Si hay un partido que en estos años de vida del Fundación CB Granada se ha caracterizado por su intensidad, rivalidad y polémica, ese es el que Covirán y Aceitunas Fragata Morón han disputado desde que ambos equipos compitieron en Liga EBA. Dos entidades con trayectorias similares que se vuelven a ver las caras esta tarde en el Pabellón Alameda de la localidad sevillana y en el que hay mucho en juego.

Aunque la clasificación solo les distancie un puesto, son tres las victorias que los de Pablo Pin tienen sobre el conjunto entrenado por Javier Fijo. Una cita que se antoja clave en las aspiraciones de los nazaríes de luchar por, como mínimo, la segunda plaza. Y lo es porque, de ganar, el Covirán dejaría atrás a un rival al que aventajaría en cuatro victorias más el average a falta de ocho jornadas para el final de la fase regular. El grupo de perseguidores del líder, el Marín Ence Peixegalego, está cada vez más definido y dentro de él, el cuadro granadino es el que se encuentra en un mejor momento.

Pero el Pabellón Alameda no es una cancha fácil pese a que esta temporada los aficionados sevillanos han visto más perder a su equipo que ganar. Una instalación que contará en sus gradas con aproximadamente una media centena de seguidores granadinos que se desplazarán un año más para apoyar a su equipo. Aunque esta vez sí les dejará entrar la directiva del Aceitunas Fragata. Las relaciones entre ambos equipos se han normalizado después de que la pasada campaña se les impidiera la entrada en plena lucha por entrar en la fase de ascenso a LEB Plata. Un detalle muy feo que hoy no ocurrirá y que en el duelo de la primera vuelta las peñas no olvidaron con sus cánticos durante el partido en el Palacio en el que los de Pin lograron el triunfo por dos puntos de diferencia (80-78).

En el mejor momento de la temporada, el Covirán acude a la cita pleno de moral y con la vista puesta en Ávila, que ocupa la segunda plaza y que sería el equipo que tendría el factor cancha a favor en todas las eliminatorias de ascenso a la LEB Oro. Con toda la plantilla a su disposición, Pablo Pin parece haber encontrado la tecla para ser, ahora mismo, el equipo que todos temen de la categoría. Esta no es otra que la defensa y los números así lo indican.

Con poco más de 57 puntos de media encajados en los últimos cuatro partidos, a poco que funcione el ataque, los rojiverdes tienen muchas posibilidades de alzarse con la victoria como así está ocurriendo. Un plus más en un equipo en el que todos comienzan a aportar cuando gozan de minutos. Un claro ejemplo de ello es Jordan Stone, cuyo periodo de adaptación parece haber terminado y, pese a no contar con todos los minutos que él quisiera, sus números en las últimas jornadas reflejan que puede ser una pieza clave.

Enfrente, el Covirán tendrá a un equipo que lucha por jugar play off y que cuenta con un triunfo sobre Clínicas Rincón que a día de hoy no lucharía por ascender. Los de Fijo acumulan dos derrotas consecutivas pero cuentan con jugadores muy peligrosos. Es el caso de Michael Phillips, sexto jugador con mejor promedio de anotación de la categoría con 15,88 puntos por partido. Pero además, son piezas importantes en el juego de los sevillanos el pívot de 2,04 Chemari Morales y el senegalés Pape Sow, peligrosos en el rebote.

Tras cortar a su americano Jordan Threloff, Morón cuenta desde hace cuatro jornadas con el pívot Olajide Kenshiro, jugador de 2,06 metros de estatura y 95 kilos de peso que ya tiene experiencia en el baloncesto español al haber militado en los equipos del Grupo B de Liga EBA, Seguros Solis Alcázar Basket durante la temporada 2014-15 y en el Isober Basket Azuqueca, de donde procede. Se trata de un jugador neoyorquino con pasaporte nigeriano que aporta altura e intimidación en la zona moronense.

Si los de Pin son capaces de ganar en Sevilla, se posicionarán de manera inmejorable de cara a un final de temporada en el que tendrá que medirse a seis de los siete equipos que se encuentran ahora mismo en play off.