Ud las palmas - granada cf

Un disparo en el pie (5-1)

  • El equipo amarillo avasalla al rojiblanco en la última media hora, cuando Jémez trata de irse a por el partido tras haber sido inferior y que se le pusiera en contra con dos graves errores atrás.

El Granada salió goleado (5-1) de su visita a la UD Las Palmas, un conjunto que ha empezado de dulce la temporada, en un choque en el que se pudo apreciar en su máxima expresión al entrenador que ha fichado el equipo rojiblanco. El Granada fue inferior durante una hora a su rival, pero cuando aún quedaba un tercio de partido por delante sólo perdía por 2-1. Entonces Paco Jémez entonó aquello de "puerta grande o enfermería" y agotó su tercera sustitución, Barral por Samper, para cambiar el sistema, arriesgar con Boga en el doble pivote e irse a por todas. Estaba claro que era empatar, y quien sabe si ganar, o salir goleado. Tocó lo segundo. Era lo lógico. Hace una semana contra el Villarreal, el preparador hizo exactamente lo mismo y el equipo fue capaz de igualar un encuentro que estaba perdido y casi lo ganó. Esa vez sí salió bien. 

Jémez dio la alternativa a Samper, mantuvo en el once a Lombán y colocó de inicio a Martins para que Boga jugara por dentro, pese a que el luso va a abandonar el club en una horas. Javi Márquez no jugó nada. A este paso van a faltar dedos para señalar. 

Los cinco primeros minutos de partido fueron frenesí puro, como dos púgiles que salen al ring a pegarse sin cuidar sus defensas, a ver quién arrea más fuerte. En esos 300 segundos iniciales dio tiempo a que El Zhar, que fue una pesadilla para la zaga rojiblanca toda la tarde, se plantara dos veces ante Ochoa, y a que Isaac Cuenca y Ponce también merodearan a Varas. 

El paso de los minutos fue encorsetando más a los equipos en los sistemas previstos por sus técnicos, ya de por sí valientes y ofensivos, aunque durante bastante tiempo se anularon entre sí con presión alta y efectiva. El Granada no era capaz de enlazar jugadas, pero tampoco permitía que lo hiciera el oponente, secando bien a Roque Mesa y Jonathan Viera. 

Superado el cuarto de hora, una buena subida por banda de Gabriel Silva acabó con un cabezazo fuera de Ponce. Poco a poco se soltaba el Granada, mas cada vez que Las Palmas tenía espacios era peligrosísimo, como cuando Livaja encaró a Ochoa, acción que acabó con amarilla para el croata por el piscinazo. 

Con todo, como tantas veces ha repetido el técnico durante la pretemporada, el principal peligro para el Granada era el propio Granada y sus cantes defensivos. En una de ellos, cuando más tranquilo parecía vivir el equipo, llegó el 1-0. Gabriel Silva no acertó a despejar hasta por dos veces un balón que no parecía demasiado difícil, Martins no anduvo tampoco demasiado avispado, y El Zhar no perdonó. El rebote de Jémez le costó al brasileño acabar en el banquillo en uno de sus habituales cambios antes del descanso. 32'. Otro señalado. 

Ochoa tuvo que aparecer otra vez ante Vicente y en un paradón de nuevo frente a El Zhar. Sin esperarlo, tras una recuperación de Samper, que para andar sin ritmo hizo un choque bastante decente, Boga se marcó una buena jugada y empató con un gran disparo justo cuando el crono marcaba el minuto 45. Llegar al descanso con empate era una grandísima noticia. 

No tenía mala pinta el inicio del segundo tiempo, aunque a los dos equipos, como al principio del choque, se les fue un poco la olla y se pusieron a atacar como si no hubiera mañana, enlazando una contra tras otra. Y al que le fue peor, al Granada. Javi Varas sacó en largo, Tito estaba fuera de sitio, Livaja fue el más listo, Lombán y Uche fueron a marcar al mismo y ninguno hizo la cobertura, Ochoa salió pensando que llegaba cuando no llegaba y Boateng marcó de cabeza el 2-1. 51' y otra vez a remar. 

Faltó poco para que empatara el Granada en una acción similar a la del 1-1, pero esta vez se le fue el chut al galo ligeramente fuera. Era el minuto 59 y estaba a punto de producirse el cambio que iba a modificar sustancialmente el desarrollo del choque. 

Poco antes, Jémez ya había metido en el campo a Andreas Pereira por Martins, colocando al belga de origen brasileño como interior zurdo, aunque luego cambió de banda y se fue a la derecha. A la hora de encuentro sacó a Barral, repitiendo el cambio de dibujo que hizo frente al Villarreal. A partir de ese momento el Granada se colocó en un 1-4-4-2, con Krhin y Boga en el doble pivote. 

Estuvo cerca la igualada en una buena cabalgada por la derecha de Barral, pero cuando Ponce iba a empujar la pelota en boca de gol, la bota de David García mandó el esférico a córner. Ahí se acabó el Granada y empezó el festival amarillo. Jonathan Viera, que hasta ese momento había estado agazapado, cogió las riendas de los suyos, y se hizo amo y señor del choque. 

El canterano asistió a El Zhar en el contragolpe del 3-1, en el que tampoco quedó muy bien el otro Silva, Gastón, arrastrado en el desmarque de Livaja. Esa acción fue un tiro de gracia para la maltrecha moral nazarí. Sólo tres minutos después, el 4-1, esta vez de Momo tras otro jugadón de El Zhar. 

Ochoa y Uche, el nigeriano bajo palos, evitaron poco después que cayera el quinto, en pleno orgasmo futbolístico canario, algo que logró Araujo en el minuto 85 tras una nueva asistencia de Jonathan Viera, desatado tras la salida del campo de Samper. En el tiempo añadido evitó el mexicano que marcara el sexto el propio Viera. 

Con lo que ocurrió, se puede pensar que Jémez se pegó un tiro en el pie a la hora de partido con el cambio de planteamiento que hizo ante un equipo enrachado y con tanta calidad enfrente. También que el Granada ya llegó a Las Palmas con una ráfaga disparada en toda la pierna por presentarse en la dos primeras jornadas con una plantilla a medio hacer y por ensamblar, tal y como el técnico dijo a toda a España a voz alzada en la previa. Que a buen entendedor... 

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