Tribuna Económica

gumersindo Ruiz

Un puente entre el presente y el futuro

Análisis sobre la dificultad de los ciudadanos a sensibilizarse con cuestiones que pueden ser positivas a futuro, sólo porque muy afectados por su situación en el presente.

UNA de las interpretaciones que se hacen de los populismos que surgen por todo el mundo, pero que sentimos más cerca en Europa y Estados Unidos, es que los ciudadanos no son sensibles a cuestiones que pueden ser positivas a futuro, pues están muy afectados por su situación en el presente. Tenemos el ejemplo del referéndum en Reino Unido, donde se ignoró las consecuencias futuras de la decisión, ante la percepción de que la permanencia sólo estaba beneficiando a una minoría; o la necesidad de dar una solución al problema de los refugiados, cuya dimensión y consecuencias difícilmente pueden abarcarse y comprenderse, y por tanto se rechaza. En fin, el discurso populista de Trump en Estados Unidos contra la apertura comercial internacional, tiene eco porque la gente no ve los beneficios futuros generales del comercio, sino el posible efecto inmediato sobre su empresa y su empleo.

Una cuestión sobre la que, sin embargo, hay cierto acuerdo son las infraestructuras, ya que tiene efectos inmediatos sobre la actividad y el empleo, y es una riqueza patrimonial común para el futuro. Estos días hemos conocido nuestro Plan de Infraestructuras para la Sostenibilidad del Transporte 2020, que continúa las iniciativas de la Consejería de Fomento y Vivienda para ir terminando infraestructuras de transporte ya empezadas, principalmente de carreteras y ferroviarias. El presupuesto de la Consejería para 2016 ha sido de 756 millones de euros, que, aunque mayor que el de 2015 -y se espera algo más para 2017-, hay que verlo dentro de una reducción significativa de los recursos en estos años. Se aprecia un interés por ganar en eficiencia y utilizar criterios razonables para elegir proyectos, pero las cantidades, las acciones, y los empleos que se piensan crear son claramente pobres.

Con ser grave, mucho más preocupante que la falta de Gobierno en España es la parálisis en los proyectos de inversión en la Unión Europea. Hoy por hoy, quien puede generar recursos adicionales y definir de manera eficiente proyectos -grandes y pequeños- es la Unión. Infraestructuras es un concepto amplio, y tal como lo define Rod Jones, de Stoxx, son: "Todas las estructuras físicas y de organización para el funcionamiento y desarrollo de una sociedad y su economía", lo que incluye infraestructuras duras, físicas; y blandas, para mantener la salud, educación y los estándares sociales de un país. La cuestión es de tanta importancia, que las fuerzas políticas que piensen de verdad en el progreso, tienen que impulsar una iniciativa pluripartidista para salir del estancamiento actual. Dos ideas adicionales se pueden añadir. Una, que en las infraestructuras tienen puestos los ojos inversores y ahorradores que buscan rendimientos estables a largo plazo, con lo que puede contarse con financiación privada institucional para muchos proyectos. Otra, que para Andalucía el mantenimiento y desarrollo de las infraestructuras es crucial; como se ha dicho en ocasiones, sería imposible ahora absorber el tremendo flujo de visitantes si no se hubiera invertido antes en todo tipo de infraestructuras. Esta es una cuestión que une, como pocas, presente y futuro.

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