De fútbol no sabemos nadie. A veces pienso que ni los entrenadores. Y así, bajando en la escala pasando por afición y periodistas. El fútbol no es explicable. Por más que un técnico piense que pueda controlar lo que pasa en noventa minutos, eso es mentira. Podremos tener idea de algo, pero ni el que inventó esto puede explicar las vicisitudes que se dan en un campo. El lunes fue un día en el que se vinieron muchas preguntas.

¿POR QUÉ...

... no ganó el Granada al Almería tirando más veces a portería, jugando mejor que en los últimos tiempos, y de forma opuesta a los anteriores encuentros? Por mucho que se le busquen explicaciones, lo esotérico que a veces tiene este deporte te hace pensar en respuestas vagas, diáfanas, sin contenido... No se marcó por simple mala suerte, porque con tanto disparo y remate del Granada, a fuerza de estadística alguna entra. Pero no, las ciencias no explican por qué con menos tiros el Granada hizo un tanto el Eibar. Por ejemplo. O en la manera de jugar. Normalmente cuando un entrenador, y más del corte, por decirlo suave, tirando a defensivo como Caparrós cambia a una forma más atrevida pasan dos cosas: o se estrella y se reafirma en su libro de estilo, o gana con suficiencia. Anteayer se produjo un punto intermedio inexplicable, un 0-0 que tendrá difícil analizar el utrerano. Por eso da tanto coraje cuando hay quien se enroca en una posición filosófica futbolera como si no hubiera otra: no se puede hacer del fútbol una ciencia exacta.

UNA COSA CLARA

Eso sí, para mal de Caparrós, sólo hubo un punto claro tras los noventa minutos contra el Almería: se acabaron los dos delanteros puros. Es otra de las imperfecciones de este juego: no por meter más puntas marcas más goles. Debería de saberlo 'Jokin'. Cuando el utrerano puso en la cancha a Success y Córdoba ya no sólo se perdió la capacidad de remate, sino que se ayudó al Almería a defender. Dos tíos fijos esperando a que les llegara un balón del cielo con medio Almería dentro del área. Mal en los cambios.

otra pregunta

También de respuesta variada pero no convincente, seguro: ¿Por qué pitó Los Cármenes al equipo en el mejor partido casi desde Elche, que ya ha pasado tiempo? O las aficiones tienen poca paciencia, escasa cultura futbolera, capacidad analítica, o simplemente actúan por impulsos primigenios de origen psicológico interno. Ha habido tres partidos en casa esta temporada para que el granadinismo hubiera podido estallar contra el equipo y no la hecho, y va ayer y lo hacen. Es incomprensible. Dicen que el público es soberano, pero para mí ya es otra de las grandes mentiras y expresiones sin fundamento de este deporte. No por pagar vale todo. Y es hora de que la afición, por muy quemada que esté, sea lógica y algo más empática. A los jugadores se les pide que si están mal, mejoren, y cuando lo hacen, aunque el resultado sea malo, lo que nunca debe hacerle es reprocharle que no lo hagan. Incluso, alguna vez los jugadores pueden recriminarle al público que no anime, algo que cada vez se escucha menos en Los Cármenes.