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El mayor problema no estaba en el arco

  • El correcto debut liguero de Oier Olazábal no impide que el Getafe 'rasque' un punto de Los Cármenes

"No podía estar otro año más de tercer portero en el FC Barcelona". Con esas palabras se presentaba este pasado verano Oier Olazábal, el meta que venía con la misión de competir con Roberto por un puesto bajo el larguero del Granada CF. Quería, necesitaba más minutos para crecer como meta. Esa fue la razón por la que el vasco eligió el rojiblanco. Ansiaba hacer visible la valía que nunca le dejaron demostrar en la Ciudad Condal. Hasta ayer, su participación oficial se había reducido al duelo copero ante el Córdoba CF, y con sabor agridulce. Sin trabajo en Los Cármenes y con error en la capital califal. El exazulgrana, no obstante, no pudo traducir su correcto debut liguero en un triunfo de su equipo.

Los errores de Roberto en las últimas fechas -especialmente en Nervión y en Cornellá- precipitaron la aparición del de Irún en el once, a petición de muchos de los del graderío. No lo tenía fácil. Roberto es una auténtica institución en la entidad presidida por Quique Pina y, aunque se ha centralizado la atención en el de Chantada en los últimos goles encajados por su escuadra, lo cierto es que la labor de los centrales no ayudó. Y tampoco lo hizo ayer. Un balón parado colgado por Pedro León fue rematado casi sin oposición por Velázquez, en una posición centrada y en la frontal del área pequeña.

El tanto del central uruguayo azulón empaña un encuentro, en líneas generales, bueno del arquero. Aseada actuación, si se olvida un pequeño susto en el 33'. Un disparo seco y duro de Lafita desde fuera de la 'caja' fue detenido por el '1' granadinista con suspense. Parecía un cuero sin problemas para el portero mas, quizá la falta de rodaje, provocó que el balón se le escurriese de los guantes y tuviese que atraparlo en dos tiempos, a la vez que dejaba helados y casi sin respiración a los presentes.

Y es que el de cancerbero es un puesto delicado, puede que el que más dentro de un equipo de fútbol. En muchas ocasiones, la mejor noticia para ellos es pasar desapercibidos. Cualquier error encarnado en un guardameta se magnifica y puede echar por tierra, incluso, la imagen de una carrera deportiva completa. Ayer, pocos echaron de menos a Roberto. Oier se asentó con el paso de los minutos y no tuvo problemas de gravedad.

No había tenido apenas trabajo, es más, hasta el gol visitante. Y el poco al que tuvo que hacer frente lo completó con suficiencia. Ya en el minuto 6 Sarabia lo probó desde la esquina del área y respondió bien, seguro, atajando la bola. Y antes del momento triste de la tarde para él, también dejó muestras de sus reflejos a un gran cabezazo de Naldo tras saque de esquina. El único reproche es un constante abuso del juego en largo que escasas veces dio resultado positivo. Esas decisiones, empero, no siempre nacen de los propios futbolistas. En bastantes ocasiones responden a un deseo que parte directamente desde el banco.

Olazábal no tuvo culpa en el resultado pero, visto lo visto, el del arco no parece ser el mayor problema de un equipo al que le cuesta 'un mundo' tener fluidez en la medular y en los últimos metros. Ni la presencia del joven meta impide que el turrón se atasque en la garganta al Granada CF. Primera Navidad en descenso desde su regreso a Primera.

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