España no podrá defender el título mundial conquistado hace dos años en Barcelona tras caer en cuartos de final ante Estados Unidos (5-8), en un partido en el que el músculo de las norteamericanas y la actuación de la meta Ashleigh Johnson resultaron decisivas.

Sabía Oca que la única manera de medirse a las norteamericanas era mejorar el físico de sus jugadoras y por eso intensificó la preparación de su equipo en el CAR, seis semanas sin descanso.

España tiene mucho talento y le faltaba músculo, pero ayer le faltó continuidad, sobre todo en el inicio del partido. Aguantó Laura Ester al equipo con sus paradas ante la falta de aprovechamiento de las superioridades debido a la asfixiante defensa de las norteamericanas.

Dos remates al palo de Roser Tarragó y dos goles (Neushull y Gitchirst) marcaron las diferencias en el primer cuarto. No quería España que Estados Unidos se escapara pronto en el marcador, pero aún tuvo que ir más a remolque con el 0-3 al inicio del segundo cuarto.

Tardó España más de once minutos en marcar, una superioridad aprovechada por Anna Espar, pero las norteamericanas tenían muy aprendida la lección. Cerraron el grifo de la boya española y equilibraron el juego exterior. Dos nuevos goles (Steffens y Neushull) dejaron a las de Oca contra las cuerdas (1-5), aunque Forca recortó diferencias (2-5).

La reacción de las campeonas del mundo se produjo en el tercer cuarto. El juego ya era más fluido. Paula Leitón, la jugadora de 15 años, tuvo minutos de calidad ante las dos faltas de Maica García y un gol suyo y otro de Anna Espar metieron a España en el partido apretando mucho el marcador (4-5), aunque Craig a 1:14 del final del tercer cuarto volvió a poner distancias (4-6).

El punto de inflexión del partido se pudo vivir con el 5-6, que anotó Maica García a 5:41 para el final, pero España no tuvo continuidad. Estados Unidos reaccionó, aprovechó las superioridades y marcó dos nuevos tantos para cerrar el partido (5-8).

Por una vez no habrá medallas. El equipo de Oca, que cada verano se colgaba una, se quedará ahora huérfano. Suerte que el próximo verano hay una nueva cita, esta vez olímpica.