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Unas sufridas tablas y, del mal, el menos

  • Los granadinistas arrancan un punto ante un Málaga CF que tuvo mejor estadística ofensiva con diez futbolistas

Del mal, el menos. Y con mejor sabor de boca al final para la hinchada. El Granada CF empató ayer un encuentro en el que fue inferior en sensaciones y en números ofensivos a un Málaga CF que tuvo, incluso, que 'pedir la hora' al final. Fue el impredecible desenlace a un duelo en el que sólo los minutos postreros maquillan la imagen, en general, mala del un cuadro rojiblanco. Si la fortuna les había sido esquiva en los instantes de consumación de cada cita liguera, anoche la moneda enseñó cara. Los blanquiazules, que vieron los tres puntos ya en su zurrón, se quedaron con la percepción del que ha visto un hecho inenarrable por la inverosimilitud de su conclusión.

Ni el más nefelibata de los aficionados granadinistas que se dieron cita en La Rosaleda -en la eterna persecución que protagonizan a sus colores allá por donde pisan- podría imaginar cómo sería el resultado a la vista del transcurrir de los reglamentarios. Y más, cuando los de Javi Gracia se empeñaron en hacer buena esa máxima de HH -Helenio Herrera- que insulta a la lógica. Los boquerones cercaron el arco de Andrés Fernández con más peligro justo cuando Estrada Fernández decidió sacar del Partido a Tissone. "Se juega mejor con diez que con once", decía el extravagante técnico argentino. Ayer, los malagueños lo corroboraron. Ya habían hecho más méritos que los granadinos antes de la expulsión para hacerse con el triunfo, pero los acentuaron, precisamente, desde el 52'.

La diana de El Arabi, que mantiene un bizarro idilio con feudos como el Coliseum Alfonso Pérez o La Rosaleda, hizo temblar las piernas a los de la Costa del Sol. Fue en ese instante cuando el Granada CF igualó la superioridad estadística local. La niveló, mas no fue suficiente para voltearla. Y, aun así, concluyó el choque por detrás en determinadas facetas -como en llegadas a las inmediaciones de la caja enemiga, en disparos entre las maderas o en saques de esquina-. Sintomático de un equipo, hasta el minuto 83, largo, incapaz de enlazar pases en profundidad, con una lenta circulación y desarbolado ante las embestidas entre líneas de los malaguistas. El carril del diez fue una autopista para los malacitanos durante los dos primeros tercios de encuentro, ante un Uche poco asistido por sus compañeros de medular -Márquez y Fran Rico-.

Hasta Kameni apareció menos que el meta rojiblanco -ayer, de naranja-. Con todo y con eso, Sandoval y los suyos perdonaron en el descuento, con acercamientos claros cuando el Málaga CF pasó de yunque a flan. Por primera vez desde su retorno a Primera División, el Granada CF logra botín en casa del que ha sido históricamente su máximo rival. El punto hará olvidar la imagen inaugural de escasa mordiente. La casi insolente juventud de algunos de los efectivos del once granadinista pudo pesar al principio. Las tablas, empero, eclipsarán los análisis más agoreros.

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