Deportes

Froome cede terreno

  • El corredor inglés no aguanta el ritmo de los favoritos en la Alpujarra y se deja casi medio minuto en una etapa que encumbra a Lindeman

El primer examen de altura de la Vuelta, en la Alpujarra granadina, encumbró a Bert Jan Lindeman como vencedor de la etapa y destapó debilidad en Chris Froome, quien cedió tiempo sobre el resto de favoritos. Entre ellos, se postula Fabio Aru y se reafirma el propio líder, Esteban Chaves, inamovible con la roja.

El calor asfixiante se unió como un látigo a la séptima etapa entre Jódar y el Alto de Capileira. Una prueba de agonía por la victoria que aprobó con sobresaliente Lindeman, un prófugo habitual que por fin alzó los brazos. No fue fácil. El corredor hizo la goma mil veces antes de dejar plantado a Ilia Koshevoy, quien precedió al primero de la alta jerarquía, Fabio Aru, tercero en meta. El ciclista italiano dejó en evidencia a Froome con una arrancada y confirmó que el inglés no es el del Tour ni de lejos.

La etapa, que ofrecía el primer puerto de primera de la ronda, confirmó que el risueño Chaves es un líder más serio de lo que él mismo quiere aparentar. Va de tapado, pero aguantó con los mejores y sin equipo. Así empezó no menos alegre Chris Horner en 2013. El Chavito aguantó la roja, como se mantiene Dumoulin a 10 segundos y Daniel Martin a 33.

El Sky se agarra de momento a Nicolas Roche, cuarto, más que en Froome, que deshoja la margarita de la duda. El primer español es Alejandro Valverde, quinto, en empate técnico con Purito, Quintana y Aru. A Froome le tiene a 33 segundos en la víspera de su llegada a Murcia, su casa.

El intenso sofoco se tornó en el un enemigo natural durante un largo ascenso de 19 kilómetros que prometía ofrecer espectáculo; sin embargo, al final puso el acento más en lo paisajístico que en lo que sucedió en la carretera.

Con el termómetro en los 37 grados, el pelotón no movió un dedo cuando salieron disparados Txurruka, Quintero, Koshevoy, Cousin y Lindeman. Este quinteto se las prometía muy felices, pues las diferencias eran de escándalo y el Orica del líder no asumía el mando de la captura.

No sería hasta cerca del puerto cuando el Movistar tomó la iniciativa y redujo la ventaja a cuatro minutos a pie de puerto. Echó una mano el Katusha y más tarde el Astana. Peligraba la fuga, pero hubo rebelión. Txurruka no pudo hacer honor a su nombre (sueño, en euskera), y Lindeman y Koshevoy se lo jugaron todo, aunque al final el holandés aplicó la ley del más fuerte.

Por detrás saltaban chispas en el grupo de la general, pero sin incendios. Movistar no explicó con hechos el esfuerzo de toda la subida, hasta el punto de que Quintana propuso "un cambio de estrategia" del equipo, que para eso tienen "dos cabezas", Valverde y él.

Tinkoff sacó la carta de Majka a tres kilómetros de meta y Dan Martin apareció con ganas de alterar al personal. Fabio Aru percibió que Froome iba con el gancho y tiró, empeñado en hacer valer su nuevo rol en el Astana. Un aviso para ampliar la lista de favoritos.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios