Menos de cuatro horas. Eso es lo que tardó Abdelkader El Mouaziz en realizar la XXXI Subida al Veleta. Si bien parece mucho tiempo, hay que tener en cuenta que fueron 50 kilómetros de ascenso constante.

A las 7 de la mañana salieron los corredores desde el Paseo del Salón para enfrentarse a una de las carreras más duras del mundo. Ya desde los primeros instantes, las fuertes rampas se definieron como el peor enemigo de los atletas, se formaron grupos y los favoritos cogieron cierta distancia.

Las caras de sufrimiento eran notables desde el inicio. Los participantes se arremolinaban exhaustos en torno a los puntos de avituallamiento para tomar algo de líquidos o fruta y seguir corriendo. Entre la gran multitud que ascendía, a muchos les acompañaban amigos y familiares jaleando desde la cunetas.

El tiempo parecía no acompañar durante los primeros tramos de la ruta. La niebla y las nubes bajas proporcionaron una humedad en cierto modo refrescante para los participantes, pero alguna rachas de viento dificultaron la subida al romper el ritmo de los corredores.

Entre la gran cantidad de corredores destacó uno en particular: Abdelkader El Mouaziz. El marroquí no tuvo reparos en liderar la carrera prácticamente desde los primeros compases. Este experimentado maratoniano tomó el relevo de Rubén Rodríguez, quien pagó el esfuerzo de ir demasiado rápido en los inicios y se desfondó con las primeras rampas duras.

Fue a partir del kilómetro 15 cuando El Mouaziz se marchó en solitario al marcar un ritmo demoledor para el resto de sus rivales. El corredor de Atletismo Maracena, ganador de los maratones de Londres y Nueva York, sacó rápidamente una ventaja de cinco minutos rescpecto al resto y la mantuvo de manera cómoda hasta la misma llegada a la meta. El atleta reguló el esfuerzo y la intensidad con gran maestría.

En segundo lugar llegó el malagueño Dani García. El atleta de Alpino Benalmádena hizo un subida muy tranquila. Su reservas de esfuerzos en los primeros kilómetros le sirvieron más adelante, una vez pasado el albergue universitario, fue recogiendo 'los cadáveres' de otros corredores que pagaron el duro esfuerzo que supone una carrera tan exigente.

El británico Lee Gratham, habitual de este ascenso al Veleta, firmó su mejor actuación al entrar tercero en la meta y consiguió, por tanto, su primer podio. El atleta de Manchester subió por primera vez en el año 2010 y se quedó prendado de la bella dureza que desprende esta prueba. Tanto es así que dejó su vida en Inglaterra para vivir en Granada y empaparse de la cultura andaluza.

En mujeres, María Bravo Zúñiga fue la primera en coronar la cumbre. Realizó la subida en un tiempo de cinco horas. El amor subió al podio en Sierra Nevada, ya que esta malagueña, que pertenece a Alpino Benalmádena, está casada con el que acabó segundo en la categoría masculina, Dani García.

Por detrás de Bravo llegó Rebecca García. La atleta de Bikila Granada acabó treinta minutos por detrás de la malagueña, aunque mantuvo una lucha muy apretada con María Olimpia, atleta de Marita Team, que llegó en tercer lugar.

Además de la clásica Subida al Veleta se realizó la conocida como 'Minisubida'. Esta modalidad parte desde el albergue universitario para llegar a la misma meta que la prueba  larga. Con un total de 11 kilómetros, esta ascensión se asemeja más al 'Kilómetro vertical' que se pudo ver hace unas semanas que a los 50 que tuvieron que recorrer ayer los atletas.

En hombres ganó Francisco López, con un tiempo de 54:59. El segundo lugar estuvo algo más disputado, con un sprint que ganó Antonio Sánchez sobre Luis Mendoza por tan sólo tres segundos de diferencia. Mención especial en esta categoría para Jorge Abarca, enfermo de ELA, que culminó su particular reto junto a su grupo 'Cualquiera puede hacerlo'.

En mujeres, la vencedora fue Esther Hidalgo. La malagueña se impuso sobre Carmen Fernández y María José Pérez con un tiempo de 1 hora y 2 minutos. Era la primera vez que esta atleta de Cuevas de Nerja se enfrentaba al Veleta, por lo que fue llegar y besar el santo.