Primera derrota del Covirán Granada como local ante un gran Enrique Soler de Melilla. El equipo norteafricano le disputó el rebote al Covirán como hasta ahora nadie lo había hecho, lo que unido a la inoportuna lesión de Jorge Fernández hizo que al equipo de Pablo Pin le faltara tranquilidad para ajustar un mal día ofensivo que se reflejó en un elocuente 0 de 13 en triples al descanso.

El Enrique Soler de Melilla llegó al Veleta consciente de que necesitaba implicación en el rebote, atención en las ayudas y en el balance defensivo. El Covirán, espeso en el lanzamiento, no corrió tanto como otros días, especialmente hacia atrás.

Los pivots melillenses aportaron rebotes ante el desacertado tiro del Covirán y en ataque corrieron lo suficiente para hacer el juego con el que tantas veces disfrutó el equipo de Pin, con velocidad sin balón. Alcanzaron los 48 puntos al descanso, cifra en contra inaudita en el Veleta (39-48).

Había que ajustar la defensa y el Covirán lo hizo, pero tardó hasta los 16 puntos de renta melillense (41-57, a 6:21). Llegó la reacción local mejorando el acierto exterior y dejando al Enrique Soler varios ataques sin anotar hasta lograr un parcial 22-6 al final del tercer cuarto que puso emoción al choque (61-63).

Empezaba un partido de diez minutos cuando Óscar Anguita situó el empate a 63. Fernández hizo vibrar al Veleta (67-66, a 6:40) pero el equipo visitante mantuvo la intensidad en el rebote defensivo. Además, el Covirán había gastado su pobre acierto exterior, por lo que se llegó a los últimos 90 segundos uno abajo (78-79).

En el cúmulo de detalles que ayer no funcionaron ocurrió entonces que se perdió un asequible rebote defensivo en el que el 'tu por mi yo por ti' dejó una posesión más al Enrique Soler, que sentenció con un 0-5 (78-84) en el último minuto. Un triple de Fernández situó el 83-85 definitivo a 7 segundos del final. Encima, no se produjo la falta rápida final que el Covirán buscó pero que los árbitros no concedieron.