Tribuna Económica

Rogelio Velasco

Impuestos culturales

Rogelio Velasco repasa la evolución de la reforma del IVA y detalla cómo afectó la presión fiscal al cine, teatro, danza y otros espectáculos que soportaron un aumento del 8% al 21% de las tasas.

LA última reforma del Impuesto sobre el Valor Añadido modificó de manera significativa el tipo que tenían que soportar los distintos bienes y servicios que se venden en el mercado.

En particular, un grupo de bienes y servicios pasó de soportar un tipo reducido del 8% a otro normal, incrementándose en 13 puntos porcentuales, alcanzando el 21%, el tipo máximo en España. Cine, teatro, danza y otros espectáculos escénicos quedaron afectados por el nuevo tipo máximo del IVA.

Grupos de presión organizados del mundo de la cultura clamaron contra esa subida tan radical del impuesto porque, afirmaban, iba a asestar un golpe mortal a esas actividades culturales. Especialmente activos se mostraron todos los agentes del mundo del cine, por el efecto mediático que depara conocidos actores exigiendo un trato más amable de Hacienda.

Con independencia del efecto sobre la recaudación, los espectadores y la producción cinematográfica, es necesario que un debate de este tipo se realice dentro de un marco amplio, para que no suceda como con la protección de la música contra el pirateo, que provocó que muchos manteros subsaharianos acabaran en la cárcel porque la modificación legal que se llevó a cabo, como consecuencia de la presión de conocidos cantantes y grupos de música, se endureció extraordinariamente y se convirtió en un delito mayor que un atraco en las calles.

Dos cuestiones son necesarias señalar para que la discusión se realice dentro de un marco más adecuado. En primer lugar, comparar la presión fiscal del IVA en España y el resto de Europa, para saber dónde estamos. Y en segundo lugar, conocer el nivel de renta del espectador representativo de cine.

Es conocida la reacción del público ante una subida de precios de las entradas. Por cada 1% de subida del precio el número de espectadores se reduce en un 1,23%, siendo bastante más elevada para el teatro. Igualmente, por cada 1% de elevación de la renta del público, se incrementa un 1,26% el número de espectadores. Esto es, el cine muestra unas elevadas elasticidad precio y elasticidad renta. Esto última implica que es considerado por los ciudadanos como un bien de lujo.

¿Cómo están gravadas las entradas de cine en la UE? Hay un abanico muy amplio. En la mayoría de los países del Este, el tipo del IVA es igual que el español o incluso más elevado y en un país como Dinamarca alcanza hasta el 25%. Por el contrario, en los países más centrales el tipo oscila entre el 5% y el 15%. Hay, efectivamente, una mayoría de países con IVA más reducido.

¿Y cuál es la renta del espectador medio que acude al cine? Las familias con el 20% de renta más alto, gastan anualmente casi 500 euros al año en cine y otros espectáculos escénicos, más de tres veces más elevado que los de ingresos bajos. Esto significa que subvencionar implícitamente al cine a través de un IVA reducido, representa una subvención implícita a los espectadores con rentas más elevadas.

Es posible que en nuestro país, la carga fiscal del cine y otros espectáculos debiera acercarse más a los países centrales de Europa. Pero no debemos olvidar quien recibe la subvención implícita que representa un IVA reducido, además de las subvenciones que se reciben por la producción cinematográfica.

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