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Un cero que da que pensar (0-0)

  • El Granada realiza el mejor partido de las últimas jornadas pero perdona a un Almería que saca oro.

El Granada se va a plantar en el mes de diciembre sin marcar un gol en Los Cármenes desde agosto. Se dice pronto. Ceros ante Villarreal, Levante, Rayo Vallecano, Real Madrid y, ayer, el Almería. No hubo ridículo esta vez, no. Caparrós y sus hombres hicieron todo lo que estuvo en sus manos para ganar: se jugó bien y se tuvieron ocasiones como para golear. Pero unas por tener desviado el punto de mira y otras por inspiración del arquero visitante, los rojiblancos volvieron a darle la noche a su parroquia. Sensaciones buenas, sí, pero ayer sólo valía ganar y no se hizo. Un empate a cero de los que da que pensar a una plantilla.

De las peticiones que se le hicieron a Caparrós en las últimas semanas, sólo concedió una: Rochina, quien repartió calidad y se movió casi por donde quiso. La 'Joseitada' de Caparrós con Sissoko no varió. Es su apuesta y hasta que no le salga bien, no cambiará. En defensa destacó el banquillazo a Allan Nyom. A Caparrós parece que no le termina de ilusionar el de Neuilly, así que optó por hacer titular a Foulquier, al que al fin se le ve como lateral pero en su lado natural. Y en el primer minuto ya se vio lo que podía dar, en una jugada rápida con salida de Fran Rico y apertura a banda al francés, quien forzó un córner. De la misma forma contestó el Almería cuatro minutos después.

La sensación, nada más empezar el partido, era que ayer no se podía escapar la victoria. Caparrós pidió intensidad y eso fue lo que puso el Granada, aunque nada diferente a partidos anteriores. Pero esta vez era distinto, con ocasiones de gol e ideas con la pelota. Basado en la movilidad y basculado hacia el flanco derecho, el Granada gozó de tres oportunidades seguidas. Primero, un cabezazo de El Arabi lo sacó a córner Rubén Martínez con un paradón. Lo mejor de la jugada fue el control, quiebro y centro de Piti. Dio medio gol, pero el arquero también juega. Un minuto más tarde, Rochina era que disparaba durísimo con la zurda para nuevo lucimiento del arquero almeriense. Otro tiro de El Arabi, este más timorato, cerró un periplo en el que se vio a un Granada más intenso y atrevido que en el último mes y medio.

La primera parte fue muy intensa y de un derroche físico muy exigente. El Granada quiso ese ritmo y el Almería vio que si no hacía lo mismo, sufriría. Los visitantes se acercaron sin oportunidades claras, pero presionaban bien a los locales, que a veces tenían dificultades para circular con velocidad. Pero una vez se la sacaba de encima, el Granada creaba peligro y mucho. Rubén hizo otro paradón a El Arabi en un testarazo que llegó de un tiro mordido de Fran Rico (21'). Un poco más tarde, de nuevo el marroquí, que no llegó por muy poco a un centro de Juan Carlos. Las bandas, claves.

Soriano dio la réplica para su equipo con un cabezazo en plancha desviado. Antes del descanso, otra gran chance para los locales: Piti se quedó solo ante Rubén pero le tiró al bulto. No meter gol ya parecía asunto de mal de ojo.

Otro testarazo de El Arabi flojo y una falta lejana de Piti que atrapó Rubén inauguraron una segunda parte en la que la percepción era que el Almería iba a crecer, pero que cambió con la justa expulsión de Azeez por parar un contragolpe a Iturra con una entrada por detrás. Caparrós olió sangre y metió en el campo a Córdoba por Sissoko, pero eso no se tradujo de inmediato en oportunidades. Incluso, con el Granada obligado a exponer, el Almería aplicó un plan que le vino bien. Los balones a Thievy incomodaron a Murillo y Babin.

La primera ocasión del Granada tras quedarse en superioridad fue un nuevo cabezazo de El Arabi que detuvo Rubén. Muchas ocasiones y demasiados perdones. Muchas balas agotadas. El marroquí se fue poco después por Success.

El esfuerzo físico y los nervios por el paso de los minutos espesaron al Granada y acomodaron al Almería, que aunque sólo defendía, no concedía ocasiones a los rojiblancos. Casi diez minutos pasaron hasta el siguiente intento claro de los granadinos, protagonizado por Jhon Córdoba que se plantó sólo en el área pero ni tuvo pase claro ni tiro franco. Córner. Success tuvo también la suya, pero en boca de gol la echó fuera.

Por si hubieran sido pocos males, Rochina se rompió a poco del final y con los cambios agotados, las fuerzas sobre el campo se igualaron. Otro palo para un Granada que ya sólo era y fue corazón.

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