a centro de Juli que salió por encima del travesaño.

Los vestuarios devolvieron a un Alcorcón más cansado. El entramado del Granada surtía su efecto y los amarillos picaban menos. Para no repetir su expulsión en Barcelona, Alcaraz sacó a Iturra y puso en su posición a Fran Rico, mientras que su sustituto, Recio, desempeñó por delante del pivote. El cambio tuvo sus efectos positivos en los rojiblancos, al igual que el de Pacheco en los madrileños, el más peligroso del segundo acto. Suyo fue un centro de saque de esquina que puso en aprietos al debutante Karnezis (58'). Diez minutos antes, un buen Yebda marró una doble ocasión.

El partido iba muriendo con el control del Granada, que no hacía nada del otro mundo para no pasar apuros. Incluso Serrán pudo ser expulsado al parar en falta a un Ighalo que encaraba el arco de Giménez. Los locales decidieron irse arriba en los últimos veinte minutos pero tan sólo gozaron del larguerazo de Javito, y ese fue más por despiste de los centrales que por una gran jugada de ataque.

Un tiro en posición franca de gol de Ighalo a pase de Pereira precedió a la maravilla del 0-2 del nigeriano. Quedaban diez minutos y la eliminatoria sólo podía quedar sentenciada. El francés Pereira tuvo el tercero en el 81' con un trallazo desviado. En el descuento Ighalo se pasó de confianza con Babin, que le robó el balón.

Ahora queda la vuelta el martes 17 a las 22:00. A esa hora, con 0-2 a favor, el Alcorcón como rival, la tele y el frío que hará, va a ir 'perry' a Los Cármenes. Ojo, que peores remontadas se han visto.