Granada-getafe

Infeliz Navidad (1-1)

  • Los rojiblancos pasarán las Fiestas en descenso al ser incapaces de superar al Getafe en otro partido donde echaron por tierra su mejoría con una lamentable media hora final

El Granada pasará las Navidades en puestos de descenso tras empatar ayer ante el Getafe para acumular doce jornadas sin ganar. Más grave que colocarse entre los tres últimos de la tabla, donde el equipo no caía desde la época de Anquela, es ser incapaz de ganar a un conjunto madrileño flojo y reposado que hizo lo justo para no perder en Los Cármenes. "Si no le ganamos a este Getafe, apaga y vámonos", se le oyó decir, con mucha razón, a alguien en una grada que despidió al equipo con pitos y algunos pañuelos. Se acaba el año y la paciencia del respetable con el plantel.

La mejoría de las últimas jornadas no da para sumar de tres en tres. Quizás falte fortuna y acierto en algunos momentos, como sigue sosteniendo día tras día Caparrós,  que ya tampoco se libra del enfado del respetable, pero lo que realmente se echa de menos es continuidad, regularidad, que no haya lagunas ni desconexiones. El Granada fue un equipo decente durante una hora y un conjunto que rozó lo indecente durante la media final.

En los sesenta minutos iniciales se adelantó en el marcador con un gol de Jhon Córdoba -marcar fue casi lo único que hizo bien el colombiano, que está a años luz del nivel que exhibe El Arabi- y debió sentenciar el choque, mas en los treinta últimos se echó atrás, perdió cualquier control sobre el choque y fue una caricatura de grupo. Empató Velázquez y a nadie hubiera extrañado que los tres puntos volaran a Getafe en un choque que los locales acabaron con uno menos por la lesión de Martins.

Como casi siempre, la capacidad de reacción tras el empate fue prácticamente nula y los cambios de Caparrós descolocaron y perjudicaron al equipo. Con las sustituciones visitantes ocurrió lo contrario. Contra ganó la medular con la entrada de Pedro León, Diego Castro y Sammir, que manejaron el choque a su antojo desde que saltaron al maltrecho césped zaidinero.

Caparrós varió su once respecto a pasadas jornadas, mucho atrás y poco adelante. Oier y Martins se estrenaron como titulares por los fallos recientes de Roberto y la sanción de Juan Carlos, mientras que el héroe copero Mainz reemplazó al lesionado Murillo. El resto, los mismos que hace quince días contra el Valencia, con la vuelta de Foulquier como interior diestro tras faltar por acumulación de amonestaciones a Cornellá.

La primera parte del Granada fue más que aceptable. Beneficiado por tener enfrente un Getafe tibio en la presión, poco decidido en ataque y generoso a la hora de conceder espacios, el equipo de Caparrós se sintió medianamente cómodo con el balón y fue a más con el paso de los minutos. Sin brillar, atacando a veces a bandazos y arreones, el Granada merodeaba el área rival con asiduidad, aunque tardó media hora en acercarse con peligro a Guaita.

Tras un primer cuarto de partido con la bandera blanca izada, Álvaro Vázquez abrió las hostilidades en una buena contra que no concluyó bien por poco. El mejor Piti de la temporada, moviéndose con libertad por el centro y acertado en el pase, dirigió a partir de ahí y hasta el descanso a un Granada notable. Fran Rico se encontró dentro del área con un balón en franca posición pero remató fatal. A renglón seguido, doble opción para marcar que Guaita deshizo ante Córdoba y Naldo tras el intento lejano de Foulquier.

Después de que Lafita, que tuvo que abandonar el choque en el segundo tiempo lesionado de gravedad, casi sorprendiera desde lejos a Oier, llegó el 1-0 -era el minuto 40- en una bonita jugada que nació en Piti y pasó en una perfecta y rápida sucesión de pases por Nyom, Fran Rico y el Arabi antes de que la concluyera en la misma línea Jhon Córdoba.

El Getafe se mostró menos timorato tras el descanso, en el que Javi Márquez reemplazó al lesionado Nyom, mandando a Foulquier al lateral y quedando él como falso interior, aunque acabó el partido jugando por el centro con Fran Rico volcado a la banda. El Granada debió sentenciar el choque en esos minutos, pero su balance ofensivo se limitó a dos intentos de Piti, que con el gol sí que sigue peleado.

Los cambios de ambos técnicos, el bajón del propio Piti, el pasó atrás de los locales para aguantar la mínima renta y la decisión visitante para no marcharse de vacío provocaron un partido nuevo.

Para colmo, el Granada empezó a fallar en uno de los pocos aspectos en que no había errado hasta ahora: las acciones a balón parado en contra. Naldo avisó con un cabezazo ante el que se lució Oier, y el colegiado anuló un gol a Alexis por un presunto fuera de juego que pudo no ser.

Pedro León había sacado el guante y el cagómetro ya se había instalado en todo rojiblanco viviente, futbolistas y técnico incluidos. El murciano puso un balón perfecto al corazón del área rojiblanca para que el Granada recibiera su primer gol de estrategia esta campaña. Fue Velázquez quien ante la indecisión, una vez más, de la zaga firmó la igualada a placer a doce minutos del final.

Fue tal el mazazo que nadie cayó, ni siquiera se reclamó, en que el uruguayo debía llevar varios minutos en la caseta porque mediado el segundo tiempo hizo una clara falta a Foulquier, que el árbitro no pitó, que debería haber llevado incluida su segunda tarjeta amarilla. El Getafe se vio ganador, aunque todo pudo haber cambiado si Córdoba aprovecha un mano a mano ante Guaita tras buen movimiento y pase de Success.

Los compases finales fueron una mezcla entre desesperación e incapacidad local y dudas por conformarse o no con las tablas de los visitantes, mas sin ocasiones claras para ninguno.

Otro más, y ya van doce, sin ganar. La Navidad para el Granada, instalado en descenso, va a ser la más infeliz de los últimos años. Caparrós, por ahora, sigue en el cargo. Así lo obliga su  suculento y largo contrato. 

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