Granada-real madrid

Perder como nunca (1-2)

  • Soberbio partido del Granada que desquicia al Madrid pero que paga su falta de pegada, todo lo que le sobra a los visitantes. Un error atrás a falta de seis minutos da el triunfo a los blancos.

Una versión extraordinaria, quizás la mejor de la temporada del Granada CF, no le sirvió para ganarle al Real Madrid, que ya de por sí son palabras mayores. El resultado final de 1-2 es tan injusto que darle la vuelta y poner 2-1 nadie lo hubiera discutido. Quizás el empate, por eso de que en este juego manda la pegada, pero nunca una derrota ante el conjunto merengue. El equipo de Sandoval volvió a brillar ante el conjunto blanco, ayer de azul oscuro casi negro, al igual que en el Bernabéu, pero los tres puntos volvieron a caer de lado del poderoso, que vivió de dos fogonazos de sus estrellas. Luka Modric, a seis minutos del final, se sacó un zapatazo mágico y potente desde la frontal del área para darle a Zidane su primera victoria fuera de casa, y al Granada. Dejarlo con la miel en los labios de haber podido sumar un punto ante un equipo imprevisto. 

El mejor Granada del curso se pareció muy poco al equipo inseguro de hasta hace una semana. La llegada de Ricardo Costa parece haberle dado a la zaga al líder que necesitaba y al hombre que diga qué hay que hacer en cada momento. A partir de un equipo que esta vez defendió bien y nada menos que contra el Madrid se construyó el buen partido de los rojiblancos. El luso adelantó la defensa, mantuvo la línea del fuera de juego, e hizo mejores a sus compañeros de atrás. Sin embargo, no todo iba a cambiar. Atrás sigue existiendo un agujero negro, que ayer lo fue menos, pero que en la primera parte volvió a dejarle facilidades al atacante rival. Sandoval dio banquillazo a Biraghi por cuestiones lógicas de rendimiento y metió a Foulquier a pierna cambiada, poniendo a Miguel Lopes contra Cristiano Ronaldo. El luso anuló al astro de Madeira, que hizo un partido para olvidar. También estuvo correcto y más el francés, pero sus espaldas fueron oro para el Madrid. Al tercer intento de los de Zidane por ese lado llegó el 0-1. Primero, en una pared Modric-Carvajal que Benzema tiró fuera con una chilena, y segundo en una acción similar, con el croata dándole la pelota a Benzema, a quien se le adelantó Lombán. A la tercera vino el gol. Todo nació en Isco, que vio el hueco a la trasera de Foulquier y Carvajal entró como cuchillo en mantequilla, pisó área y asistió a Benzema para que marcara a placer. Una jugada de tiralíneas que castigó el único error grave del Granada. Esta raya en el agua marcó el devenir del choque, ya que al Madrid no se le pueden dar facilidades. Aunque sea sólo una. 

Antes del 0-1, el Granada estaba limando la perfección. Al equipo le castigó su falta de puntería y la mala toma de decisiones, pero llegó muy fácil a las inmediaciones del área del Keylor Navas. A los diez minutos se anuló una acción de gol a Peñaranda por fuera de juego. Fue una sucesión de errores en cadena. Un balón largo al venezolano al que salió el costarricense algo alocado y muy fuera de su área, y cuyo despeje con la cabeza le llegó a Barral, que sin portería tiró pero le dio tan mal que la pelota le cayó a Peñaranda en posición incorrecta. Tres minutos después fue una cabalgada de Ronaldo finalizada con demasiado ángulo la que metió el miedo en el cuerpo al Granada. Respondió poco después el equipo granadino con una jugada de tiralíneas, una pared entre Fran Rico y Success que acabó con el nigeriano tirándose a la piscina cuando tenía a Barral solo. 

Tras el 0-1, el Granada mentalmente se vino un poco abajo pero siguió incomodando al Madrid. Las líneas se juntaron mucho y al equipo blanco le faltó fluidez, aparte de que el día de los de delante no fue el mejor. Es más, quien estuvo a punto de empatar fue el Granada. Poco antes del descanso, también con Barral suelto para rematar a gol, Miguel Lopes chutó desviado dentro del área tras marcarse una pared con Success. 

El derroche físico del Granada, ordenado en fase defensiva y rápido a la contra, buscando por banda a Success y Peñaranda, iba a pasar factura en la segunda parte. Pero mientras al equipo le duró la gasolina le jugó de tú a tú a los blancos. Las intenciones las mostró rápido el conjunto de Sandoval, que tardó poco menos de dos minutos en avisar a Navas. Success forzó un córner y en este remató Lombán para una manopla salvadora del arquero blanco. La respuesta fue poco después una mano salvadora de Andrés Fernández a Benzema dentro del área y que hubiera sido un 0-2 injusto. 

Esta jugada espoleó al Granada, que siguió creyendo en sus posibilidades. Así llegó el empate. Una pérdida de Modric permitió recuperar la pelota al Granada. Rochina condujo la pelota y se la dio al hueco a El Arabi, que sólo llevaba dos minutos sobre el campo, y que definió a la perfección al palo de Keylor Navas. Un gran gol que hacía justicia a lo que se veía. 

Desde ahí no pasó casi nada. El Real Madrid estaba desesperado y no daba una a derechas ante un Granada ordenado y que lamentó que en ataque Success y Peñaranda fueran demasiado individualistas. Hasta la genialidad de Modric, sólo Ramos, en un córner que se fue muy alto, chutó a la meta de Andrés. 

Pero al Granada le faltó gasolina. Sandoval fue a amarrar con las salidas de Fran Rico y Peñaranda por Krhin y Doucouré, pero atrás todos estaba muy justos. Flotaron demasiado al croata que vio la portería gigantesca para plantar el 1-2 y dejar a los rojiblancos otra vez lamentando y diciendo el famoso dicho del 'jugamos como nunca...".

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