Economía

El francés Jean Tirole, Nobel de Economía 2014

  • El profesor de la Universidad de Toulouse, que admite que "los economistas tenemos que vender mejor nuestro trabajo", recibe el premio "por su análisis sobre el poder de los mercados y la regulación".

El Nobel de Economía 2014 reconoció al francés Jean Tirole por sus estudios sobre la regulación de los mercados, el poder de las empresas y la competencia. Con nuevos métodos analíticos, Tirole ha tratado en profundidad aspectos centrales de los oligopolios y la información asimétrica, creando "un marco coherente para la enseñanza, la aplicación práctica y la continua investigación", señaló la Real Academia de las Ciencias Sueca en su fallo.

Cuando Tirole, considerado uno de los economistas más influyentes de nuestro tiempo, publicó sus primeros trabajos a principios de la década de 1980, la investigación sobre regulación de mercados era escasa. Las propuestas de investigadores y autoridades, dentro del marco de la economía capitalista, apuntaban al uso de principios generales y reglas simples aplicables a todos los sectores industriales, como limitar los precios a los monopolistas y prohibir la cooperación entre competidores en un mismo mercado.

Los estudios de Tirole, que tomaron impulso cuando en 1981 logró un doctorado en el célebre Massachusetts Institute of Technology (MIT), se basaron en la introducción de nuevos métodos, como la teoría de los juegos y la teoría de los contratos. Junto a su ya fallecido colega Jean-Jacques Laffont demostró en 1986 cómo un ingenioso conjunto de contratos de producción puede evitar el problema de la información asimétrica en el que la autoridad reguladora carece de un conocimiento completo de los costes y elecciones de las técnicas de producción de un monopolio.

Esa década y la siguiente Laffont y Tirole aplicaron esa teoría a distintas áreas y resumieron sus resultados en un libro publicado en 1993 de gran influencia sobre la práctica de las regulaciones. Los dos investigadores franceses se ocuparon también de otros asuntos, como la dinámica de las regulaciones y la independencia de los reguladores, concluyendo que las autoridades deben apostar por incentivos débiles a los productores y por aprender de forma gradual las condiciones del mercado en cuestión. Los gobiernos deben además establecer un marco que considere explícitamente el riesgo de que el regulador oculte información y colabore con la firma regulada, según sus planteamientos. Tirole también ha contribuido a las teorías sobre las leyes de la competencia, aportando análisis de los efectos competitivos de las patentes, avances técnicos e inversiones estratégicas, así como de las condiciones de mercados específicos.

El economista francés sucede en el palmarés del premio a los estadounidenses Eugene Fama, Lars Peter Hansen y Robert Shiller, distinguidos el año pasado por desarrollar nuevos métodos para el estudio de los precios de los activos financieros. Tirole recibirá los 8 millones de coronas suecas (879.000 euros, 1,1 millones de dólares) con que está dotado el premio este año.

El Nobel de Economía, cuyo nombre real es Premio de Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel, fue instituido en 1969 por el Banco de Suecia, institución que lo financia, y es el único de los seis galardones que no fue designado por el magnate sueco que creó los premios hace más de un siglo. Con el anuncio en Economía se cierra la ronda de ganadores de los premios de este año, que se abrió hace una semana con el de Medicina, al que siguieron los de Física, Química, Literatura y de la Paz, el único que se falla y se otorga fuera de Suecia, en Oslo. La entrega de los galardones se realizará, de acuerdo con la tradición, en dos ceremonias paralelas el 10 de diciembre, aniversario de la muerte de Nobel. En el Ayuntamiento de Oslo se entregará el premio de la Paz y en el Konserthus de Estocolmo, los otros cinco.

Tirole: "Los economistas tenemos que vender mejor nuestro trabajo"

Tirole afirmó, tras conocer el premio, que el galardón debe servir para que los políticos escuchen más las recetas que se cuecen en universidades y escuelas, pero también hizo autocrítica al considerar que los investigadores no saben vender bien sus trabajos. "La actual crisis estaba descrita en revistas especializadas antes de que sucediera. Muchas otras crisis estaban documentadas. Pero los economistas no están en el primer plano", afirmó el investigador, de 61 años. "Intimidado" por un premio para el que desde hace años era favorito y algo incómodo ante las numerosas preguntas de los periodistas en una rueda de prensa en Toulouse, Tirole afirmó que ni es un político ni pretende serlo, reivindicó la independencia de los investigadores y afirmó que no existen las recetas milagrosas.

El economista aseguró que la actual crisis se gestó en el periodo de bonanza, cuando "los poderes públicos bajan la guardia para no romper el crecimiento o el acceso generalizado a la propiedad". "Luego hay que pagar los platos rotos, hay que mejorar la regulación. Yo creo que es necesaria más Europa, por ejemplo, es importante la unión bancaria para que los Estados no influyan demasiado en la regulación de sus bancos", indicó.

La pedagogía económica, a la que se dedica desde hace años, es uno de los déficit de la sociedad actual, según Tirole, que apuesta por acercar los conocimientos a la sociedad. "No hay que desconfiar de los mercados, hay que saber regularlos bien", afirmó el economista, formado en Boston pero que decidió instalarse en Toulouse en los años noventa. Sabedor del mal momento económico que atraviesa su país, Tirole apostó por "seguir haciendo proposiciones" desde el mundo académico, aunque puntualizó que "ser ministro de Economía es algo muy complicado" y que "hay que dejar a los políticos hacer su trabajo". "En Francia son necesarias importantes reformas para conservar nuestro modelo social, manteniendo el empleo y sin dejar como herencia una gran deuda. Tenemos que trabajar en ello", insistió.

Rodeado de colegas y alumnos de la Escuela de Economía de Toulouse, emocionado cuando se encontró con su mujer, Tirole compareció ante los periodistas visiblemente intimidado, fiel a su imagen de hombre apartado de la primera línea mediática. "Estoy muy emocionado, todavía no he puesto el pie en el suelo desde que me han llamado de Estocolmo. Es algo extraordinario lo que me está pasando, no ocurre todos los días, uno no está preparado para esto", aseguró el profesor, que rindió homenaje al "trabajo colectivo" que le ha permitido ganar el Nobel.

Pese a que su nombre sonaba desde hace años para el prestigioso galardón, a Tirole le sorprendió trabajando en sus labores habituales en Toulouse, donde decidió instalarse tras años de formación y enseñanza en Estados Unidos. Concentrado en sus tareas, relató, había puesto su móvil en vibración, por lo que los responsables de la Academia sueca tuvieron que insistir "dos o tres veces" antes de que el economista descolgara. "He visto que era una llamada de Suecia y eso me ha sorprendido. Una vez que me lo han anunciado he tardado media hora en darme cuenta y poder llamar a mi esposa Nathalie y mi madre", indicó.

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