Mercedes prolongó su dominio al copar las dos primeras plazas de la parrilla de salida del Gran Premio de Mónaco, la sexta carrera de la temporada y que supuso otra de tantas decepciones del binomio McLaren-Honda, con un Fernando Alonso que no pudo pasar de la Q2 al quedarse parado su monoplaza.

Si el doblete de los bólidos alemanes, pilotados por Lewis Hamilton y Nico Rosberg, ya forma parte del paisaje actual de la Fórmula 1, la incapacidad de la escudería de Woking para mejorar sus prestaciones también se está convirtiendo en un clásico del certamen.

Hamilton y Rosberg dominaron con mano de hierro la clasificación por las calles monegascas. El británico lideró la Q3 y el germano hizo lo propio en las dos rondas anteriores. El que más cerca estuvo de ambos fue Sebastian Vettel (Ferrari), tercero a casi 800 milésimas de Hamilton (1.15,098).

En la carrera en la que seguramente más decisiva es la posición de partida de todo el calendario, una de las escasas opciones que podría tener Rosberg de superar a su compañero es en la salida, si bien también deberá estar pendiente de Vettel y las buenas salidas de los Ferrari. Eso sí, a pesar de confirmar su mejora con respecto al año pasado, la escudería italiana sigue todavía lejos de los Mercedes. Kimi Raikkonen, sexto, rodó casi un segundo y medio más lento que Hamilton.

En las antípodas de Mercedes se encuentra la histórica McLaren y su actual motor Honda. Seis carreras disputadas y seis veces que no ha sido capaz de acceder a la ronda definitiva de la clasificación, bien por falta de motor, bien por un fallo de fiabilidad.

Además, tras el fiasco de la pretemporada desde la escudería de Woking se fueron fijando fechas en las que el monoplaza sería más competitivo y podrían acceder a la Q3 los sábados y luchar por los puntos el domingo, pero todas las previsiones siguen incumpliéndose.

Si Button no pudo pasar a la tercera ronda en condiciones normales, un nuevo problema de fiabilidad en el monoplaza de Alonso, que se quedó sin potencia en la Q2, volvió a oscurecer el panorama de McLaren. Las dificultades para adelantar en el angosto trazado de Mónaco hacen prever una difícil carrera para el español.

Carlos Sainz (Toro Rosso) vivió una jornada de contrastes, pues de la alegría de haberse hecho con la octava plaza en la sesión de clasificación pasó a la frustración de ser sancionado por ignorar la orden de pasar el control de pesaje de su monoplaza, lo que lo obligará salir desde la calle de garajes.

Pese a ello, Sainz volvió a destacar, pues acompañó su octavo puesto real con el hecho de haber superado en la ronda definitiva de la clasificación a su compañero de escudería, Max Verstappen, que finalizó décimo. Peor suerte corrió Roberto Merhi (Manor), quien partirá desde la última fila junto a su compañero, William Stevens.