Deportes

Adiós al 'Papa' del deporte

  • Los Reyes asistirán esta tarde al funeral por Samaranch, el gran responsable de la globalización de los Juegos Olímpicos, fallecido en Barcelona a los 89 años por una insuficiencia coronaria

El mundo del deporte, en toda su colosal dimensión, está desde ayer de luto con la muerte de Juan Antonio Samaranch. El castigado corazón del presidente de honor del COI y arquitecto de la globalización olímpica dejó de latir a las 13:25 en el Hospital Quirón, de Barcelona. El director de medicina interna Rafael Esteban Mur anunció la parada cardiorrespiratoria. El estado de Samaranch se agravó el martes tras ser  hospitalizado el domingo con una insuficiencia coronaria. 

"A esta edad, con una carrera y una vida llena, irse sin sufrir  y sin hacer sufrir forma parte de todo un estilo de vida", dijo  Juan Antonio Samaranch (hijo) pocas horas después de la muerte de su  padre. "Se ha ido tranquilo. Ha tenido una buena muerte". 

El hijo del dirigente deportivo, que presidió el Comité Olímpico  Internacional (COI) de 1980 a 2001, contó que su padre comenzó a sentirse mal después de ver por televisión la final del torneo de  tenis de Montecarlo, que ganó su compatriota Rafael Nadal. 

La salud de Samaranch había avisado ya en los últimos años. En  julio de 2001, tras ceder la presidencia del COI al belga Jacques  Rogge, el español debió permanecer 11 días en un hospital por "fatiga  extrema". 

 En octubre de 2009, tras perder Madrid la elección por la sede  olímpica de 2016 ante Río de Janeiro, Samaranch fue internado en una clínica de Mónaco con una insuficiencia cardíaca. El anciano  dirigente deportivo se descompuso mientras presenciaba en Mónaco el Festival Sportel. 

Dos años antes el ex titular del COI perdió el conocimiento antes  de asistir a un acto de beneficencia organizado por el portero del  Real Madrid Iker Casillas y por el tenista Rafael Nadal, por lo cual  debió ser hospitalizado en Madrid. 

Él mismo intuía que el final estaba cerca. No lo ocultó durante la  presentación de la candidatura de Madrid 2016 en Copenhague ante la  asamblea del COI. "Ustedes saben que estoy muy cerca del final, tengo 89 años. Permítanme pedirles que consideren el honor que sería para nosotros organizar los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de 2016", dijo el  presidente de honor del COI. 

Tenaz, ambicioso y extremadamente pragmático, Samaranch marcó la  historia del deporte al llevar al COI por la senda de la comercialización, convirtiendo al olimpismo en un rentable negocio. 

Abrió los Juegos a los deportistas profesionales como respuesta  al amateurismo del bloque de los países del Este. Y con los mejores  en liza, el interés de patrocinadores y televisiones llenó las arcas  del olimpismo. 

Convencido de que sin su control personal las cosas no funcionaban, se enorgullecía especialmente de su lista de logros políticos, que fueron desde la presencia simultánea de China y Taiwan  en los Juegos, hasta la reintroducción del concepto de "tregua  olímpica" y cierto deshielo en las relaciones entre las dos Coreas. 

Pero también tuvo momentos difíciles. Entre 1998 y 1999 se  enfrentó al mayor escándalo de corrupción de la historia olímpica y  salió mejor parado de lo esperado tras reformar el organismo y poner fin a los viajes indiscriminados de miembros a ciudades candidatas. 

Samaranch siempre tuvo vocación política, algo que le pasó factura durante sus años al frente del COI, con los medios anglosajones  recordándole siempre su pasado franquista. Ocupó incontables cargos en la España de Francisco Franco, pero el de delegado nacional de Deportes (una especie de Ministerio) entre  1966 y 1970 y el de presidente de la Diputación de Barcelona entre  1973 y 1977 son los más recordados. Luego, entre 1977 y 1980 fue  embajador de España en Moscú antes de asumir la presidencia del COI.  Con su llegada, los Juegos tomaron la colosal dimensión que hoy tienen. Es su gran legado.

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