Innovación

Un proyecto europeo desarrolla un robot para construir aviones

  • Valeri es una iniciativa de Airbus y otros seis socios que prevé introducir estos artefactos en los trabajos más pesados y repetitivos.

Introducirse en espacios angostos, realizar tareas muy repetitivas y sufrir lesiones lumbares eran hasta ahora dificultades cotidianas inherentes al trabajo en el sector de la construcción aeronáutica, pero pronto serán cosa del pasado.

El proyecto Valeri, financiado por la Unión Europea, tiene como objetivo incorporar robots en las instalaciones industriales para que realicen las tareas más incómodas y pesadas, con el fin de conceder mayor valor a los conocimientos técnicos humanos. Siete socios de España (Ipsa y Prodictec), Alemania y Austria, incluida la empresa Airbus, están construyendo un prototipo de laboratorio, que tienen previsto someter a ensayo en una fábrica de aquí al año 2015.

Los fabricantes de automóviles llevan utilizando desde hace años robots fijos para construir sus productos, pero la construcción de aeronaves presenta otras características que dificultan el uso de la robótica. Hasta el momento, debido a la manera de construir y montar los aviones, los trabajadores han tenido que trabajar por turnos en las labores de montaje e inspección. "Si logramos resolver los complicadísimos obstáculos técnicos que impiden la utilización generalizada de robots en la producción, podremos liberar a las personas para que trabajen en las tareas de mayor valor añadido", explica José Sáenz, coordinador del proyecto e ingeniero en el Instituto Fraunhofer de explotación industrial y automatización.

Los investigadores están trabajando en "manipuladores móviles" que puedan acceder a espacios reducidos y trabajar en tareas similares en emplazamientos múltiples. Los robots no solo tendrán que efectuar tareas de alta precisión, sino que deberán hacerlo mientras se desplazan entre seres humanos. Los sensores táctiles y la visión artificial permitirán una programación compleja destinada a inmovilizar a un robot en caso de peligro.

Los beneficios potenciales son evidentes. Pueden evitarse las lesiones por movimientos repetitivos y los problemas de espalda que dan lugar a bajas por enfermedad o incluso a la jubilación anticipada. Se podrá proteger a los trabajadores de mayor edad, poseedores de valiosos conocimientos técnicos, encomendando a las máquinas las tareas exigentes desde el punto de vista físico. Y el coste de producción podrá seguir siendo competitivo, evitando así que se externalice a mercados más baratos.

El proyecto se encuentra todavía en fase de laboratorio, pero, si se obtienen los resultados previstos, se irán introduciendo robots de modo gradual. "Nadie va a perder su puesto de trabajo de repente", destaca José Sáenz. Muy al contrario, gracias a los robots las personas podrán trabajar durante más tiempo. "La experiencia y los conocimientos técnicos podrán valorarse más".

El proyecto recibe aportaciones directas de las fábricas de Airbus y de la empresa austriaca FACC (dos de los socios del proyecto), ya que son los interesados que indican las tareas que quieren que realicen los robots con los que trabajarán. "Queremos fabricar unos robots que trabajen junto a los seres humanos, que hagan lo que estos no quieren hacer y les permitan dedicarse a labores más intelectuales.".

La Comisión Europea ha invertido 3,7 millones de euros en Valeri en el marco de la asociación público-privada Fábricas del Futuro.

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