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La falta de gol, ese mal crónico

  • Acompaña al equipo desde su vuelta a Primera y se ha agudizado esta temporada

Dice el tópico que el gol es la salsa del fútbol, pero es mucho más que eso. Es simple: si no marcas, no puedes ganar un partido y es muy posible que lo pierdas -los resultados más repetidos a lo largo de una temporada en los partidos donde no participan equipos de la parte alta es el 1-0 y el 0-1-. El gol son victorias, puntos, alegrías, celebraciones, jolgorio. Sin embargo, desde que el Granada CF regresara a Primera División se ha empeñado en privar de todo eso a sus fieles aficionados, ya vean estos sus encuentros en el estadio o por la tele.

La falta de gol aparece como el principal motivo de la crisis de resultados que vive actualmente el equipo dirigido por Joaquín Caparrós, que no perdía cuatro partidos de forma consecutiva, como ahora, desde hace 38 años, desde la fatídica temporada 1975/76, la del descenso a Segunda. Y lo peor es que no es un problema nuevo, es un mal que va camino de convertirse en eterno y que acompaña al Granada desde su regreso a Primera hace ya cuatro campañas.

Cierto es que los dirigentes rojiblancos se han esmerado una y otra vez en corregir el mal, que verano tras verano, y si era necesario enero tras enero, han traído a la entidad multitud de jugadores con un mismo objetivo: acabar con la peligrosa sequía goleadora que siempre ha exhibido el equipo desde su regreso a la elite.

En la temporada 2011/12, la del retorno, el Granada ya acabó la Liga como el segundo equipo con menos goles a favor de todo el campeonato. Sólo el desastroso Racing de Santander, que descendió muchas jornadas antes del final del campeonato, empeoró con 28 dianas logradas los 35 tantos marcados por los rojiblancos en los 38 encuentros de Liga.

De poco sirvió, en el aspecto anotador, la llegada al equipo de los Franco Jara, Martins, Uche, Mollo o Henrique y la continuidad de los Dani Benítez, Geijo o Ighalo, que habían firmado notables cifras goleadoras la temporada anterior en Segunda.

El Granada también fue el segundo peor equipo a la hora de marcar en la Liga 2012/13. 37 tantos a favor, sólo mejor que el Osasuna, que se quedó en 33. De poco sirvió que el equipo volviera a reforzarse arriba con los Floro Flores, El Arabi, Torje, Brahimi, Buonanotte, Aranda o Nolito, entre otros.

De cara al curso pasado, y a la vista de que el problema de la falta de pólvora se enquistaba, nuevo paso adelante de los dirigentes en forma de refuerzos en busca del ansiado gol. Llegaron Piti y Riki, dos de los máximos anotadores nacionales en Primera en las temporadas anteriores, pero ni así. Entre ambos firmaron siete tantos y sólo los doce de El Arabi menguaron algo el problema. Con todo, 32 goles en los 38 partidos de Liga, el peor registro de los tres cursos, solo empeorado en ese ejercicio por los 30 del Elche.

Y la vida sigue igual. Pese a que siguen Piti, Riki y El Arabi, y han llegado los Córdoba, Success, Ortuño, Larsson o Rochina, el mal se hace crónico. Cinco dianas en ocho encuentros, números sólo mejores que los del Levante y el Getafe, que han marcado cuatro tantos, aunque los getafenses tienen pendiente el choque de esta noche ante la Real Sociedad que cerrará la octava jornada.

Además, la sequía alcanza actualmente picos de extrema gravedad al haber firmado los rojiblancos un único gol en sus cuatro últimas comparecencias y dos en sus seis partidos más recientes.

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