Economía

La sangría del tejido industrial no se detiene

Menos de tres años han bastado para que el tiempo ponga en entredicho las palabras de Gregorio Jiménez, entonces director general de Puleva Food (antigua propietaria de la planta alcalareña de la que se ha anunciado su cierre). En una entrevista a este periódico, Jiménez descartó en aquella fecha que Lactalis se hiciera con la fábrica sevillana para luego cerrarla: "No se paga tanto dinero, 630 millones, en adquirir una compañía para después destruirla".

Las previsiones en el campo empresarial resultan muy arriesgadas, sobre todo, cuando se atraviesa una coyuntura como la actual. Entonces la crisis ya llevaba instalada en el país casi un trienio, pero la situación no ha hecho más que empeorar estos años. En aquel momento Lactalis se situaba como líder del mercado español en lácteos, al acaparar un 14% del negocio de la leche y un 12% en el de queso. La multinacional gala facturaba en España 1.200 millones de euros anuales y mantenía en este país a 2.700 empleados. Durante este periodo la gran enseña francesa ha ido incrementado las cifras, hasta situarse entre los primeros puestos a nivel mundial en el sector lácteo. Sin embargo, parece que en Andalucía no acaban de cuadrarle las cuentas al decidir concentrar toda la fabricación en Granada "para recuperar competitividad".

Aunque, por ahora, la medida no afectará al mantenimiento del empleo, el cierre viene a sumarse al listado de factorías que han ido echando el cierre en el área metropolitana de Sevilla los últimos años. Uno de los municipios más afectados ha sido Alcalá de Guadaíra, donde el representante de industriales y comerciantes, Carlos García, alerta sobre la destrucción de un tejido "que era uno de los más fuertes de la región". Su preocupación por las consecuencias en las empresas auxiliares está más que justificada: desde 2008 en la provincia han desaparecido 3.500 sociedades que operaban en el sector industrial, según un informe de CCOO. Muchas de ellas se han extinguido tras la marcha de una gran firma. Esto ha supuesto que el paro en dicha actividad económica se incremente por encima del 60% en un solo lustro dentro de la provincia.

Bastantes de estas empresas finiquitan su actividad tras haber recibido ayudas públicas para modernizar la fabricación y abrir líneas en sectores emergentes. En el caso de la planta que ahora deja Lactalis, según fuentes de la Junta, no ha obtenido ningún incentivo, algo que sí percibió Ebro Puleva cuando era su dueña.

Santa Bárbara

Un ERE que afectó al 32% de la plantilla sevillana. Un total de 74 trabajadores de la fábrica que Santa Bárbara Sistemas (SBS) posee en Sevilla se han visto afectados por el ERE presentado el año pasado, lo que supuso un 32% de la plantilla, constituida por 228 empleados. La empresa justificó esta "reestructuración" en las "malas" perspectivas que existen en el sector de defensa.

Danone

Acaba la actividad tras cuatro décadas en Sevilla. La empresa agroalimentaria comunicó en febrero del año pasado su decisión de cerrar la planta sevillana y trasladar a finales de 2013 la producción a las fábricas de Aldaya (Valencia) y Tres Cantos (Madrid). La medida provocó que 60 empleados se acogieran a prejubilaciones y otros 30 a bajas incentivadas o recolocaciones.

Cargill

Clausura de una planta que daba empleo a 97 personas. El cierre de las instalaciones de la fábrica que Cargill posee en San Jerónimo supone el despido de 97 personas. El último día que abrirá sus puertas será el 31 de este mes. De la plantilla, casi medio centenar se han prejubilado, mientras que varias decenas han optado por la indemnización y 12 se han trasladado a otras fábricas. 

Ebro-Puleva

Uno de los primeros estragos de la crisis. El año 2008 se estrenaba con el despido de 110 trabajadores de la azucarera que la firma Ebro-Puleva poseía en La Rinconada. Este cierre estaba provocado por la aplicación de la organización del mercado común (OCM) del azúcar establecida por la UE, lo que obligaba a España a reducir un 50% la cuota de producción. 

Astilleros

Fin a la actividad naval en Sevilla tras una larga agonía. Ahogada por la crisis y las deudas, Astilleros  de Sevilla cerró sus puertas en 2011 tras seis décadas de actividad naval en la capital andaluza, en la que llegó a contar con unos 5.000 empleados. En el momento de su clausura, apenas quedaban un centenar de trabajadores en la atarazana, entre puestos directos e indirectos.

Donuts

Un centenar de empleados se marchan fuera de Sevilla. Tras meses de negociación, el comité de empresa y los representantes de Donuts llegaban en junio de 2012 a un acuerdo por el cual se mantenía el máximo número de puestos de trabajo a través de traslados a las plantas de Madrid, Barcelona y Puente Genil (Córdoba), además de prejubilaciones y bajas incentivadas.

Saimaza

El pasado 1 de enero dejó de funcionar la fábrica nazarena. La moda de las monodosis de café está detrás del cierre de esta fábrica de origen sevillano. La primavera pasada el grupo Mondelez Internacional anunció que el 1 de enero de 2014 dejaría de funcionar la fábrica de Dos Hermanas, lo que afectaba a 46 empleados, a los que se les ofrecía traslados, indemnizaciones y prejubilaciones.

Arance

Adiós a una empresa que fue líder en cerámica y baño. Su cierre, anunciado en 2012, sintetizó el desplome inmobiliario. La caída de las ventas ante el bajón que habían sufrido las promociones de viviendas obligó a esta empresa sevillana, con sede en Camas, a poner en la calle a través de un ERE a los 91 empleados que tenía en Andalucía, Extremadura y Madrid.

Roca

La empresa puso a 97 trabajadores en la calle. Ha sido, sin duda, uno de los cierres más polémicos de los últimos años. Después de tensas negociaciones entre la empresa y el comité se despidió mediante un ERE a 97 empleados de la factoría en Alcalá de Guadaíra. La compañía argumentó el expediente de regulación en los 30 millones de pérdidas que sufría.

Flex

La clausura supuso dejar en el paro a 68 sevillanos. La firma especializada en la fabricación de colchones hizo público el cierre de la planta sevillana en junio de 2011. Con esta medida se dejaba en la calle a 68 trabajadores debido a una disminución de las ventas del 50%. El comité de empresa siempre alegó que el motivo de la clausura era el traslado de la producción a Portugal.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios