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Interrupciones y acierto para sumar un punto

  • Los rojiblancos se muestran intensos en Ipurúa y asustan en ataque en el primer acto pero ven como su rival domina tras la reanudación

Joaquín Caparrós sabía que encerrarse en Ipurúa era poco más que un suicidio. Por eso buscó que su equipo jugara cuanto más lejos de su área mejor y eso quedó reflejado en los números del primer acto pero no así en los del segundo. Es cierto que en cuanto a las llegadas al área los guarismos no fueron extraordinarios debido a que en la mayoría de las ocasiones fue como consecuencia del juego directo practicado por ambos conjuntos. Pero esta vez si hubo más disparos que en anteriores citas y casi todos ellos entre los tres palos.

Buena prueba de ello fue el tanto de Nyom, su estreno como goleador en Primera División, en el primer disparo a puerta de los rojiblancos. El tanto hizo dudar al Eibar que es un equipo que va al ataque, a su estilo, sin importar el resultado. Un fútbol tosco y con los conceptos muy claros que poco a poco se fue imponiendo aunque solo fuera a base de envíos en largo. Porque eso sí, jugadas de ataque elaboradas hubo pocas por ambos bandos a lo largo de todo el choque pero balonazos al área de Roberto e Irureta muchos.

Al igual que el Granada, en el primer disparo a puerta de los hombres de Gaizka Garitano empataron el duelo. Y todo, con constantes interrupciones, algo que ya se sabía y más en un campo con pocos espacios y donde la prioridad es la presión e intensidad.

Sí fue destacable la cantidad de saques de esquina que botaron ambas escuadras, en especial el cuadro de Caparrós, pero no se supieron aprovechar ni en la primera ni en la segunda mitad. Se trata de una faceta en la que hay que mejorar porque en partidos como el de anoche, con poca continuidad en el juego, aprovechar las acciones a balón parado es probablemente una vía para ganar partidos y más cuando, como le ocurre al Granada CF, cuesta tanto generar ocasiones de gol.

Si el dominio en gran parte del choque en su primera mitad fue rojiblanco, en la segunda, y los números así lo atestiguan, fue del cuadro vasco. Cinco disparos de los azulgrana por tres de los visitantes, más llegadas al área y como consecuencia más trabajo para Roberto, son algunos de los aspectos que reflejan quien dominó tras el receso.

Hubo algo en común en ambas partes y fueron las interrupciones. Muchas faltas, la mayoría de ellas tácticas. Y es que la primera premisa para jugar en Ipurúa es la presión, el achique de espacios y la intensidad. Si eso no se tiene, es harto complicado sacar algo positivo de la instalación eibarresa. Al menos fue lo que aportaron los rojiblancos, que rompieron su racha de derrotas consecutivas pero que tienen que mejorar y mucho en otros aspectos porque solo a base de físico será difícil no pasar apuros de aquí a final de temporada.

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