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Todo ha cambiado a mejor

  • El equipo rojiblanco de las siete últimas jornadas no se parece prácticamente en nada al de las seis primeras del campeonato El discutido Rochina, el ejemplo de la metamorfosis

El Granada de las siete últimas jornadas es un equipo distinto prácticamente en todo al de las seis primeras del campeonato. Ha cambiado en nombres, con algunos insustituibles al principio que ahora son suplentes o, ni siquiera, van convocados, y otras apariciones inesperadas que han llegado, parece, para quedarse; ha variado la forma de jugar, sustituyendo el toque, el riesgo y la apuesta elegante del inicio por la verticalidad, los balonazos y la búsqueda de la eficiencia por encima de la brillantez; también ha pasado de sumar nada más que tres puntos de los primeros 18 posibles a acumular ocho en los siete partidos más recientes. De hecho, en las seis jornadas iniciales perdió un choque y en las siete posteriores solo uno, aunque los cinco empates alcanzados provocan que el número de victorias sea solo de una. También ha habido una importante metamorfosis en cuanto a imagen y rendimiento en casa y fuera. Tras tres derrotas en Los Cármenes, dos igualadas y una victoria, después de, independientemente del marcador, cinco muy aceptables compromisos como visitante, dos malas actuaciones frente a Rayo Vallecano y Málaga. El cambio es evidente. Y, a la vista de la clasificación, ha sido una mutación para bien.

el aire, ahora a favor

El partido disputado el sábado en La Rosaleda, igual que el de la semana anterior frente al Athletic, es un buen ejemplo de que el viento ya no sopla tan en contra. La mala suerte, la torrija, la caraja, la incapacidad para ganar partidos mostrada ante el Betis, el Sporting o el Espanyol ha sido reemplazada por un punto de azar, por un soplo fresco y necesario de inconformismo, solidaridad y fe en uno mismo que hace que se vuelvan a ganar puntos de tres en tres o a sumar en choques que parecen perdidos.

el nuevo rochina

Uno de los jugadores que más detractores tiene en Granada es Rubén Rochina. Su continua mala toma de decisiones, el desaprovechamiento de casi todas las titularidades de las que ha dispuesto, su poca aportación al equipo, su individualismo, su falta de sangre... muchas cosas se le han criticado al valenciano, y el que suscribe estas líneas ha sido el primero que lo ha hecho, durante la mayoría de partidos que ha disputado. Sin embargo, las dos últimas actuaciones del talentoso jugador, porque talento tiene a raudales, son un magnífico ejemplo de cómo ha cambiado el Granada y algunos de sus integrantes. Mientras otros buscan fantasmas y eluden su mucha culpa a la hora de salir del equipo, Rochina ha aceptado su rol de suplente y, lo que es más importante, ha decidido unirse a la causa. Ante el Athletic, corrió, presionó y mordió el rato que estuvo en el campo como no había hecho nunca desde que llegó al Granada; contra el Málaga se echó a las espaldas a un equipo perdido y fue la brújula que permitió al Granada encontrar el camino de la reacción, culminada por él mismo con un golazo de bandera.

llega la copa

Oportunidad mañana en Leganés para que, como hizo Rochina, o también en Málaga Foulquier, algunos se reivindiquen. Que nadie olvide lo mucho que a Pina le gusta la Copa y las pocas satisfacciones que el Granada ha dado últimamente en esta competición.

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