Economía

Andalucía concentra el 40% de todo el trabajo temporal generado en 2014

  • La región lidera la creación de empleo eventual en España con 71.300 de los 176.800 nuevos temporales Sólo el 8,7% de los indefinidos que se incorporan al mercado laboral son andaluces

La fotografía del mercado laboral que deja la Encuesta de Población Activa (EPA) es bastante positiva para Andalucía, donde porcentualmente sube bastante más la ocupación que a nivel nacional. Sin embargo, hay algunas sombras que dejan claro que los problemas de la estructura laboral andaluza siguen ahí y no parecen reconducirse.

Así, la región lidera, con gran diferencia, la creación de trabajo temporal en España. De los 176.800 nuevos empleados eventuales en 2014, 71.300 son andaluces, es decir, el 40,3%, cuatro de cada diez. Por el contrario, sólo el 8,7% (38.700) son indefinidos, un porcentaje que está incluso por debajo del peso que tiene Andalucía en el total del empleo fijo español, que es del 12,8% (1,4 millones de indefinidos frente a 10,9 a nivel nacional).

Como consecuencia, la tasa de temporalidad en Andalucía se ha incrementado de forma significativa en el último año, mucho más que a nivel nacional. En España el alza es de apenas cinco décimas (hasta el 24,2%) y en Andalucía de casi dos puntos (1,9), hasta situarse en el 35,4%.

Por sectores, el incremento de la temporalidad se produce especialmente en la construcción, con un 24% de eventuales más (frente un aumento porcentual de indefinidos de sólo el 0,88%) y en servicios (+14,1%). También es muy significativo en la industria (+10,7%), y curiosamente el sector con más volumen de trabajo temporal, el agrícola, registra un leve descenso de trabajadores eventuales del 1,2%. En números absolutos, los servicios acaparan el crecimiento de los empleados temporales, con 64.200 más, seguidos de construcción (12.200) e industria (5.600).

En lo que respecta al trabajo fijo, es la industria la que mayor avance aporta en términos relativos (2,53%), seguida de servicios (1,63%) y construcción (0,88%). La agricultura fue el único sector que en 2014 redujo el número de indefinidos, un 12,46% menos. Servicios vuelve a liderar el ranking en números absolutos, con 19.200 más, con industria en segundo lugar (3.400) y la construcción con un leve alza (400). En agricultura caen en 1.800.

Además del incremento de indefinidos, la EPA deja también otros elementos preocupantes, en algunos casos camuflados bajo datos positivos. Por ejemplo, el paro de larga duración (el de aquellas personas que llevan más de un año buscando empleo) desciende significativamente, un 4,93%, hasta 841.729, pero esta reducción se produce exclusivamente entre los que llevan entre doce y veinticuatro meses intentando encontrar un trabajo, con 46.300 personas que estaban en esta situación y que ya están trabajando. Los que llevan más de dos años, sin embargo, no sólo no disminuyen sino que aumentan, aunque sea levemente. En 2014 son 2.700 más, un número pequeño pero que contribuye aún más a incrementar el peso de este grupo de población en el total de parados. Las 617.000 personas con más de dos años en paro se acercan a la mitad del total de parados (1.395.000), el 44%. Y si incluimos a los que sólo superan el año buscando empleo el porcentaje aumenta al 65%. Se produce la paradoja de que el paro de larga duración disminuye, pero el peso de los parados con estas características aumenta respecto al total.

Tampoco se reduce la brecha en la tasa de paro con España, que se mantiene exactamente en 10,53 puntos porcentuales un año después (23,7 frente a 34,23%). Si el desempleo baja más que en España, ¿por qué se mantiene la distancia? La causa es que en la región, a diferencia de a nivel nacional, sí aumenta la población activa, en 44.100 personas en 2014. Eso significa que cada vez más personas se incorporan al mercado de trabajo como demandantes de empleo, lo que contribuye a que la tasa de paro (relación entre activos y parados) disminuya a menor ritmo que el número de parados. Un dato: las personas que se declaran inactivas por trabajar en el hogar han disminuido en 77.800. Han vuelto al mercado en cuanto han visto que la evolución comienza a ser positiva.

Por lo demás, la EPA deja tendencias positivas como la buena evolución del empleo industrial, con 16.300 personas más empleadas, la recuperación de la construcción (9.400 empleados más) y la disminución de la tasa del empleo juvenil, del 64% al 59%.

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