Ruth Beitia, figura estelar del atletismo español, abandera un equipo que el director técnico, Ramón Cid, describe como "potente pero no de muchas medallas", para competir en los Europeos en pista cubierta de Praga, que arrancan hoy con las calificaciones de peso y longitud.

Las bajas por lesión del sevillano Manuel Olmedo (oro en 1.500 hace cuatro años) y Eusebio Cáceres reducen la expedición a 30 atletas y priva a España de dos firmes opciones de podio, dificultando aún más el objetivo de igualar, al menos, los cuatro metales de las dos últimas ediciones.

El ranking europeo de la temporada es el más caro de los ocho últimos años, como si los atletas europeos hubieran resuelto que estos son sus verdaderos campeonatos. En Praga podría darse la paradoja de que la mejor temporada española bajo techo de los siete últimos años se tradujera, por la feroz competencia, en un torneo con muy pocas preseas.

A un mes de cumplir 36 años, Beitia no tiene fácil su duodécima medalla internacional en una prueba en la que es favorita la polaca Kamila Licwinko, campeona del mundo y única que ha superado los dos metros este año. El malagueño Borja Vivas, con su plata europea al aire libre y su reciente lanzamiento de 20,66 como credenciales, aspira a integrar el trío de honor de los lanzadores bajo techo al igual que Pablo Torrijos, primer español en romper el muro de los 17 metros en triple (17,03). El veterano Diego Ruiz tendrá la responsabilidad de enderezar el rumbo del 1.500, ya que Mechaal, líder español del año optó por el 3.000 para su debut continental en sala.

Indira Terrero logró hace siete meses un bronce histórico en los Europeos al aire libre de Zúrich y será una buena opción junto alsubcampeón de 800 en 2013, Kevin López. En su prueba, en la que lo acompañan los también sevillanos Kevin López y David Palacio, pese a la ausencia del polaco Adam Kszczot, el mejor del año, se mantiene el nivel con el también polaco Lewandowski, el irlandés English y el sueco Kramer.