Andalucía se afianzó durante el ejercicio 2012, incluso ganando posiciones, en el sector biotecnológico español, según el informe de referencia realizado por la Asociación Española de Bioempresas (Asebio). La comunidad fue la primera en España en número de compañías creadas, la segunda en empresas usuarias de biotecnología, y la tercera en el volumen total de enseñas del sector existentes.

El informe Situación y tendencias del sector de la Biotecnología en España, Asebio 2012, señala el "bajo nivel de creación de empresas en la Comunidad de Madrid y la Comunidad Valenciana, focos tradicionales de interés de la biotecnología nacional, que están siendo ampliamente superados por Andalucía, Cataluña y Galicia".

En 2012 se crearon 64 nuevas empresas biotecnológicas. Las regiones más bioemprendedoras volvieron a ser Andalucía, con 19, y Cataluña, con 13, seguidas por Galicia, con siete. En el cuarto puesto del ranking se situaron Castilla y León, País Vasco y Comunidad Valenciana, con cuatro nuevas empresas creadas. Además, se identificaron tres nuevas compañías en Aragón y Baleares. En Asturias, La Rioja, Navarra y Cantabria empezaron su actividad biotecnológica en 2012 una empresa en cada comunidad.

En 2011 se crearon un total de 69 firmas en España, mientras que en 2010 la cifra fue bastante más reducida, 57. Por tanto, en 2012 (64) se rebajó el número de iniciativas logradas un año antes, pero, sin embargo, logró superarse el volumen de 2010.

Además de los datos de empresas de nueva creación en 2012, el informe de Asebio establece un ranking sobre la trayectoria y concentración de empresas usuarias de biotecnología por comunidades autónomas. En este apartado, Cataluña se reafirma como la comunidad con un mayor volumen (17,52%), seguida de Andalucía (10,89%), que adelantó a Madrid, que pasó de tener el 11,85% al 6,99% del total. El tercer puesto lo ocupó Galicia con el 8,41%, seguida de Castilla y León (7,76%) y Madrid (6,99%). El sexto lugar fue para Canarias (6,81%), el séptimo para Castilla-La Mancha (6,71%), el octavo para el País Vasco (6,29%) y el noveno para la Comunidad Valenciana (5,51%). Por detrás se situaron Baleares (3,94%), Aragón (3,88%), Navarra (3,55%), Asturias (3,48%), La Rioja (3,01%), Extremadura (2,34%), Murcia (1,54%) y Cantabria (1,35%).

De esta forma, la distribución geográfica del número total de enseñas existentes en el sector biotecnológico se mantuvo con respecto a años anteriores. El mayor volumen se concentró en Cataluña (18,5%), seguido de la Comunidad de Madrid (15,5%) y de Andalucía (13%).

Para Ángel Cebolla, presidente de la asociación BioAndalucía, "el sector manifiesta un dinamismo y creatividad formidables, pero no le acompaña ni la situación socioeconómica por la disminución de ayudas a la I+D (investigación y desarrollo), ni el capital privado por sus temores o recelos en la inversión a largo plazo". Además, "la mayoría de los sectores nuevos de la economía han surgido al amparo de la inversión pública hasta que han madurado".

Desde su punto de vista, "la Administración debe comprometerse más en contribuir a su éxito". Y es que "la compra pública de tecnología innovadora, que según la ley de Economía Sostenible debe ser del 3% de la inversión pública, apenas se está empleando en Andalucía para acelerar el crecimiento empresarial biotecnológico, a pesar de los Fondos Europeos Tecnológicos aún disponibles", asegura.

La asociación Asebio destacó en su informe anual la importancia de la firma Biomedal, empresa también dirigida por Cebolla y que destaca por el lanzamiento de nuevos productos, comercialización exterior -cuenta con una sede en Estados Unidos- y publicaciones científicas.

En control y calidad alimentaria, resaltan sus métodos para detectar alérgenos en alimentos y la calidad del equipo para determinar más rápido el crecimiento de microorganismos resistentes a antibióticos.

De igual forma, la división Biomedal Life Science ha participado en el consorcio Bio-Andalus, iniciativa incluida en el programa Feder-Innterconecta para el desarrollo experimental de procesos de transformación de biomasa lignocelulósica y otras fuentes de carbono en diversos bioproductos, en el marco de Andalucía Sostenible. En concreto ha desarrollado biocatalizadores y procesos fermentativos para la valorización de residuos agrícolas mediante su transformación en bioplástico.